Vamos a comenzar con una frase dolorosa que, lamentablemente, no es en absoluto sorprendente: la recesión económica ha supuesto de nuevo un duro golpe a las mujeres. Datos de LinkedIn revelan que el porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo descendió al 32%, volviendo a los niveles registrados durante la pandemia.
"La brecha de género aún persiste en los puestos directivos y es evidente que las mujeres están sufriendo más los efectos de la recesión económica y sus consecuencias en el mercado laboral, los cuales están frenando los avances logrados en los últimos años", asegura Rosario Sierra, directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal
Y añade: "Este panorama nos exige redoblar nuestros esfuerzos y reconocer el valor, el potencial y el talento de cada individuo. Debemos romper barreras, ofrecer una igualdad de oportunidades y promover una cultura inclusiva que fomente la diversidad en todas sus formas. Sólo así podremos construir organizaciones más fuertes, innovadoras y equitativas".
Los datos de LinkedIn y el Global Gender Gap Report 2023 (WEF) evidencian la necesidad de un cambio sistémico para que los entornos laborales sean más justos e igualitarios y para que las mujeres estén mejor preparadas para el futuro y sean más resistentes a los cambios del mercado laboral. Entre las medidas prácticas e inmediatas que las organizaciones pueden adoptar para ayudar a reducir la brecha de género se incluyen algunas habituales como adoptar un enfoque de contratación que dé prioridad a las habilidades. También eliminar los prejuicios de las descripciones de los puestos, incluir a mujeres en los equipos de selección y apostar por programas de orientación y formación. Cada vez son más las mujeres que confían en el coaching y en la mentoría para impulsar sus carreras.
El coaching ejecutivo es una poderosa herramienta para desarrollar líderes en todos los niveles, y es particularmente valiosa para las mujeres líderes. Al trabajar con una coach, pueden desarrollar habilidades y estrategias que les ayuden a ser más conscientes de cómo se posicionan en el trabajo, así como a identificar sus fortalezas y áreas de desarrollo, establecer metas y crear planes viables para lograrlas.
"El reconocimiento creciente de la importancia del desarrollo personal y profesional ha llevado a las mujeres a buscar apoyo externo para alcanzar sus metas y superar obstáculos. Las mujeres están tomando conciencia de que trabajar más horas y destacar por su dedicación y compromiso no es lo que les ayuda a conseguir una promoción. Por el contrario, terminan el día agotadas, sin energía para hacer mucho más, sacrificando su vida personal y equilibrio. Muchas mujeres se sienten atascadas en su carrera debido a esto, sin visibilidad y sin saber qué deben hacer para llegar al siguiente nivel", explica Patricia Arboleda, ejecutiva, empresaria y destacada coach ejecutiva y de liderazgo femenino.
"Como coach de liderazgo enfocada en trabajar con mujeres profesionales, he observado que muchas valoran la oportunidad de trabajar con un coach para obtener una perspectiva objetiva y recibir orientación personalizada en su desarrollo profesional. Además, el coaching ofrece un espacio seguro y de apoyo donde pueden explorar sus fortalezas, desafíos y aspiraciones, así como desarrollar habilidades específicas necesarias para avanzar en sus carreras. Esto es especialmente importante en un entorno laboral donde las mujeres enfrentan desafíos únicos, como la brecha de género y la discriminación, y donde a menudo carecen de modelos a seguir y oportunidades de mentoría adecuadas", asegura.
Sol Aguirre, coach, escritora y ponente en temas relacionados con el autoconocimiento, aclara que cada proceso es específico para esa persona, independientemente de su género. Sin embargo, señala que a la hora de trabajar creencias -algo que siempre va a surgir en un proceso de coaching-, las mujeres necesitan siempre profundizar mucho más.
"El contexto social, cultural y familiar influye muchísimo en todo eso que creemos merecer, en todo eso de lo que nos creemos capaces y en todo eso que creemos posible para nosotras. Nos faltan referentes y nos sobra mucha culpa por dedicarnos tiempo, por disfrutar y por invertir en nosotras. Por otro lado, también hay particularidades en la logística vital y la gestión del tiempo, porque lamentablemente, tanto la carga de trabajo fuera del trabajo como la carga mental es mucho mayor en la mujer", explica. Quiere aclarar que no quiere decir que las mujeres deban de ser coacheadas siempre por mujeres, pero sí es necesario que el profesional en cuestión tenga todas estas cuestiones en cuenta.
