Cuando hablamos de la piel estamos hablando del órgano más grande que tenemos los seres humanos en nuestro cuerpo. Y es que muchas veces, no somos conscientes de la importancia de su cuidado, ya no por estética, sino por salud.
Todos los hábitos que llevamos a cabo en nuestro día a día, tanto buenos como malos, se acaban reflejando en ella. Una mala alimentación, el consumo de tabaco o beber mucho alcohol, por ejemplo.
Pero también existen otros factores externos que la perjudican, como la contaminación, el clima, los rayos uva o el estrés. Para poder evitarlo y tener una piel suave, firme y uniforme es imprescindible llevar a cabo un cuidado diario con productos que se adecúen nuestro tu tipo de piel.
Además, hay que tener en cuenta en el momento en el que se encuentra nuestra piel, ya que sus necesidades varían en función de las circunstancias. Depende de la estación del año, el ambiente en el que estemos (húmedo, seco, frío o caliente) e incluso de nuestro momento vital (si estamos embarazadas, tenemos estrés, estamos enfermas...).
Desde hace unos años el skincare se han convertido en algo fundamental en la rutina diaria de muchas personas. Brumas o jabones faciales, tónicos, contorno de ojos, hidratante... Son muchos los productos que se utilizan. Pero, ¿realmente sabemos si lo estamos haciendo bien?
Los 5 errores más comunes
En muchas ocasiones, a pesar de tener una rutina diaria de skincare, no somos conscientes de los errores que podemos llegar a cometer y que afectan a nuestra piel. Según los expertos, estos son los cinco errores más comunes que cometemos:
Apretar los granos: Cada vez que tenemos un grano es muy tentador acabar con él apretando la zona, pero es aconsejable no hacerlo. Una de las soluciones consiste en coger un cubito de hielo y mantenerlo durante 20-30 segundos sobre el grano. Con esto conseguiremos rebajar la inflamación para después, utilizar algún tipo de tratamiento. Los productos que contengan ingredientes como el peróxido de bencilo, azufre o ácido salicílico pueden ser muy útiles. También tenemos la opción de utilizar parches.
Abusar de remedios caseros: Hay que tener mucho cuidado con los ingredientes que utilizamos y nos ponemos en nuestro rostro, ya que pueden dañar o irritar la piel. El limón, a pesar de ser uno de los alimentos que más se utilizan en los remedios caseros, puede llegar a ser perjudicial, no deja de ser un ácido al fin y al cabo. Antes de utilizar cualquier ingrediente, se recomienda probar en una pequeña zona.
No utilizar protector solar: Es un producto fundamental, y no solo en verano o cuando hace sol. No utilizarlo puede suponer problemas de hiperpigmentación, pequeños signos de envejecimiento, brotes de acné y que empeoren las marcas que ya tengamos. Por ello, se recomienda utilizar protectores tanto de rayos UVA como los UVB.
Exceso de activos y exfoliantes: A pesar de que nuestro objetivo sea conseguir una piel luminosa y reducir nuestros poros no debemos excedernos con la limpieza y la exfoliación. De esta manera, lo único que conseguiremos es dañar la barrera cutánea. Los exfoliantes que obtienen vitamina C o retinol y los que son abrasivos son productos que, en exceso, pueden ser contraproducentes.
No seguir la rutina facial en viajes: Nuestro skincare lo debemos cumplir siempre, a pesar de irnos de viaje. Tenemos que tener en cuenta los cambios de clima y ambiente que pueden perjudicar a nuestra piel y llevar los productos que necesitemos. Se recomienda aplicar una mascarilla antes y después del viaje, esto hará que nuestro cutis no sufra tantos daños.
Una buena rutina de Skincare
Toda rutina de cuidado facial se compone de varios pasos a seguir para que sea más eficaz y así conseguir tener la piel perfecta. En este vídeo te mostramos una guía que puedes utilizar para completar tu skincare.