El correcto cuidado de la piel es fundamental para asegurar su salud y mantenimiento. Aunque cada piel es diferente y tiene unas necesidades concretas hay una serie de productos que no pueden faltar en cualquier rutina de belleza diaria y uno de ellos son los aceites faciales.
La llegada del invierno implica una bajada significativa de las temperaturas, algo que tiene efecto sobre la piel, aumentando su sequedad y tendencia a agrietarse. Por eso, la skincare debe contar con productos que aseguren una hidratación en profundidad a diario.
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Los aceites faciales tienen como objetivo retener el agua que existe de manera natural en la piel. Así, evitan su evaporación e impiden un mayor grado de sequedad y tirantez en el rostro. Su función principal es, por tanto, aportar hidratación y elasticidad a la piel.
La mayoría de aceites faciales tienen carácter oclusivo, lo que quiere decir que tienen la capacidad de formar una película protectora que actúa como barrera para la perdida de agua. Además de esto, otro de sus beneficios es que penetran directamente en las capas superiores de la piel, pero tienen un efecto profundo..
A pesar de todos sus beneficios, los productos oleosos siguen provocando reticencia a la hora de incluirlos en la rutina facial. Esto se debe a que muchos piensan que puede aportar suciedad o grasa a la cara. Sin embargo, están indicados para todo tipo de piel y las marcas se encargan de desarrollar fórmulas específicas para cada uno de ellos.
Entre los numerosos beneficios que posee este producto de belleza están:
- Hidratación de la piel en profundidad.
- Propiedades antiinflamatorias.
- Propiedades regeneradoras: ayuda a prevenir la aparición de arrugas y líneas de expresión.
- Propiedades unificadoras.
- Alivio de quemaduras producidas por los rayos UVA.
- Ayuda a reducir la apariencia de cicatrices de acné.
- Aportan un aspecto jugoso y radiante al rostro.
- Aportan brillo y suavidad.
- Prepara la piel y la protege de agentes externos.
Cómo usar aceites faciales
Los aceites faciales tienen una textura líquida, aunque la viscosidad del producto variará en función de la marca. Estos suelen incluirse en frascos pequeños con dosificador, lo que facilita en gran medida su aplicación.
Simplemente tendrás que añadir tres o cuatro gotitas a la palma de tu mano y extenderlo por todo el rostro con movimientos ascendentes y hacia fuera.
Puedes aplicarlo después de haberte lavado la cara con el gel específico para limpieza facial que uses habitualmente y antes de la crema hidratante, o al final de tu rutina como último paso. Si no tienes mucho tiempo siempre puedes añadir unas gotas del producto a tu crema hidratante, cumpliendo ambos pasos a la vez.
Otra de las formas de aplicarlo es de forma previa al maquillaje para que el aceite actúe como prebase. En este caso es importante esperar a su absorción y no aplicar una cantidad excesiva de producto.
Aceites faciales para cada tipo de piel
Aceite de argán
Es altamente nutritivo y tiene propiedades cicatrizantes, por lo que está recomendado tanto para pieles secas como para pieles con tendencia acneica. Su contenido en ácidos grasos, proteínas y carotenos ayuda a lograr una piel sana y a reducir la aparición de descamación.
A pesar de ser hidratante, no es graso, por lo que está indicado para todo tipo de pieles.
Aceite de jojoba
Este tipo de aceite penetra en la piel y tiene beneficios entre los que se incluyen sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Gracias a su contenido en ceramidas hidrata y recupera el equilibrio de la piel. Además, es rico en Vitamina E, que, entre sus muchas funciones, sirve para tratar los signos de la edad.
Aceite de almendras
Esta opción sirve para unificar la piel, tratar afecciones como cicatrices de acné y mejorar otras cutáneas como psoriasis y dermatitis. Además, es un aceite altamente nutritivo que mejora la elasticidad y firmeza de la piel. Está indicado para todo tipo de pieles, incluso para aquellas con tendencia atópica.
Aceite de rosa mosqueta
Este es uno de los más indicados para pieles grasas, ya que no deja una sensación aceitosa y se absorbe rápidamente. Contiene ácidos esenciales como el omega 6, y el omega 3, y antioxidantes y vitaminas como la vitamina.
Todo esto le aporta propiedades entre las que se incluyen que favorece a la regeneración cutánea, previene el fotoenvejecimiento, sirve para tratar cicatrices y estrías, e hidrata.