El activismo de Mina Guli para concienciar sobre la crisis del agua: “Corro 200 maratones en un año”
La ultramaratonista atiende a EL ESPAÑOL antes de culminar su reto #RunBlue, con el que completará 200 carreras en un año y llegará a la sede de las Naciones Unidas.
2 febrero, 2023 02:06Pocas veces se corren 200 maratones alrededor del planeta en un año. Pocas se tiene la oportunidad de estar en el camino de quien las corre (sin parar) por y para el planeta. La activista y ultramaratonista Mina Guli atiende a EL ESPAÑOL tras correr su maratón número 157 en Madrid, y a pocas horas de volar al Amazonas, donde tiene la siguiente maratón de su reto #RunBlue, con el que completará 200 en un año.
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A un ritmo de cuatro maratones por semana, la activista Mina Guli habrá completado más de 8.000 kilómetros, en un solo año, cuando llegue ante la sede de la Naciones Unidas con su reto #RunBlue, para sumarse a la Cumbre del Agua que allí tendrá lugar los próximos días 22 y 24 de marzo.
“Corro 200 maratones en un año porque el mundo sigue ignorando el problema de la crisis del agua a nivel mundial. Hago distancias disparatadas porque es disparatado que miles de millones de personas sigan sin tener acceso a agua potable", me explica Mina, tras correr en Madrid su maratón 157.
En la capital se le unieron casi cincuenta colaboradores de Bayer, empresa que colabora con la iniciativa #RunBlue a nivel global, sumándose a la activista para completar el tramo final de la maratón.
"Corro para conseguir que el agua y los ecosistemas de agua dulce estén en el centro del debate de la seguridad alimentaria y energética, acción climática y desarrollo sostenible”, añade la australiana de 53 años, que hace diez dejó su carrera en Finanzas y Derecho para adquirir el compromiso de visibilizar la crisis del agua corriendo por todo el mundo y a través de su propia ONG The Thirst Foundation.
Desde entonces ha realizado proezas como el 7 Desert Run, superando 40 maratones en 7 desiertos en 7 semanas; en 2017, la River Run, donde corrió 40 maratones cruzando 6 ríos en 40 días; y en 2018 se quedó a las puertas de completar 100 maratones en 100 días para la campaña Running Dry, lo que le ha valido el nombre de la "activista ultramaratoniana".
En este compromiso con el planeta también ha renunciado a la maternidad, como ella misma explica: “Elegí no tener hijos porque quiero un mundo mejor para todos los niños y no podría hacer lo que hago o hubiera sido mucho más complicado. Mi compromiso es con el planeta, para que haya suficiente agua para las generaciones futuras”.
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¿Cómo se consigue renunciar a tanto?, le pregunto: “Si no lo hago yo, quién lo va a hacer. Si no lo hago en este momento, entonces cuándo. Existe una crisis del agua, yo la he visto y quiero que todo el mundo la vea para que, como accionistas del planeta, podamos hacer cambios desde los gobiernos, las empresas y nuestro poder como consumidores. Es importante que nos preguntemos si podemos vivir con menos y cómo ser más eficaces reduciendo consumo de agua”.
¿Qué pasos se tienen que dar en la Cumbre del Agua para que des por buena tu misión?: “Quiero resolver la crisis mundial del agua y, para ello, necesito liderazgo de los gobiernos. Yo no puedo correr sola, el cambio se hace por la unión de las comunidades. En Nueva York, yo represento las voces de muchas historias, personas que he conocido y me han contado sus dificultades de acceso al agua. Dificultades para la agricultura, la salud, la higiene… Ellos son mi verdadero motor" responde.
Y añade: "Mucha gente ha oído que hay una crisis hídrica pero no sabe hasta qué punto la sufre la población ni todo lo que desencadenará si no cambiamos. Es importante que vayamos a Nueva York y alcemos la voz para que los gobiernos se pongan compromisos específicos”.
¿Qué podemos hacer como ciudadanos de a pie?: "No es una maratón, el cambio es paso a paso. Todos podemos tomar decisiones conscientes de consumo en todas partes: en la comida, la energía, la ropa… Todo necesita agua y mucha más de la que vamos a beber en toda nuestra vida. El agua no es solo algo que sale del grifo, sino que está en la cadena de suministro de todas nuestras compras", concluye.
Suena casi místico. Renuncia a tener hijos, pobreza y peregrinación…en este caso en vez de por una religión, por el planeta. “Totalmente, para mí lo es. Las voces a las que represento y el propósito; la crisis hídrica está por encima de mi persona y es a lo que me dedico en cuerpo y alma, habiendo hecho grandes renuncias para ello”.