Todo en Laura Pérez Vega, fundadora y directora creativa de Lausett, es como un torbellino: de ideas, de innovación, de trabajo. A ella misma le parece increíble que en tan solo seis años haya colocado su marca de pendientes entre el top de las grandes del diseño y la moda.
Empezó diseñando pendientes con unos materiales que tenía por casa y, al descubrir que siendo de polipiel apenas pesaban, supo que ese sería su camino: la solución para quienes usamos pendientes y nos quejamos del peso. Una idea que ella la envolvió de lujo, calidad, color, brillo y diseño. El resultado es una marca que ya se vende imparable.
Todo empezó con una furgoneta y unos muebles. Así se fue plantando aquí y allá: primero en el museo de diseño de Madrid, luego en Málaga, París, Múnich… En busca de ideas y contactos. Pronto supo que el metacrilato no lo hacía nadie y que ahí tenía el camino. Y así ha sido: su innovación la ha colocado en el top del diseño y la moda en accesorios. De su fórmula secreta, mejor, no hablamos.
“Todo lo que está sucediendo es indescriptible. Esta sensación no la había experimentado antes, ni siquiera la había soñado de este modo” – me confiesa ilusionada, a sus 32, desde esa cumbre a la que se accede trabajando duro: “Porque eso siempre tiene recompensa”. Hasta ahora, la recompensa de haber vendido 20.000 pendientes en seis años.
Nos encontramos en la flagship store que acaba de abrir en Almería, un espacio que a ella le vuelve loca y a mí me envuelve a la primera pisada. Es un resumen del color y la vitalidad de Laura, una mujer que ríe en la conversación, charla animada, desprendiendo energía y mucha pasión por lo que hace. Se ve que estudia las tendencias y que se relaciona bien con influencers. Claramente, se trazó una meta y camina hacia ella superando retos y cumpliendo objetivos.
Mientras la escucho, yo misma pienso: ¡Qué ingredientes tan bonitos, esta es su verdadera fórmula! A esta mujer no habrá quien la pare. Hoy ya vende en México, en París… Y quizás por eso, porque ha sabido acortar el tiempo y el espacio, a su última colección la ha llamado Cosmic. Como si quisiera adentrarse en un mundo de estrellas.
“Gloria –me dice–, es que todo en mí son experiencias. Te colocas unos Lausett y te comes el mundo”.
¿Quién va a parar este fenómeno? Y encima se la ve feliz.