Nunca antes dos candidatos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos habían sembrado tanta división entre la población, al menos hablando en materia de género. Así lo confirman varias encuestas de universidades y medios de comunicación estadounidenses, que creen que las cuestiones relacionadas con la igualdad podrían ser cruciales para decidir el futuro de la Casa Blanca.
Siendo realistas, estas elecciones presidenciales presentan un escenario de lo más variopinto en términos de género. Por un lado, Kamala Harris, abanderando el feminismo estadounidense y presentándose como un icono de la lucha a favor de las mujeres y sus libertades. Por otro, Donald Trump y sus múltiples comentarios machistas, las acusaciones por intimidación a mujeres y la condena por encubrir el pago de un soborno a la actriz de cine porno Stormy Daniels para proteger su carrera presidencial en el año 2016.
En este contexto, las encuestas electorales son tajantes: los votantes nunca estuvieron tan polarizados en materia de género. Tanto es así que podría darse una situación insólita: que los republicanos se lleven la victoria del voto de los hombres jóvenes, mientras que los demócratas se vean más apoyados por las mujeres. Y, de esto, tienen mucha responsabilidad los jóvenes de la Generación Z. ¿En qué se basan estas conclusiones?
Las encuestas electorales
Cualquier elección presidencial es todo un hito, pero las de Estados Unidos se llevan la palma: el próximo mes de noviembre los cinco continentes mirarán con recelo al país americano, pues sus políticas para los próximos años podrían marcar el devenir del planeta. Por ello, son multitud las encuestas que se realizan desde dentro y fuera del país americano. Las más recientes, que analizan el comportamiento electoral y el compromiso político de los votantes, auguran una situación anómala e histórica: la mayor división entre hombres y mujeres en cuanto a brecha de género.
Esto queda reflejado en una encuesta elaborada por el famoso periódico New York Times y el Siena College, realizada entre el pasado día 5 y 9 de agosto, y que cuenta con la participación de 1.973 votantes de diferentes estados. Dicha encuesta muestra que hay una brecha de género de 35 puntos entre la vicepresidenta y el expresidente: mientras que Trump parte de una ventaja de 14 puntos entre los hombres, Harris lo hace con una de 21 sobre las mujeres.
Por su parte, la publicación Time, realizó otra encuesta entre el 22 y el 24 de julio, que muestra que Harris tiene una ventaja de 14 puntos entre las probables votantes femeninas, mientras que Trump cuenta con una ventaja de 23 puntos en hombres. Esto alargaría la brecha de género hasta los 39 puntos entre ambos candidatos.
Si ponemos estas cifras en contexto y las comparamos con las pasadas elecciones presidenciales, los datos son mucho más esclarecedores. En el encuentro con las urnas de 2016, la National Broadcasting Company (NBC) afirmó que la brecha de género era de 24 puntos; y que en las elecciones de 2020 era de 23.
Esto contrasta enormemente con los 35 y 39 puntos que pronostican para este año 2024 el New York Times y Time, respectivamente. Todo ello demuestra la gran divergencia política que se vivirá en las próximas elecciones presidenciales a la Casa Blanca del 5 de noviembre.
Brecha de género
Los expertos lo tienen claro: la brecha de género que vaticinan las encuestas no es baladí, pues podría tener consecuencias directas en el recuento de votos y la toma de poder. Además, presentaría un escenario que no se había visto desde hace dos décadas: que los republicanos se lleven la victoria del voto de los hombres jóvenes, mientras que los demócratas se vean más apoyados por las mujeres. Y es que precisamente en el voto joven está una de las claves de esta brecha de género.
Según un estudio de Gallup Workplace Consulting & Global Research, realizado en el año 2021, el 44% de las mujeres eran liberales, frente al 25% de los hombres en una edad comprendida entre los 18 y los 29. Es decir, hace unos años, la brecha de género ya se alargaba en el caso de los jóvenes, como los de la Generación Z, pues las mujeres se declaraban mucho más liberales que los hombres.
A día de hoy, esta es una tendencia consolidada, según la NBC; los hombres se están alejando del partido demócrata. De hecho, algunos jóvenes republicanos han afirmado en esta cadena "sentirse abandonados por los demócratas", ya que consideran que también se debe hacer frente a políticas sociales que les incumban a ellos, como la paternidad planificada.
Harris, icono feminista
Son muchas las voces que apuntan a que Kamala Harris es la esperanza del feminismo estadounidense, el nuevo icono progresista de las votantes, que causa furor incluso más allá de las fronteras de su país por su ascendencia india y jamaicana. Lo cierto es que, desde su proclamación como vicepresidenta, Harris no ha parado de enviar mensajes al mundo con claro sello feminista.
“Estoy aquí gracias a las mujeres que vinieron antes”, dijo Harris su primer día como vicepresidenta mientras portaba un gran abrigo de color lila que delataba las líneas de actuación durante su mandato. Además, reivindicó las luchas por la equidad de género y recordó el papel de las sufragistas de hace más de 100 años. Y, por supuesto, se autoproclamó feminista y procuró rodearse de un equipo formado por mujeres.
