Su nombre completo Inès Marie Laëtitia Églantine Isabelle de Seignard de la Fressange, pero desde que, con 16 años, estudiaba Historia de Arte en la Escuela del Louvre, lo abrevia como Inès de la Fressange. Su nombre es hoy sinónimo del chic francés, y firma colecciones de moda, accesorios (bolsos, zapatos y maletas), papel pintado y hasta un coche.
Nació en 1957 en Gassin, una pequeña localidad de la Costa Azul; es hija de André de Seignard, un aristócrata (Marqués de La Fressange) y corredor de bolsa francés, y Cecilia Sánchez-Cirez, una modelo argentina. Se crió con sus dos hermanos varones en Moulin des Dames, una mansión del siglo XVIII, a 60 kilómetros de París.
Una infancia idílica, en mitad del campo, cuya tranquilidad solo era interrumpida por las visitas de amigos de sus padres, en su mayoría artistas. Al terminar el colegio se matricula para estudiar Historia de Arte en la Escuela del Louvre.
[El estilo de Inès de la Fressange en diez claves]
Mientras tanto, y para ganar un dinero extra, se apunta a una escuela de modelos, siguiendo los pasos de su madre, que trabajó para el diseñador Guy Laroche. Su abuela era una de las mejores clientas del modisto, pero Inès insiste en no decirle quién es ("quería conseguirlo por mí misma").
Fue descubierta por el fotógrafo italiano Paolo Roversi, que la escoge para un editorial de moda de la edición francesa de la revista ELLE. Con su 1,81 de estatura es perfecta para las pasarelas. En 1975 debutó desfilando para Kenzo. Luego lo haría para Thierry Mugler, Jean-Charles de Castelbajac e Yves Saint Laurent.
En 1984, con 26 años, firma un contrato en exclusiva con Chanel para ser imagen de la marca y se convierte en la primera modelo en hacerlo, aunque después muchas seguirán su ejemplo.
Su media melena de color azabache y sus cejas pobladas (solo Isabella Rosellini las llevaba igual), no encajaban en el estilo de las modelos californianas o nórdicas que triunfaban en la época, pero a Karl Lagerfeld su cara y la forma de vestirse y moverse de Inès le recordaron a la propia Coco Chanel.
En 1989 es escogida para inspirar el rostro de Marianne, símbolo de la República Francesa (un honor que antes que ella disfrutaron, entre otras, las actrices Brigitte Bardot y Catherine Deneuve), lo que enfada a Karl Lagerfeld, para quien Marianne es símbolo "de todo lo que es aburrido, burgués y provinciano".
Dicen que el diseñador alemán, famoso por sus boutades, dijo entonces: "Le deseo toda la suerte del mundo, hasta el punto de no tener que verla nunca más ni oír hablar de ella".
En 1990 se casa con el ejecutivo italiano Luigi d’Urso, vestida con un traje de chaqueta y sombrero a juego de Yves Saint Laurent. Tendrán dos hijas: Nine Marie d'Urso (cuya madrina es la princesa Carolina de Mónaco, gran amiga de Inès) y Violette.
Siempre quiso ser algo más que modelo, profesión que la aburría soberanamente, y en 1992 montó su propia marca de moda y abrió tienda en la capital gala. Pero se la arrebataron los principales accionistas y perdió el derecho a usar su nombre, por lo que acude a los tribunales a recuperarlo.
En 2002 se convirtió en embajadora de la firma de Roger Vivier, fundada en 1937 por el que, según algunos, es el mejor diseñador de zapatos del siglo XX. Desde los inicios del siglo XXI, Inès calza siempre modelos con la inconfundible hebilla cuadrada de la marca, en la que es una de las alianzas más longevas de la moda.
En 2006, después de 16 años de matrimonio, se quedó viuda. Su amiga Carolina de Mónaco, que había pasado por el mismo trance en 1990, es su gran apoyo en esos momentos. En 2009 vuelve a subirse a la pasarela, mostrando la colección primavera-verano de su gran amigo Jean Paul Gaultier, para cuya marca ejerce de consultora.
Un año más tarde, hace las paces con Karl Lagerfeld y desfila con las creaciones de Chanel para la temporada primavera-verano 2011. Habían pasado 20 años desde su distanciamiento pero, según De la Fressange: "Nunca he sido rencorosa".
También en 2010 publica su primer libro, La Parisienne, traducido y publicado en 17 idiomas. Su fórmula para ser parte de la crème de la crème de París la convirtió en un fenómeno internacional, una vez retirada de las pasarelas. Esta guía de estilo fue publicada en español por Grijalbo, un año después.
Desde entonces, ya es autora de media docena de libros y ejerce como auténtica prescriptora sobre estilo de vida: recomienda sus lugares y marcas favoritos, da consejos para decorar tu casa o propone estilismos para no pasar de moda.
En ellos desvela también sus trucos para destacar: desde cómo doblarse las mangas de la camisa sobre las del jersey, hasta cómo combinar los pantalones vaqueros con sandalias de pedrería, el collar de perlas con una camiseta rockera, el esmoquin con zapatillas, las prendas de estampado militar con joyas y hasta un vestido de noche con una cesta de mimbre.
