"Para que una persona tenga éxito, ha de tener un alto coeficiente emocional, pero si no quieres perder rápidamente, tendrías que tener un alto coeficiente intelectual. Y si quieres ser respetado, debes tener un alto nivel de cociente intelectual de amor.
Necesitamos estos tres factores juntos. Muchos hombres tienen un alto coeficiente de inteligencia, pero el resto de factores son bajos. Las mujeres, en cuestión de equilibrio, son las mejores. Si deseas que tu empresa sea exitosa, si quieres que tu empresa opere con sabiduría y con cuidado, las mujeres son las mejores".
Estas palabras son de Jack Ma, fundador del mercado online chino Alibaba, que en cada entrevista ha achacado el éxito de la empresa a la cantidad de mujeres que trabajan en ella. En el World Economic Forum, celebrado en Davos, añadió que las mujeres piensan más en los demás que en sí mismas, haciendo de este un valor indispensable, a su parecer, para que una empresa sea exitosa.
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Junto con la empatía, asegura que la atención al detalle y la capacidad de multitasking son aspectos cruciales para el bienestar empresarial, aspectos que según el empresario, están garantizados en el momento en el que las mujeres pasan a formar parte de los equipos.
Gracias a estas palabras comienza a desaparecer esa extendida (a la par que preocupante y machista) creencia de que trabajar con mujeres es tedioso. "Esta percepción se ha perpetuado por estereotipos de género y prejuicios arraigados culturalmente que etiquetan a las mujeres como 'demasiado emocionales' para el trabajo. Estos estereotipos no solo subestiman las capacidades profesionales de las mujeres, sino que también ignoran el valor de la diversidad emocional y cognitiva en el ámbito laboral".
"Lo más inteligente para cualquier emprendedor es contar con equipos multidisciplinares donde cada miembro del equipo pueda aportar el máximo valor al proyecto, independientemente de si es hombre o mujer", explica Carlos Enseñat, Presidente Asociación Española de Startups.
"En la Asociación Española de Startups creemos que la promoción de historias de éxito y la visibilidad de referentes femeninos pueden servir como inspiración, y con ese propósito organizamos cada año los #WomenStartupAwards, una iniciativa con la queremos reconocer y visibilizar el increíble talento que tienen las mujeres emprendedoras y directivas de nuestro país", añade.
En la clausura del acto de presentación de la guía 'Mujeres referentes del sector de la ciencia y la salud', cuyo objetivo es visibilizar a las mujeres más destacadas de estos sectores en España, Eva Ortega, Secretaria General de Investigación, ha recalcado la necesidad de iniciativas como 'Yo, jefa'.
Su objetivo es "eliminar esas barreras visibles e invisibles, conscientes e inconscientes que a día de hoy existen en nuestra sociedad. Es importante que se sigan visibilizando casos de éxito para generar referentes que marquen el camino para nuestras futuras jefas. Referentes que, en mi campo, el de la ciencia, son la guía para inspirar a las futuras Marisoles Soengas, Direnas Alonso o Patricias Sancho, por nombrar algunas gotas de un océano femenino de talento".
Comenta además que los datos muestran que estamos lejos de hacer añicos los techos de cristal que separan del cielo del liderazgo a la gran mayoría de las mujeres que deciden formarse, investigar o incluso emprender en un área científico-técnica en España. Opina que esto ha de empujarnos a reflexionar de manera colectiva sobre las causas y soluciones que urge poner en marcha para revertir la situación.
Las ventajas de trabajar con mujeres
El equipo de la agencia AcentoenlaCé, Agencia Nº1 en NPS (Net Promoter Score), según el último informe de la consultora Scopen 'PR Scope 2023-2024', está formado por 12 mujeres, algo que no es fruto, aseguran, de una decisión premeditada. Hablamos con ellas para saber cuáles son las ventajas de trabajar entre mujeres.
"Nos obliga a ser cada día más responsables con nuestras propias decisiones y con nuestra manera de afrontar el liderazgo. Queremos ser parte del cambio, y eso también nos hace ser más conscientes y dar prioridad al bienestar integral de nuestro equipo, con el que compartimos inquietudes, por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con la conciliación", dice Cristina González, socia fundadora de AcentoenlaCé.
"Se produce, de manera natural, una conexión y una comunicación empática. Nuestro objetivo es construir y sostener en el tiempo un entorno agradable que impulse la motivación, la creatividad y la colaboración. El resultado de esa sinergia y del bienestar laboral es un incremento del compromiso, mayor trabajo en equipo y mejores resultados. Creo que, cuando trabajamos entre mujeres, al menos dentro del sector de la comunicación, hay mayor capacidad de escucha y menor temor a equivocarse. También una mejor gestión del tiempo, y habilidades innatas relacionadas con las competencias sociales y emocionales”, indica.
Volviendo a las palabras de Jack Ma, que asegura que el éxito de una empresa radica en una combinación más alta de la coeficiente intelectual con la inteligencia emocional, la pregunta es cómo convertir a personas talentosas en un equipo y cómo hacer que las personas diversas en el lugar de trabajo se sientan incluidas para que te brinden el máximo rendimiento.
Irene Natividad, presidenta de Global Summit of Women, del Instituto de Investigación y Educación GlobeWomen y del Corporate Women Directors International (CWDI), institución que promueve una mayor participación de las mujeres en los consejos de administración de las empresas a nivel mundial, tiene la respuesta.
