La playa siempre es uno de los destinos favoritos de las españolas para disfrutar de unos días libres en verano. El sonido de las olas, el color del mar o las comidas de chiringuito hacen que año tras año se mantenga como un plan perfecto para las vacaciones.
[Cómo hidratar la piel después de la playa]
Bañarse en el mar se convierte en un antídoto para el estrés, el cansancio y los pensamientos negativos. Es un placer que ayuda a despejar la mente y beneficia a nuestro bienestar.
Pero sus beneficios aún van más allá. Como recoge Mapfre Salud, ya recomendaba Hipócrates el agua marina "porque ahuyentaba el dolor lumbar y las piernas cansadas".
En Francia, el doctor Bagot indicó en 1899 la balneoterapia (alternancia de baños fríos y calientes de agua de mar y el uso de la ducha en chorro para masajear zonas dolorosas) con climatoterapia marina (el mar como un gigante aerosol natural cargado de partículas) para tratar afecciones reumáticas.
Pocos años después, en 1904, durante la epidemia del cólera, Quinton, biólogo francés, contribuyó a reducir la mortalidad infantil, "demostrando que en lugar de plasma sanguíneo se podía usar agua de mar isotónica".
Hoy sabemos que además el agua del mar tiene cuantiosos efectos positivos para nuestra piel.
Exfolia, suaviza…
El agua marina, por la propia salinidad, es un perfecto exfoliante natural que alisa la piel. Esta posee propiedades que sirven para eliminar las pieles muertas, limpiar y depurar toxinas e impurezas.
La doctora Mayte Truchuelo, dermatóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América y Vithar Internacional, añadía en una entrevista a EFEsalud que ayuda a eliminar restos de suciedad o células muertas de la piel y, debido a su efecto astringente, contribuye a eliminar el exceso de grasa facial.
En esta línea, la salinidad sirve para tratar problemas cutáneos del rostro como el acné. Aunque la doctora considera que se debe más a la acción del sol que a la sal del mar.
Otra de las propiedades que tiene esta agua salada es la antiséptica. Esta hace que contribuya a la cicatrización de cortes, rozaduras y otras heridas. Además, ayuda a prevenir y tratar determinadas infecciones.
Por otra parte, la combinación del agua marina y el sol aumenta la producción interna de vitamina D, fundamental para la vitalidad y elasticidad de la piel.
Y, por si fuera poco, hay que destacar su riqueza en minerales esenciales que aportan beneficios a las células de la piel e incrementan la circulación de la sangre en su superficie.
La otra cara
Sin embargo, no todos los efectos del agua salada son positivos. Como ya adelantó la experta a EFEsalud, la sal es astringente y en consecuencia seca la piel y puede producir una repuesta paradójica estimulando la producción de grasa.
El agua salada combinada con la exposición al sol también puede producir irritación. Y, además, aunque el mar tiene propiedades desinfectantes para heridas pequeñas, no es recomendable bañarse en el mar con heridas infectadas, ya que las puede empeorar al contener bacterias.
Cuidar la piel
Para sacar el máximo partido a los beneficios del mar y prevenir los efectos negativos sobre la piel, te recordamos cómo puedes prepararla antes y después de ir a la playa.
[Cómo preparar la piel (por dentro y por fuera) de cara al verano]
Como ya contamos en EL ESPAÑOL, los expertos recomiendan que cuando volvamos de la playa, al menos dos veces por semana exfoliemos la piel para eliminar células muertas.
La siguiente recomendación consiste darle un extra de hidratación con cremas para cuidar la piel por fuera. Para cuidarla por dentro recuerdan la importancia de beber agua en abundancia.
Y, para antes de ir a la playa y durante, protegerla con protección solar con el factor SPF más adecuado para nuestra piel.