Por su parte, Arboleda coincide en que la efectividad del coaching no está determinada por el género, ya que se centra en el desarrollo personal y profesional de cada individuo, independientemente de su género. "Sin embargo, es importante reconocer que las mujeres pueden beneficiarse de un enfoque específico que tenga en cuenta sus experiencias únicas y los desafíos que enfrentan en el ámbito laboral y personal".
"Un coaching realizado por mujeres puede proporcionar un espacio más seguro y de apoyo donde las mujeres se sientan comprendidas y empoderadas para abordar temas que puedan ser particularmente relevantes para ellas, como la brecha salarial", explica.
El síndrome de la impostora y el liderazgo femenino
Mercedes Wullich, que se define como "aceleradora de mujeres", comenta que cada vez son más quienes son conscientes de necesitar una ayuda externa para impulsar sus carreras al entender hasta qué punto ciertas limitaciones influyen en sus carreras y en sus decisiones. Y saben que hay herramientas y que es cuestión de estrategia y de pragmatismo pedir ayuda para lograr antes el estatus al que aspiran.
Confiesa que de forma recurrente se topa con mujeres con el síndrome de la impostora. "Sin embargo, por suerte hay más recursos para detectarlo. Mi trabajo es hacerles ver otra perspectiva y cuáles son los antídotos para erradicarlo. Conocerse, saber en qué son unas cracks, cuáles son las cosas que deben aprender o consolidar. Que tengan claro que pueden elegir, y que no siempre tienen que obrar como una girl scout dispuesta a todo para demostrar su valía o poner las necesidades de los demás por encima de las propias", asegura.
Como especialista en liderazgo ejecutivo, ¿diría que hay rasgos que definen al liderazgo ejecutivo de las mujeres? Responde Patricia Arboleda. "Puedo afirmar que existen rasgos característicos que definen el liderazgo ejecutivo de las mujeres. Uno de los aspectos distintivos es la mayor tendencia hacia la empatía y la inclusión en el liderazgo femenino. Las mujeres a menudo muestran una mayor sensibilidad hacia las necesidades y preocupaciones de su equipo, lo que les permite crear un entorno de trabajo más colaborativo y compasivo", comenta.
"Además, el liderazgo ejecutivo femenino tiende a ser más orientado hacia la comunicación efectiva y la construcción de relaciones sólidas. Las mujeres suelen priorizar la creación de conexiones significativas con sus equipos y otras partes interesadas, lo que contribuye a una mayor cohesión y compromiso dentro de la organización”, asegura.
Wullich, que por cómo ha ido desarrollando y dirigiendo sus programas, asegura que el 90% de quienes apuestan por su mentoring son mujeres, directivas o altas directivas con un rango de 45 a 55 años, señala que el liderazgo ejecutivo masculino a menudo se caracteriza por su enfoque en la toma de decisiones rápida y directiva, así como en la orientación hacia objetivos claros y resultados tangibles.
"Los líderes masculinos suelen destacar por su capacidad para resolver problemas de manera eficiente y liderar equipos hacia el logro de metas específicas. Es importante destacar que tanto el liderazgo ejecutivo masculino como el femenino tienen sus propias fortalezas y debilidades. El éxito de un buen líder radica en comprender y aplicar ambos estilos según la necesidad. La integración de cualidades como la empatía, la comunicación efectiva y la toma de decisiones firme puede conducir a un liderazgo ejecutivo verdaderamente efectivo y centrado en el desarrollo integral de la organización", aclara Patricia Arboleda.
Para finalizar, preguntamos a Mercedes Wullich cuán importante es que las mujeres compartan aprendizajes y experiencias para transformarse. "Esta es una clave que tiene que ver con una nueva manera de gestionar el cambio, que es permanente y va más allá del género. Su mayor valor es la riqueza de opiniones, miradas y experiencias… El hacernos preguntas y estar abiertas a cambiar las respuestas, es la vía más idónea para la transformación... Sin ella, perdemos el rumbo y nos alejamos irremediablemente de nuestros sueños", señala.