La búsqueda de un rostro radiante es algo que buscamos desde que tenemos sentido común, libre de imperfecciones cuando somos adolescentes y con pocas arrugas y líneas de expresión a medida que envejecemos. Sin embargo, en ambas épocas el proceso se hace cuesta arriba: mientras que en la juventud está la pubertad dejando sus estragos, a medida que crecemos, el colágeno disminuye.
Si bien existen innumerables productos en el mercado que prometen revertir los efectos del envejecimiento y las imperfecciones que aparecen con la edad; sin embargo, algunas de las mejores soluciones se pueden encontrar en prácticas tan simples como el dry brushing o cepillado en seco.
El dry brushing es una práctica que consiste en utilizar un cepillo de cerdas naturales para masajear suavemente la piel con movimientos circulares. Esta técnica no solo ayuda a exfoliar la piel, eliminando las células muertas y promoviendo la renovación celular, sino que también puede ayudar a estimular el sistema linfático, estimular la circulación y apoyar la salud general de la piel.
Qué es el 'dry brushing'
El dry brushing es un ritual de cuidado personal que existe desde hace mucho tiempo. Esta práctica de estimulación de la piel se ha utilizado en varias culturas, desde el Ayurveda (un sistema de medicina alternativa con raíces históricas en el subcontinente indio) hasta los antiguos egipcios, los romanos y la medicina tradicional china.
Mientras que hace miles de años se empleaba en todo el cuerpo, con el fin de exfoliar la piel y favorecer la circulación, en la actualidad se ha implementado a modo de cuidado facial, con cepillos ajustados al rostro y con el objetivo de eliminar imperfecciones como las arrugas o incluso el acné.
La exfoliación constituye una práctica regular que contribuye a mejorar el aspecto de la piel y, por lo tanto, a que los productos que ponemos encima sean más eficaces, penetren mejor y en el caso del maquillaje, visiblemente más bonitos. Consiste en la forma habitual de eliminar la piel muerta y de esta misma práctica nace el dry brushing.
A diferencia de la exfoliación tradicional, el dry brushing se hace con la piel y el cepillo completamente secos. De esta forma, las cerdas ayudan inmediatamente a eliminar las células muertas de la piel y a eliminar la acumulación y aumentar la renovación celular, mostrando una textura de piel más suave y un tono de piel más radiante.
Beneficios del 'dry brushing'
La técnica del dry brushing es similar a las técnicas de masaje y drenaje linfático, por lo que ofrece beneficios de circulación similares. Los masajes, de forma general, ayudan a ejercer suficiente presión sobre la piel para favorecer el flujo sanguíneo a la superficie de la piel y a las arterias profundas.
El masaje de drenaje linfático implica masajear suavemente la piel con movimientos circulares para mover el líquido linfático acumulado que causa la hinchazón. Estos movimientos, aplicados al rostro, pueden conseguir reducir tanto las imperfecciones como la hinchazón de las bolsas y hasta reducir ojeras.
El dry brushing elimina la capa superficial de la piel, en la que se acumulan los radicales libres y otros residuos. Esto ayuda a mejorar la textura de la piel y reducir la aparición de líneas finas y arrugas. La exfoliación regular también favorece la producción de colágeno, que es esencial para mantener la elasticidad y firmeza de la piel.
Cuando nos cepillamos la piel en seco, también estamos estimulando la circulación, lo que puede ayudar a llevar más oxígeno y nutrientes a las células de la piel. Una circulación mejorada ayuda a proporcionar sangre rica en oxígeno para apoyar la salud de los tejidos y la función de los órganos.
El cepillado en seco o dry brushing también puede ayudar a reducir el estrés, que contribuye de manera importante al envejecimiento prematuro. Cuando nos tomamos unos minutos cada día para concentrarnos en las sensaciones del cepillo en la piel, estamos participando en una práctica consciente que calma nuestro sistema nervioso y promueve la relajación.
Cómo hacer el 'dry brushing' en el rostro
Tal y como hemos comentado, el dry brushing busca una práctica en la que ni el cepillo ni nuestra piel deben estar húmedos. La exfoliación tradicional tiende a realizarse en la ducha; sin embargo, el cepillado en seco debería realizarse antes de ducharnos, o bien, lavarnos la cara.
El cepillo es fundamental, y debe estar hecho de fibras naturales, que suelen ser más suaves y menos propensas a causar irritación en comparación con los sintéticos, que a menudo son demasiado ásperos para la piel. Tenemos que evitar las cerdas de plástico y sintéticas que pueden ser demasiado abrasivas e irritantes.
En cuanto a la forma del cepillo, los más útiles son los que tienen cabezas redondas —y como es el rostro, pequeñas— para crear una acción circular de movimiento de la piel. Todo el proceso debería tardar entre 5 y 10 minutos y la frecuencia con la que se cepilla en seco dependerá de la sensibilidad de nuestra piel.
La mayoría de los tipos de piel se pueden beneficiar de un cepillado suave en seco, aunque sea solo una vez a la semana, para estimular el drenaje linfático, pero sin irritar la piel o sobreexponerla a una exfoliación.
Desde TikTok, donde la revolución del dry brushing ha calado más fuerte, explican que lo primero que tenemos que hacer antes de cepillar es abrir los ganglios linfáticos presionando la clavícula, las orejas, la nariz y la esquina interna del ojo.
Una vez hecho, podemos pasar a cepillar la piel limpia y seca desde el escote hacia arriba, trabajando con pequeños movimientos circulares y moviendo el cepillo hacia arriba y hacia afuera hasta que lo hayas pulido por todo el rostro, asegurándote de evitar el área delicada de los ojos.