En definitiva, explica cómo ser una parisina comme il faut: “Es una mujer que se preocupa por su apariencia y sabe mezclar felizmente lo nuevo y lo viejo, lo lujoso y lo deportivo, quiere tener estilo más que estar a la moda pero permanece atenta a lo que se hace en su tiempo”.
Embajadora de L’Oréal Paris, su consejo de belleza es "tener pocas cremas, pero buenas, y nunca irte a la cama sin desmaquillarte". Para cuidarse, recomienda "dormir mucho y comer solo cuando tengas hambre". Y caminar: "No hago deporte, porque me aburre, pero voy andando a todas partes".
Desde 2014 tiene su propia estatua en el Musée Grévin de París (el equivalente a nuestro Museo de cera). Ese mismo año, diseña su primera colección cápsula para la cadena de moda Uniqlo, y en 2022 va ya por la decimoctava.
Convencida de que "se puede encontrar la belleza en los objetos más corrientes, en la vida diaria", es una firme defensora de comprar en las tiendas de ropa vintage y de la filosofía ancestral japonesa del Wabi Sabi: encontrar belleza en prendas desgastadas y en los objetos que muestran el paso del tiempo.
Según el director de diseño de UNIQLO, Naoki Takizawa, la marca japonesa "siempre ha colaborado con importantes diseñadores, pero Inès es ante todo una clienta exigente. Al crear esta colección, nos fijamos el objetivo de hacer prendas que nos gustaría usar y que nos hagan sentir mejor".
Según la firma nipona, el talento y la filosofía de Inès impregnan cada colección y logran equilibrio absoluto de cada detalle, desde la altura de la cintura al tamaño del escote o el ajuste perfecto.
Ella asegura que las prendas que más le gustan son las que diseña inspirándose en los uniformes, base de cada pieza, pensada para una mujer que trabaja, se mueve y necesita estar cómoda.
Para Inès, el estilo parisino va más allá de las etiquetas, las marcas y el precio, y el armario perfecto es aquel en el que se mezclan diferentes estilos, desde el lujo hasta el vintage, manteniendo siempre la comodidad al vestir. "Me siento menos conectada a la moda cuando es prohibitiva, snob o alejada de la vida real".
En 2015, después de 16 años sin poder vender bajo su nombre, recupeó el control de su marca y abrió de nuevo su tienda en el número 24 de Rue Grenelle. Y este verano creó su propia marca de zapatos (Inès de la Fressange Souliers), en colaboración con la marca italiana de artesanos del calzado LaManuelita Srl.
Su hija mayor, Nine D'Urso, parece ser la que aspira a continuar el legado de su madre pues, en 2011, se convirtió en imagen del primer perfume de la marca italiana Bottega Veneta.
El próximo 11 de agosto de 2023 cumplirá 65 espléndidos años, convertida en la imagen perfecta de la elegancia sin esfuerzo. Y sigue encarnando el charme francés sin seguir jamás los convencionalismos ni las tendencias.
Para lograr ese savoir-faire tan parisino (y tan envidiado), rebusca en los mercadillos y desconfía de reglas preestablecidas. Con el sentido del humor por bandera, se siente muy "orgullosa de trabajar en la moda sin bótox ni liftings". Solidaria, es madrina de la ONG Mécénat Chirurgie Cardiaque Enfants du Monde.
Sigue en la brecha gracias a su profundo conocimiento de la moda, desde dentro y en todos los ámbitos porque ha sido modelo, editora, consultora, directora de comunicación y, sobre todo, estilista, "que es mi ocupación favorita. Crear es la profesión más hermosa".
Consejos de estilo de Inès de la Fressange
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Su filosofía: "No se necesita mucho ni caro para verse bien".
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Su recomendación: "Siéntete cómoda con lo que lleves puesto. Elige siempre prendas con las que puedas sentirte tú misma y mostrarte como un espíritu libre".
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Sus prendas fetiche: Un par de pantalones vaqueros (en blanco y en azul), una camisa blanca, un suéter azul marino, una chaqueta blazer azul, una gabardina, una cazadora de cuero, una camiseta de algodón y un vestido negro de líneas sencillas.
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Su secreto: Buscar en lo intemporal la base de su estilo.
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Su estilo: Una aparente simplicidad pero cuidadosamente estudiada.
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Su armario: Ropa nueva que parece atemporal y ropa vintage que parece nueva.
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Una combinación de colores: Negro con azul marino ("algo que nadie había mezclado hasta Yves Saint Laurent").
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Una sugerencia: De vez en cuando busca prendas en la sección de Hombre.
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Admira a: Jane Birkin quien "ha sabido mantener a lo largo de las décadas la armonía, el estilo, la elegancia y siempre luciendo moderna".
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A evitar: "Ponernos a la vez demasiadas joyas, accesorios, detalles, pulseras, collares, pendientes...".
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Nunca llevaría: Piercings, leggings, chanclas o calcetines con sandalias.