"La gestión requiere habilidades interpersonales y, por lo general, las mujeres tienen muchas: se comunican mejor y tienen un mejor sentido de las prioridades, lo que logra que las personas funcionen. Desgraciadamente, a las mujeres no se les suelen asignar responsabilidades de gestión o quedan atrapadas en los niveles medios y, finalmente, se marchan por falta de oportunidades", afirma.
"Los hombres tienden a tener un enfoque de liderazgo de arriba hacia abajo, mientras que las mujeres tienden a ser más conscientes horizontalmente de quienes las rodean, y no solo de los de arriba. Esto es demasiado simplificado, porque siempre hay excepciones, pero esa es generalmente la diferencia", prosigue.
"El Banco Mundial y Goldman Sachs, así como Mckinsey, han demostrado el buen crecimiento del PIB de un país si las mujeres se integraran plenamente en su economía como trabajadoras y administradoras en mayor número. De hecho, he recibido muchos de estos informes a lo largo de los años, lo que me ha llevado a preguntarme cuántos estudios más necesitamos para demostrar que las mujeres son una ventaja, en lugar de una desventaja, para cada empresa y para cada país, qué empresa no quiere ganar más dinero y qué país no quiere un aumento del PIB", afirma.
"Desafortunadamente, lo que impide que las mujeres sean plenamente ensalzadas en todos los niveles de una organización son los prejuicios ancestrales sobre lo que las mujeres pueden o no pueden hacer. Debido a que hay tan pocas mujeres en la cima, el modelo que tenemos para el liderazgo es masculino. La cultura es el mayor obstáculo para el avance profesional de las mujeres", finaliza.
Borrando mitos
El último informe Women in the Workplace de McKinsey, en colaboración con LeanIn.Org, echa por tierra cuatro mitos extendidos sobre las experiencias de las mujeres en el lugar de trabajo y el avance profesional. Aunque se comenta que son cada vez menos ambiciosas, la realidad no es así.
Nueve de cada diez mujeres menores de 30 años quieren ascender al siguiente nivel, y tres de cada cuatro aspiran a convertirse en líderes de alto nivel. Las mujeres representan aproximadamente uno de cada cuatro líderes de alta dirección, y las mujeres de color solo uno de cada 16.
"Además, la pandemia y la mayor flexibilidad no mermaron las ambiciones de las mujeres. Aproximadamente el 80 % quieren ascender al siguiente nivel, frente al 70 % en 2019. Lo mismo ocurre con los hombres", explica el informe.
También se dice que el mayor obstáculo para el avance de las mujeres es el techo de cristal, pero el informe indica que el "peldaño roto" es el mayor obstáculo al que enfrentan las mujeres en su camino hacia la alta dirección.
"Por noveno año consecutivo, las mujeres se enfrentan a su mayor obstáculo en el primer paso crítico hacia la dirección. Este año, por cada 100 hombres que fueron ascendidos desde el nivel inicial al gerencial, 87 mujeres fueron ascendidas. Como resultado de este “peldaño roto”, las mujeres se quedan rezagadas y no pueden recuperar el retraso", indica el análisis.
También se cree que las microagresiones tienen un impacto "micro", cuando lo cierto es que tienen un impacto grande y duradero en las mujeres. Las mujeres que experimentan microagresiones –y se autoprotegen para evitarlas– tienen tres veces más probabilidades de pensar en dejar su trabajo y cuatro veces más probabilidades de estar casi siempre agotadas.
Al no controlar las microagresiones, las empresas desaprovechan todo lo que las mujeres tienen que ofrecer y se arriesgan a perder empleados talentosos. Para terminar, el informe revela que, pese a que se cree que son principalmente las mujeres las que quieren –y se benefician– del trabajo flexible, los hombres consideran también la flexibilidad como uno de los tres principales beneficios para los empleados y fundamental para el éxito de su empresa.
Aunque no aparece este mito en el informe, durante mucho tiempo se ha vendido la idea de que trabajar con mujeres es complicado, con clásicos como "ellas son demasiado emocionales". ¿Por qué?
"Si por emocional nos referimos a que las mujeres tienen una inteligencia emocional superior, estoy de acuerdo. Pero esta noción estereotipada de que las mujeres son difíciles porque sus emociones a menudo están en juego en lugar de sus cerebros debería ser desechada como cultural garbage (basura). A menudo, se utilizan muchas excusas de por qué a las mujeres no se les deben dar roles de liderazgo para eliminar a las mujeres de los rangos ejecutivos. En mi universo, solo he conocido a mujeres determinadas que confían primero en los hechos y los datos, pero también en su sentido del impacto en quienes están dentro de su ámbito de responsabilidades”, dice Irene Natividad.
"A menudo, se dice que los negocios, al final, se basan en las relaciones: a quién conoces, en quién confías, a quién aprecias por sus valores de honestidad, trabajo duro y sentido de la responsabilidad. Si las emociones abarcan la capacidad de percibir, de ser consciente para poder evaluar más plenamente lo que hay que hacer, entonces, por supuesto, necesitamos nuestra inteligencia emocional, y hay que utilizar ese término y no disminuir la capacidad humana de percibir lo que los demás sienten como emociones negativas. Ser un gerente poco comunicativo e inconsciente no contribuye a aumentar la productividad de quienes lo rodean”, señala.
Para finalizar, como indica Carlos Mateo Enseñat, lo primordial es avanzar hacia una valoración equitativa de los distintos estilos de liderazgo y capacidades, reconociendo que la diversidad en el lugar de trabajo enriquece, fortalece y hace mucho más competitivas y resilientes a las empresas.