¿La cirugía, un fenómeno en auge? Todo apunta a que sí si tenemos en cuenta el "Estudio dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España" durante el año 2021, elaborado por Hamilton y presentado por La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) el pasado mes de septiembre.
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El 40% de la población general española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión. Entre ellos, el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres. Y la práctica conquista de forma cada vez más evidente al público más joven. Hace unos años la edad media de entrada a la medicina estética era de 35 años. Ahora, jóvenes de 20 y poco acceden principalmente para rellenos de ácido hialurónico en labios y toxina botulínica, según apunta el estudio.
Son cada vez más los centros especializados en estas técnicas, entre ellos, la Clínica Vieco en Madrid (Calle Bárbara de Braganza, 14) o Mangata (Calle Víctor Andrés Belaunde, 6. Madrid), que destaca por ejemplo el aumento de labios con ácido hialurónico, "una práctica estética a la orden del día que se realiza mediante la inyección de esta sustancia existente en los tejidos de nuestro propio cuerpo, presente de forma natural en la epidermis o en los cartílagos, y con una gran capacidad para atraer y retener agua, lo cuál aporta elasticidad y firmeza".
¿A qué se debe? ¿Cómo explicar el fenómeno? Hablamos con Graziella Moraes, médico estético y fundadora de la firma que lleva su nombre.
¿Cómo llegó al mundo estético y qué tratamientos realiza en la actualidad?
Empecé mi trayectoria laboral como médico de familia, una especialidad que me encanta por la cercanía con los pacientes y la visión global que aporta. Después, el interés por la medicina estética llegó a través de una amiga que me ofreció ser formadora de sus productos.
Gracias a esa experiencia, descubrí lo mucho que aún se puede aportar en el ámbito de la Medicina Estética y fue cuando decidí estudiar la especialización. Hoy, es completamente mi sueño y mi vocación y, por eso, fundé en Galicia la firma Graziella Moraes.
En nuestras clínicas nos gusta tratar a los pacientes de una manera global y personalizada. Por ello, contamos con una amplia gama de tratamientos faciales y corporales, y realizamos una gran inversión en maquinaria de vanguardia e innovación tecnológica para ofrecer los resultados más naturales y de calidad. Esta es nuestra principal propuesta de valor.
¿Acepta todas las intervenciones? ¿Cuáles son las más pedidas?
No, no aceptamos todas las intervenciones. Creo que es uno de los motivos por los cuales las clínicas Graziella Moraes tienen tanta profesionalidad y reputación, pues siempre vamos a priorizar el bienestar del paciente. De esta forma, nosotros siempre comenzamos con un diagnóstico en profundidad de cada persona y, durante todo el proceso, somos muy honestos, de modo que, si algo no se puede conseguir con medicina estética por ser necesaria una cirugía o, simplemente, si lo que se busca es un cambio muy exagerado o antiestético, no seguimos adelante.
Nuestra filosofía es potenciar la belleza natural de cada persona con cambios sutiles, que mejoren sin cambiar por completo y con resultados realistas. Y así se lo hacemos saber a nuestros pacientes.
Respecto a la segunda pregunta, diría que hay tres tratamientos de medicina estética que son tendencia. En primer lugar, sin duda, la toxina botulínica, que sirve para corregir las arrugas del tercio superior de la cara, dando así protagonismo a la mirada. En segundo lugar, la reposición de los volúmenes faciales que se pierden con el envejecimiento natural. Por último, los tratamientos de labios (no una ganancia de volumen exagerada, pero si recuperar la hidratación, la turgencia y la definición de los mismos).
¿Notó en los últimos años un “rejuvenecimiento” claro de los pacientes? ¿Son cada vez más numerosos los que forman parte de la franja de 18 a 25 años?
Lo cierto es que sí. Desde hace unos años, venimos notando que cada vez acuden a nosotros pacientes más jóvenes por varios motivos: por un lado, debido a la influencia directa de las redes sociales (y los filtros) en cuanto a la creación de una supuesta imagen ideal que se quiere conseguir y, por otro lado, creemos que porque cada vez se le está dando más importancia a la prevención.
El mensaje que enviamos los médicos estéticos a través de redes, blogs y canales similares es precisamente que, más allá de que los tratamientos sean una vía útil, la importancia la tiene siempre la labor de prevención. Es decir, prevenir la aparición de arrugas, de manchas, de flacidez… para retrasar el envejecimiento. En el caso de la medicina estética, siempre es mejor prevenir que curar y creemos que este mensaje está llegando al público más joven.
¿Cree que las redes sociales son el factor clave de este fenómeno? ¿En qué cree que pueden ser un peligro?
Si, por supuesto. Las redes sociales son un arma de doble filo porque es un recurso en el que podemos, por un lado, encontrar mucha información veraz, didáctica, explicada por profesionales y detalles sobre tratamientos con resultados reales y por otro lado, información que no es del todo real, que no está contrastada y que promete resultados que son muy espectaculares, pero que no son reales y pueden crear falsas expectativas sobre lo que se puede conseguir con la medicina estética.
Al final, la medicina estética lo que se busca es una evolución. Nosotros acompañamos a nuestros pacientes a lo largo de los años mejorando su aspecto de manera progresiva y eso es difícil de plasmar en una foto de antes y después en redes sociales, pero es la esencia de nuestro trabajo.
¿Piensa que es temporal o que estamos ante un fenómeno con repercusión a largo plazo?
Yo creo que es una tendencia que va a más, no es una moda pasajera. En mi opinión, considero que las personas se están concienciando de la importancia de verse bien con el paso de los años y creo que es nuestra obligación, de los médicos estéticos, compartir información real, veraz, explicando las cosas cómo realmente son de manera comprensible y sencilla.
¿Se ha democratizado por completo la cirugía?
En nuestro caso no realizamos cirugía, pero en el caso de la medicina estética considero que no se ha democratizado si tenemos en cuenta los precios, ya que es innegable que los tratamientos de medicina estética no son baratos, pero sí que creo que se ha normalizado su uso. Y, sobre todo, se ha invertido ese prejuicio sobre que este tipo de servicios se dirigen únicamente a las mujeres, pues cada vez más hombres recurren a las clínicas estéticas.
De hecho, en general, cada vez más se entiende como normal que alguien recurra a la medicina estética como parte de su rutina de belleza, como un complemento más en el cuidado de su físico. Igual que es normal acudir a la peluquería cada cierto tiempo, recurrir a la medicina estética para prevenir, mejorar o cambiar sutilmente también lo es.
¿Cómo evitar derivas? ¿Qué consejo puede dar?
La base de cualquier buen tratamiento es un buen diagnóstico y mucha sinceridad por parte del profesional que lo realice. Nuestro deber cómo médicos estéticos es aconsejar a nuestros pacientes qué pueden hacer para lograr el mejor resultado, sabiendo también cuándo hay que parar para que sea natural y estético.
Mi consejo para personas que quieran comenzar a cuidarse a partir de la medicina estética es que se pongan siempre en manos de especialistas debidamente acreditados, que no se dejen tentar por ofertas y que se dejen asesorar, ya que un buen médico siempre mirará primero por el bienestar físico y mental de su paciente.