La Reina de Bastos, según los tarotistas, representa a una mujer fuerte y poderosa y simboliza también las dotes de liderazgo y el desarrollo personal. Por eso la fotógrafa Sara Sapetti escogió esta carta para dar nombre a su proyecto artístico: vincular testimonios de mujeres que han sufrido la violencia de género al arte, la fotografía y las imágenes y significado de las cartas del tarot
El proyecto artístico Reina de Bastos nace con la intención de alzar la voz de distintas mujeres, víctimas de violencia machista. Y lo hace a través de textos e imágenes, que la artista elabora después de entrevistar personalmente a las protagonistas reales de cada historia.
Estas mujeres ceden de forma anónima su testimonio, que la fotógrafa vincula a una carta del tarot y traslada a una fotografía artística. Intentando así que el arte sea terapéutico y animando a las víctimas a hablar, a pesar del miedo.
[Arte, fotografía y tarot como herramienta de autoconocimiento y terapia lúdica]
Este proyecto se basa en una concepción actual del tarot, que se aleja cada vez más de técnicas adivinatorias y agoreras y de aspectos turbios para utilizarse como una herramienta de autoconocimiento o análisis.
Lo que la fotógrafa propone es un juego, una idea original para ayudar a las mujeres que están intentando salir de una situación angustiosa. Solo necesitan una baraja y un momento de recogimiento para iniciar un proceso de introspección muy diferente.
En los dibujos de sus 78 naipes se esconden los arquetipos de nuestra sociedad y la naturaleza del comportamiento humano; nos hablan, por ejemplo, de la motivación en el inicio de un nuevo proyecto, de la capacidad de elección, de la angustia y de la alegría o de la lucha y de la calma.
[Arte, fotografía y tarot como herramienta de autoconocimiento y terapia lúdica]
La torre
La torre es una de las cartas más temidas del tarot. La ilustración representa una construcción sobre un terreno elevado que, de forma violenta, es destruida por un rayo.
Entre los fragmentos de la torre que se precipitan al vacío, dos personas caen y están a punto de dar con sus huesos en el suelo de forma brusca y dolorosa.
Nadie quiere caer al vacío sin algo que suavice la sensación de vértigo ni que amortigüe el golpe final. Pero, ¿y si esa torre representase una estructura falsa? ¿Y si resultase que lo que piensas que se creó para protegernos, para elevarnos, para alejarnos del suelo, está haciendo justo lo contrario? ¿No habría que agradecerle al rayo esa liberación por la fuerza?
La pareja, cuando se forma sobre unas dinámicas de poder no equitativas, es una torre. La estructura social del matrimonio, en estas circunstancias, es una construcción, que bajo la falsa sensación de seguridad, limita e imposibilita el crecimiento de quien la habita.
El rayo, que representa la ruptura, es temido al igual que la carta de la torre. Pero viene a liberarnos, a ofrecernos la inmensidad del mundo, porque no se puede vivir encerrado en una torre si estás ahogado en ella.
Dos o tres días después de que el rayo destruyese mi torre, perdida y desorientada aún por el impacto, una amiga me abrazó, y con voz suave y segura, me dijo: El divorcio es cosa de valientes.
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