La hidratación es un paso fundamental de nuestra rutina de belleza diaria. Pese a sufrir mitos recurrentes (como su innecesariedad en el caso de las pieles grasas), su correcta aplicación tiene un impacto directo en el aspecto y la salud de la piel.
Begoña Gómez, experta en tratamiento de Yves Rocher, nos explica cómo funciona el mecanismo de hidratación: lo que consumimos se almacena en la dermis gracias a los fijadores de agua, presentes de forma natural en la piel, que son capaces de atraparla. Después se va liberando, mediante difusión, de la dermis a la epidermis, en función de las necesidades de la piel. Al mismo tiempo, la barrera cutánea desempeña un papel esencial limitando su evaporación".
La alteración de cualquiera de estos niveles es lo que provoca la deshidratación cutánea y la clave para impedirlo es reforzarlos. Como insiste la experta, "sea cual sea el tipo de piel, seca, normal o grasa, la hidratación es necesaria para que las células epidérmicas cumplan con sus funciones vitales".
A la hora de elegir el cuidado adecuado, cabe tener en cuenta factores como el tipo de piel, pero también la edad. En cada etapa de la vida, la piel tiene necesidades específicas.
A partir de los 20
"Si hablamos de una piel joven los tratamientos más adecuados serán aquellos que aporten una limpieza profunda e hidratación a la piel, además de otros tratamientos para prevenir la aparición de líneas de expresión en el futuro", explica Myriam Yébenes, directora y CEO de los Centros Maribel Yébenes.
Una afirmación corroborada por los expertos de Apivita: "Para pieles jóvenes, es ideal utilizar una crema hidratante que neutralice los radicales libres y que, a su vez, regule la producción sebácea que suelen tener las pieles jóvenes. Para ello, es ideal las cremas de textura ligera".
A partir de los 30
"En esta etapa es cuando se empiezan a experimentar cambios notables. La piel comienza a notar la cascada de envejecimiento y se ralentiza la producción de colágeno y elastina, dos proteínas fundamentales para mantener la elasticidad y firmeza cutánea.
Además, existen otros factores externos muy habituales en la treintena, como la exposición al sol, la contaminación y el estrés. Pueden empezar a dejar huellas más notables en la piel. Es por eso por lo que este momento es clave para empezar a tomar en serio el cuidado de la piel" comenta Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
Una rutina de cuidado de la piel efectiva a los 30 años debe ser equilibrada y centrada en la hidratación, protección y regeneración. "A partir de los 30 años, se deben seguir, como mínimo, los cuatro mandamientos del skincare: limpieza, exfoliación, hidratación y protección solar, pero lo que está claro es que hay que incidir en la hidratación y no hay nada mejor que hacerlo con una buena crema hidratante", comenta Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode.
"La elección de una crema hidratante adecuada es clave. A partir de los 30 años, busca productos que contengan ingredientes potentes como ácido hialurónico, ceramidas y antioxidantes como la vitamina E y la vitamina C y los péptidos. Estos activos ayudan a mantener la hidratación, reparar la barrera cutánea y proteger contra el daño ambiental", aconseja Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
A partir de los 40
"A partir de los 40 años el principal problema son las arrugas y las líneas de expresión. El retinol actúa estimulando la renovación celular, es decir, fomenta la producción de fibras de colágeno en la piel, evita la aparición de las líneas de expresión por la edad y mejora la textura, tono y brillo natural de la piel", nos explican desde You Are The Princess.
A partir de los 50
"A partir de los 50 años, el envejecimiento de la piel se acelera como resultado de varios factores. En las células, los telómeros situados al final de los cromosomas se reducen con cada división celular. En cuanto al metabolismo, la disminución de las hormonas afecta a la vitalidad de las células, a la renovación de la piel y a la producción de elementos esenciales. El colágeno, la elastina y el ácido hialurónico son algunos de los elementos que hacen que la piel luzca más joven. Además, la piel produce menos lípidos y se vuelve más seca y deshidratada.
Además de este envejecimiento fisiológico, el envejecimiento también puede verse acelerado por el estilo de vida y las agresiones externas como los rayos UV, el tabaco, la contaminación y la luz azul; causantes del estrés oxidativo. Las mitocondrias y las centrales energéticas de la célula se ven muy afectadas por este estrés, produciendo una disminución de su actividad.
Como consecuencia, la vitalidad de las células disminuye, así como la renovación celular y la síntesis de colágeno y elastina. La estructura de la piel también se daña y las fibras de colágeno y elastina se deterioran", nos recuerdan los expertos de Uriage.
Por lo tanto, "se deben utilizar productos con una textura mucho más densa, ya que a medida que pasa el tiempo, la piel se va deshidratante poco a poco y se acelera el proceso de aparición de arrugas y líneas de expresión", explican desde Apivita.
Desde Magas, recopilamos 15 buenas referencias para hidratar la piel de forma eficaz, en cada etapa.