Aikido, el arte marcial pacifista: por qué las mujeres tienen ventaja
Esta práctica, basada en la voluntad de no agresión, utiliza técnicas que no exigen tener gran fuerza física y huyen de la agresión y el dolor.
12 octubre, 2022 02:44Las artes marciales cada vez ganan más popularidad entre el público femenino. Resultan muy efectivas tanto para mantener la forma como para protegerse y ganar seguridad.
No está de más saber protegerse y defenderse con conocimiento en situaciones comprometidas, pero también poseen enormes beneficios para la salud. No solo físicos, también mentales, pues empodera, mejora la autoestima y sirve para liberar estrés y adrenalina.
Una de las que triunfa entre las mujeres es el aikido. Se trata de una modalidad de combate que se caracteriza por una forma de pelear armoniosa y una técnica parecida a la danza.
["Ya me defiendo yo": la karateka que sufrió una agresión machista y ahora da talleres para pelear]
Uno de los principales objetivos de esta disciplina es neutralizar al contrario en situaciones de conflicto sin usar la fuerza. Se le considera como un arte marcial pacifista que pretende que sus practicantes inspiren a la paz.
Un arte marcial pacifista
Aikido significa 'camino de la unión de la energía interna' y se rige por principios no violentos como técnicas de defensa personal disuasivas que buscan controlar al agresor y salir de la línea de ataque del oponente. Esto se completa con una filosofía pacifista que busca evitar el conflicto.
Fue fundado por O Sensei Morihei Ueshiba, que estudió varios artes marciales a una temprana edad, con y sin armas. Concluyó que el espíritu de estas no debe centrarse en el combate o la competencia, sino en la búsqueda de la perfección física, mental y espiritual.
Por ello, el fundamento del aikido es el desarrollo del autocontrol para armonizarse con el oponente, regulando el espacio, el tiempo y la energía, independientemente del rival.
En este arte marcial, los ataques sirven más como distracción que como técnica, lo que es una muestra de su filosofía, la cual recurre al budismo zen y al sintoísmo. Estas corrientes fueron empleadas por Morihei Ueshiba para inculcar valores que busquen armonizar con el enemigo.
Cabe destacar que, si bien cualquier arte marcial usa una ética de respeto a la vida, considerando el enfrentamiento como un último recurso, lo particular del aikido es el énfasis que hace en el pacifismo.
Y es que se enseña con una metodología y principios éticos que promueven la voluntad de no agresión. Esto hace que sea fundamental conservar la dignidad del oponente y aprender a transformar el ataque en defensa y la defensa en ataque. El fin es controlar de forma pacífica cualquier situación contravenida.
Las ventajas de las mujeres
El aikido es un arte marcial ideal para las mujeres y la fisionomía femenina no supone ninguna desventaja, más bien todo lo contrario.
Christina Kelly explica en Aikido Journal que la técnica correcta no requiere unos potentes músculos en la parte superior del tronco (bíceps, tríceps, pectorales...). Se trata de aprovechar de manera eficiente el movimiento y el impulso para crear la fuerza. "La fisionomía de las mujeres hace que sea más difícil que usemos la fuerza de la parte superior del cuerpo, por lo que tenemos que confiar más en la técnica".
Uno de los factores que además beneficia a las mujeres es el aprovechamiento de la estabilidad para romper el equilibrio del oponente. "Es una ventaja, tanto defensiva como ofensiva, tener un centro de masa más bajo, porque eres más estable que alguien con un centro de masa más alto. Y generalmente, las mujeres tenemos menos altura que los hombres".
Otro es que en el aikido, la precisión del movimiento y la movilidad de las articulaciones son más importantes que la fuera muscular. Según Kelly, las mujeres tienden a tener un intervalo de movimiento más amplio en las áreas abdominal, cadera y hombros. "Además, se piensa que las mujeres tienen más 'gracia' que los hombres, lo que puede manifestar una mejor precisión y coordinación motora".
También dice que mientras que el aikido es un arte marcial que entrena a las personas en técnicas de combate efectivas, no es tan conflictivo o competitivo como otros artes marciales. Y esto se puede comprobar en cualquier clase de este arte. Se debe practicar en pareja y uno es el atacante y otro el defensor.
Por ejemplo, el atacante agarra la muñeca del otro o se acerca con la mano abierta, mientras el defensor ejecuta la técnica especificada por el instructor de manera suave y precisa, manteniendo el contacto físico para manipular las articulaciones, el impulso y el equilibrio del atacante.
"Dado que el objetivo general es disuadir al oponente de atacar sin causar daño permanente, es relativamente fácil practicar directamente con un compañero sin peligro", concluye.