Katalin Berenyi, general manager de Clarins desde 2019, lleva trabajando en la industria de la belleza desde hace más de 20 años. Su relación con el grupo L'Oréal empezó en 2001 cuando se hizo cargo como brand manager de la marca Shu Uemura. Aquel primer contacto con la filosofía japonesa fue el detonante que cambió su punto de vista sobre los tratamientos de belleza.
Sin embargo, fue tras su ascenso como directora de marketing internacional cuando contactó con alguien que le cambió su vida: la científica coreana Hojung Lee que le descubrió un ritual tradicional que se ha ido expandiendo por todo el mundo.
De esa amistad nació su proyecto más personal, Erborian, una gama de productos que prentendían revelar al mundo los secretos de la belleza coreana, una manera de apostar por unos productos inteligentes, personalizados y naturales.
Unos aires que trae en cada sonrisa y en cada decisión a Clarins con el objetivo de reforzar su imagen: "De alta eficacia, saber hacer profesional, una gran naturalidad y que nuestros clientes sean conscientes de que disponemos de una solución para cada mujer y cada hombre, para todas las edades y en cada etapa de sus vidas", reconoce en una entrevista con MagasIN.
Berenyi, de origen húngaro, se graduó en la Escuela de Artes Decorativas de París, por el Instituto Francés para la Moda, y estudió un MBA en los Estados Unidos (Master en Business Administration, General Management, Marketing&Finance) que le ha enseñado a transmitir belleza y frescura a todo lo que toca, "casi por deformación profesional".
Ser mujer jamás ha sido una dificultad añadida para su ascenso laboral ni para convertirse en una ejecutiva de éxito, aunque reconoce que "tenemos diferentes desafíos y oportunidades". "Tenemos una caja de herramientas distinta y tal vez una conocida tendencia natural a hablar menos y a compensarlo con trabajo duro".
Si se le pregunta qué demanda la mujer actual de la cosmética, ella tiene claro que la respuesta es "eficacia, respeto por la piel, a su edad y a su propia sensibilidad personal, así como transparencia y respeto por la diversidad", palabras que no siempre se unen con un maquillaje o con una crema pero que en Clarins están muy presente en cada proyecto e innovación.
Lo suyo con la marca francesa fue, como ella misma reconoce, una "historia de amor exitosa". "Me enamoré de Clarins después de las primeras reuniones con la familia y el directorio porque teníamos el mismo objetivo: hacer la vida más bella para nuestros clientes a través de grandes productos, de grandes boutiques y de grandes experiencias digitales en todo el mundo, manteniendo al mismo tiempo nuestro espíritu familiar y emprendedor, una particularidad que conozco bien por mis experiencias profesionales anteriores".
Clarins es la marca de belleza número 1 en Europa y siempre ha apostado por un dinamismo excepcional y por estar muy cerca de las mujeres. Ofrece una imagen muy limpia y que ahora va a recibir ciertos aires (e influencias) coreanos, puros e innovadores, que vienen a complementar un proyecto que siempre ha apostado siempre por una belleza sana. "Cuanto más natural es la belleza más viva está".
El propio CEO de Clarins, Jonathan Zrihen, destacó tras el nombramiento de Katalin Bereyin su gran conocimiento del mercado asiático como un aval en su trayectoria futura: "Estoy encantado de dar la bienvenida a Katalin a la familia Clarins. Su experiencia en el desarrollo de marcas globales unida a su sólido conocimiento del mercado asiático, su espíritu dinámico y pasión por el servicio al cliente serán elementos esenciales para el desarrollo de Clarins en los próximos años".
Uno de los aspectos más importantes que tienen en común Clarins y Katalin Berenyi es su interés por crear nuevos productos limpiadores con activos naturales: "En Clarins siempre hemos dado prioridad a la naturaleza extrayendo, con el respeto a esta misma naturaleza, los activos más eficaces de las mejores plantas", reconoce la general manager confirmando que este es el camino que la marca ha elegido para el futuro.
"Por supuesto que vamos a continuar trabajando en nuestros puntos fuertes, muy naturales, muy eficaces y siempre con un toque particularmente profesional con el objetivo de maximizar la eficacia de nuestras fórmulas", nos anticipa Katalin.
Pero no sólo hay un Clarins para mujeres, los hombres también están entrando de lleno en este negocio y la marca francesa lo tiene muy claro. "Vemos que los hombres cada vez se sienten más atraídos por los cosméticos y que comprenden mejor lo que estos pueden hacer por su piel. Clarins ha sido una de las primeras marcas en desarrollar unos tratamientos muy eficaces con una fórmula adaptada gracias a nuestra planta característica: la hierba de bisonte".
Clarins quiere hacer la vida más bella a sus clientes y desea transmitir un mundo más bello a nuestros hijos. "Por esto es por lo que me gusta esta marca, porque tiene unos compromisos concretos y una doble promesa: cuidar de las personas y cuidar del planeta. Es la motivación que empuja a Clarins a construir un porvenir mejor para las futuras generaciones".