Sin embargo, su ímpetu no se queda en el plano laboral: también lo pone en práctica en su vida privada. Prueba de ello es que su marido, el prestigioso abogado Douglas Emhoff, ha dejado su trabajo para que no se produjeran conflictos de intereses con el cargo político de su mujer. En otras palabras, Emhoff ha optado por tener un papel de apoyo público a su esposa, ejemplo de que los roles tradicionales poco a poco están cambiando.
En defensa de las mujeres
Kamala Harris ha centrado su campaña en la defensa del derecho al aborto y los temas sociales. Tanto es así que ha prometido que, si fuera elegida presidenta, "restaurará la libertad reproductiva". Además, el pasado mes de diciembre realizó una gira nacional en su defensa, llamada 'Lucha por las libertades reproductivas'.
A diferencia de Joe Biden, Harris se ha mostrado mucho más perseverante y contundente en su defensa del derecho al aborto, tanto como para influir en la sociedad estadounidense. Desde que el 24 de junio de 2022 el Tribunal Supremo anulara la sentencia sobre el caso Roe contra Wade, muchos sectores de la sociedad entendieron que se estaba promoviendo un retroceso en los derechos de las mujeres. Y, ahí, entró de lleno y sin ambages Harris.
Aparte del aborto, Harris también incidió en un plan económico de fuerte carácter progresista. Durante el desglose de su agenda para la presidencia, anunció que prevé restaurar el Crédito Tributario por Hijos. De esta manera, las familias podrían acceder a una desgravación fiscal de hasta 6.000 dólares por cada nuevo vástago y así paliar de alguna manera los gastos de los primeros meses, como los pañales, cunas o chupetes. Harris hizo fuerte hincapié durante su campaña en esta medida, ya que en Estados Unidos los padres no pueden acceder a una baja de maternidad a día de hoy.
Otra de las máximas preocupaciones de la demócrata es la brecha salarial, que afecta con mayor gravedad a las mujeres latinas. En este sentido, Harris ha promovido diferentes proyectos para conseguir la igualdad, como la cumbre celebrada con motivo del Día Internacional de la Paga Igualitaria o una reunión con la selección femenina de fútbol estadounidense.
Además, su partido ha anunciado planes para prohibir que el Gobierno federal pueda acceder al historial salarial de los solicitantes de nuevo empleo, para evitar que se perpetúen brechas salariales.
Estas medidas no están siendo bien recibidas por todos los sectores de la población. De hecho, algunos jóvenes han promovido en redes sociales el hashtag #Kamunism, una mezcla entre Kamala y comunismo. Otros, se han quejado de que la nueva legislación les "está obligando a crear puestos de trabajo que ni necesitan ni tienen sentido alguno, más allá de cumplir con los cada vez más exigentes requisitos de cuotas para dar cabida a todas las variedades de identidad sexual".
División entre la Generación Z
En cuanto a la Generación Z, ¿se está produciendo un aumento del sexismo entre los sectores jóvenes estadounidenses? Por suerte, los expertos se muestran esperanzadores y apuntan a que no se debe solo a un tema ideológico, sino más bien económico.
La realidad es la siguiente: durante los últimos años, las mujeres jóvenes están superando a los hombres en ingresos medios y, además, tienen más probabilidades de emanciparse que ellos. Por lo tanto, uno de los factores que condicionan el voto de una persona joven es la coyuntura económica, que en el caso de la Generación Z, es una de las más presionadas por la incertidumbre.
Además, hay que tener en cuenta que Donald Trump lidera las encuestas entre la gente que dice que la economía es un factor importante y, en consecuencia, también entre los que tienen una situación económica complicada, como los jóvenes. En el caso de Kamala Harris, una de las grandes proclamas de sus seguidores es, precisamente, la defensa de los derechos y libertades de la mujer.
Los escándalos de Trump
Por su parte, Donald Trump también ha protagonizado algunos de los debates más intensos sobre feminismo e igualdad de género en Estados Unidos. Pero, en este caso, no por la misma razón: el expresidente ha sido responsable de muchas polémicas por sus frecuentes comentarios machistas y algunas otras actuaciones poco ejemplares.
Ejemplo de ello es el juicio histórico al que tuvo que someterse por el intento de soborno a la actriz porno Stormy Daniels. En este, Trump fue declarado culpable de 34 cargos por ocultar el pago de 130.000 dólares a Daniels para comprar su silencio.
Sin embargo, antes de esta actriz porno con la que mantuvo relaciones extramatrimoniales en 2016, Donald Trump ya fue acusado por otros delitos relacionados con las mujeres: la actriz Jean Carroll también le mandó a los tribunales, quienes dictaminaron al candidato a la Casa Blanca culpable de abuso sexual.
Además, sus comentarios machistas y sus actitudes misóginas son constantes, y la actitud distante de su mujer Melania Trump ha puesto en evidencia su carácter retrógrado. Mientras tanto, cada vez son más mujeres las que participan en los grupos de opinión pública, así como las que representan puestos de liderazgo en sectores de influencia. Además, estas no solo luchan por la igualdad de género, sino que también se muestran a favor de diferentes grupos étnicos y otras minorías.