Begoña Pérez, o Bego, como le gusta que la llamen, se ha convertido en los últimos tiempos en toda una voz autorizada para la ordenación y la limpieza en España. Con casi 700.000 seguidores en la red social Instagram, no es de extrañar que muchos la llamen la ‘Marie Kondo’ española.
Madre de siete hijos, La Ordenatriz —su nombre en las redes sociales— comparte en las redes sociales trucos y responde a consultas de manchas a sus seguidores. Ahora, la influencer publica un libro donde recopila todo lo que ha ido aprendiendo en los últimos años: Limpieza, orden y felicidad: Pequeños trucos para solucionar grandes desastres (Planeta, 2022)
¿Por qué decidió empezar a ayudar a las personas a mejorar sus vidas con la ordenación?
Cuando murió mi padre, tuve una crisis. Después de un año y pico, me di cuenta de que tenía todo desorganizado. Entonces cayó en mis manos un libro de Marie Kondo y dije: ‘esto es muy bueno, esto es lo que yo quiero’. Me dije que si esto se enseña, pues eso me lo voy a enseñar a mi misma. Además, la gente me decía que era muy apañada y organizada para tener siete hijos: no llegaba tarde a las citas, no era un desastre.
Así, me puse a ayudar a la gente porque si me preguntan, es que hay una necesidad y me pongo a contarlo en Instagram. Abrí la cuenta en marzo de 2019 y en marzo de 2020 nos encierran en casa. Tenía 500 o 1.000 seguidores, eran más bien poquitos. Me puse a poner las soluciones del día a día y mira, a lo tonto, ya estoy en casi 700.000 seguidores.
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¿Cuál es para La Ordenatriz la clave para mantener la casa ordenada?
El primer mandamiento es tener cada cosa en su lugar. Esto se ve claramente en la cocina. Si me voy a tomar un café, luego lo tengo que poner en el lavavajillas o en el fregadero. De esa manera, siempre puedo mantener la cocina limpia. Así, si tengo que hacer la comida o la cena, la cocina está ordenada y limpia, y la puedo usar. La clave es poder usarla y disfrutarla. Si me voy a poner nerviosa porque tengo que limpiar, porque no me da tiempo a cocinar lo que quería cocinar, entonces estoy siendo desordenada.
Otro de los trucos que menciona en el libro es desordenar para ordenar. Entonces, ¿hay que sacar todo y volver a colocarlo?
A veces, cuando vamos a ordenar una cosa particular en el armario, no sabemos ni lo que hay dentro. A lo mejor, en algún momento se nos cayó un botón y es casi imposible saber muy bien de qué era, porque ya ha pasado mucho tiempo.
Muchas veces, los armarios guardan mucho más de lo que creemos, tienen una capacidad impresionante y lo mejor es sacarlo todo y ponerlo todo en la cama. Cuando vemos todo ese mogollón, separado por familias —camisetas con camisetas, chaquetas con chaquetas…—, podemos ordenar porque empezamos de cero.
Imagino que este método también nos puede servir para deshacernos de aquello que no utilizamos.
Cuando lo vemos todo encima de la cama, cambia nuestra percepción del armario. Es cuando uno empieza a ver que tiene cinco pantalones para andar por casa que están hechos una pena. Pues si están destrozados, tira tres o cuatro y quédate con uno por si, por ejemplo, vas a hacer un hobby de bricolaje y no quieres manchar ropa nueva o que está en buen estado. Y luego no hay narices a decir: 'No tengo nada que ponerme'.
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Uno de los productos que menciona es la laca, de la que dice que tiene mil y un usos, ¿podría darme un ejemplo sorprendente?
El uso más sorprendente para mí es para los roces de los coches. Tengo que hacer una salvedad: mientras que no haya llegado ese roce a la tercera capa de pintura, pues queda bastante decente. No está en mi ánimo quitar el trabajo de los talleres, pero oye, si he tenido un despiste y se me ha movido la columna, pues puedes salir del paso y atrasar un poco la visita al taller.
Siendo madre de siete hijos, ¿cómo se combaten las manchas más eficazmente?
Lo primero es ser rápidos. El otro día justo estaba yo en Instagram y una seguidora me mandó un mensaje: 'SOS Bego SOS'. Me meto y me dice que se le acababa de caer una lata de mejillones en el sofá. Imagínate, un sofá que cuesta una pasta. Es que piensas: '¿cómo quitas el pimentón y el aceite a la vez y encima en un sofá beige?'. Y le digo 'corre, cubre el sofá de polvos de talco'.
Me manda una foto y veo que está chupando mucho, lo veo naranja. Y le digo: 'cubre de tal manera que ya sólo veas polvos de talco, y dentro de dos días, cepillas y me cuentas'. A los dos días me manda un mensaje y me dice que ha quedado totalmente nuevo, como si no hubiera pasado nada. Eso fue una alegría tremenda. Y mira, más económico no puede ser. No tienes que andar quitándole la funda al sofá. La rapidez muchas veces es clave.
Su éxito ha llegado en muy poco tiempo, ¿le paran por la calle? ¿Qué tal llevan sus hijos la fama?
Sí, la verdad es que me paran. Es muy divertido y la verdad es que me gusta mucho. Es muy bonito, porque es gente agradecida la que me para. Un día me dijeron: 'mira, has salvado la vida de esta niña llena de pintura'. Y eso fue muy divertido. A mis hijos al principio les daba vergüenza, pero ahora yo creo que están orgullosos de su madre.
Ya ha escrito su primer libro, ¿tiene algún proyecto futuro o alguna idea en mente?
Estoy ahora con tanto trabajo y con las presentaciones de este libro tan bonito que por ahora voy a vivir el presente y en el futuro, ya dios dirá.