El origen del tratamiento de maderoterapia se remonta a miles de años atrás cuando se comenzó a realizar combinando utensilios de madera con el uso terapéutico de las manos. Durante décadas se ha ido puliendo y sofisticando hasta nuestros días.
Todas las investigaciones y formaciones han influido en su valor como ritual de belleza y bienestar, un protocolo que actualmente se realiza en rostro, cuello y escote y en todo el cuerpo de forma global.
Sus utensilios de madera ya son muy populares en todos los mejores centros de belleza del mundo. Hace unos meses, en el primer desfile que realizó la firma Fendi, la supermodelo Naomi Campbell grabó un vídeo para sus redes sociales narrando cómo se había preparado para protagonizar la presentación de la colección junto a otras modelos. En ese vídeo, la top visitaba un centro de referencia en París donde habitualmente acudía a un protocolo de maderoterapia, donde se grabó a sí misma explicando el paso a paso de la sesión.
Ese vídeo popularizó aún más los beneficios de este ritual que logra importantes beneficios. Por ejemplo, si se realiza en el rostro, su objetivo es rejuvenecerlo y prevenir el envejecimiento con un efecto lifting natural. La acción de los utensilios que habitualmente se utilizan en este tratamiento tan demandado es completamente global, con efectos internos y externos, visibles y perceptibles desde la primera sesión.
Con la aplicación de esta técnica en el rostro, sobre todo, y por centrarnos en sus beneficios evidentes, conseguimos mejorar la textura y calidad de la piel (más uniforme, más lisa, más compacta, más luminosa), redensificar la matriz extracelular para tonificar el tejido, estimular la circulación sanguínea con un aumento de oxígeno y nutrientes a la célula, regular el sistema nervioso, equilibrar la mente y los estados de ansiedad. Y es que, aunque sea un tratamiento de belleza del que muchos pueden dudar de sus resultados sanadores a nivel emocional, lo cierto es que junto con el masaje bioenergético, es de los protocolos que más templanza y equilibrio aportan.
El masaje facial se realiza con un aceite de almendras para que los utensilios circulen fácilmente sobre la piel y se deslicen sin problema. Por ejemplo, con las bolas actuamos a nivel superficial para eliminar tensión, conseguir una relajación muscular, estimular el sistema linfático y sanguíneo y suavizar arrugas. Con el rodillo estriado pequeño trabajamos a nivel epidermis y dermis media para activar la microcirculación periférica, estimulamos el fibroblasto, trabajamos las arrugas más finitas y el contorno de ojos.
Es muy efectivo en casos de bruxismo. Con el rodillo doble mango estriado llegamos a la dermis profunda, hipodermis y tejido muscular para conseguir una acción reafirmante y tensora, combatimos arrugas profundas, activamos la remodelación del óvalo y la reducción del doble mentón. También podemos actuar a nivel epidermis, dermis e, incluso, hipodermis, organizando los tejidos internamente y estimulando la compactación dérmica con la copa sueca y con la pala moldeadora, trabajamos a nivel muy superficial y reconduce las toxinas movilizadas a las vías de eliminación del organismo.
Maderoterapia corporal
En todo caso, en todos los protocolos de maderoterapia no siempre utilizaremos todos los elementos ni en todas las zonas ya que se eligen en base al diagnóstico personalizado, basándonos en la acción de cada uno de ellos. La pala es la única obligatoria en todos los tratamientos. Si realizamos la versión corporal, la maderoterapia logra reafirmar y tonificar el cuerpo, tratar la celulitis, reducir centímetros, oxigenar el tejido, mejorar la producción de colágeno y definir el contorno corporal.
En este caso, trabajamos busto, abdomen, piernas, glúteos y brazos. ¿Por qué ha sido más conocido a nivel corporal hasta ahora? Por un avance en su formación y en sus aplicaciones ya que en el cuerpo es donde están sus orígenes. Ha sido siempre muy aplaudido como tratamiento reductor de piernas, abdomen y glúteos, anticelulítico, drenante con rodillo y/o caña de bambú, para flacidez en brazos, posparto y, al igual en el facial, para tratar el estrés.
En su aplicación corporal se recomienda que tenga una duración de 90 minutos y que su ejecución se combine con una mezcla de aceites base y esenciales y cremas lipolíticas, drenantes o reductoras (dependiendo de la patología a tratar) específicas para cada tipo de pie. Además, se realiza un drenaje linfático a través de presoterapia y/o vendas celulares para eliminar aquellas toxinas que se puedan haber acumulado.