La Covid-19 es una enfermedad que no deja de sorprender a científicos de todo el mundo. Llegó con gran fuerza en 2020 y, pese al desarrollo de las vacunas, aún no hemos podido volver a la normalidad y quedan muchas incógnitas en relación al coronavirus SARS-CoV-2. Por esa razón, es más importante que nunca seguir confiando en la ciencia y promover la investigación.
Para contribuir en un momento crítico, en 2020 Fundación Mutua Madrileña publicó una convocatoria extraordinaria de sus ayudas económicas a la investigación dirigida a proyectos para luchar contra la Covid-19. En total destinó más de medio millón de euros a una decena de investigaciones, cuatro de ellas lideradas por mujeres. Una ayuda que podría suponer un importante paso para acabar de una vez por todas esta pandemia que asola el mundo desde hace casi dos años y que en España ha dejado más de 91.600 fallecidos -según los datos del 20 de enero proporcionados por el Ministerio de Sanidad-.
Investigación de terapia celular
La doctora Cristina Eguizábal lidera una investigación que ha creado un producto celular que ayuda al sistema inmune de los pacientes con Covid-19. La doctora Eguizábal trabaja en el Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos y gran parte de su investigación ha estado enfocada en terapias celulares, medicina regenerativa y células madre. En su equipo, tienen mucha experiencia con inmunoterapias que ayudan a pacientes de cáncer a reforzar su sistema inmune, por lo que pensaron que quizá podría servir para los pacientes de Covid-19.
Lo que hacen, en un trabajo conjunto con el Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana, el Hospital Clínico de Valencia-INCLIVA, el Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid y el Hospital Universitario La Paz de Madrid; es analizar la sangre de personas que hayan pasado la Covid y estudiar su inmunidad celular buscando específicamente la acumulación de los linfocitos NK y T memoria. Los que cumplen con unos requisitos predeterminados pueden hacer una donación. De esa extracción, y después de pasar por unos procesos químicos, los investigadores crean unas "bolsitas" que se infundirán en pacientes con Covid para reforzar su sistema inmunitario.
"Las células NK se llaman así, natural killer, porque están listas para matar células tumorales, y los linfocitos T memoria porque tienen memoria frente al virus. Dijimos: si estas terapias están funcionando muy bien matando células tumorales mediante inmunoterapia contra el cáncer, tal vez podamos crear como una especie 'fármaco vivo' que ayude a los pacientes que ingresan con Covid moderado o grave a reforzar su sistema inmune dándoles un chute de estas células", explica la doctora Eguizábal.
El proceso desde que se hace la extracción hasta que llega al paciente de Covid dura entre 24 y 48 horas. Además, la cantidad de "bolsitas" o productos celulares que se puedan crear por donación varía en función de la cantidad de linfocitos NK o T memoria del donante. "Hay una variabilidad, sobre todo en las células NK, ya que hay muy poquitas en sangre en comparación con los linfocitos T. De una donación de linfocitos T memoria se pueden sacar como 30 dosis. De linfocitos NK menos, pero por ejemplo hemos tenido dos donaciones recientes y de una hemos sacado nueve dosis y de la otra cinco".
Están a punto de infundir este producto celular a los pacientes y ello no habría sido posible sin la ayuda, por un lado, de un maratón en la televisión vasca para recaudar fondos y, por otro, de la financiación aportada por Fundación Mutua Madrileña. "Gracias a ella hemos podido identificar esta población de linfocitos NK y T memoria. Ha sido un estudio de muchos cientos de donantes para ver cómo se recuperan de la Covid y para poder producir este medicamento de terapia celular", asegura la doctora Eguizábal.
Un medicamento para el colesterol contra la Covid
En el Instituto de Investigación Sanitaria de A Coruña, y bajo el mando de la doctora Marisa Crespo, el grupo de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco ha investigado si el uso de las estatinas, un medicamento muy común para patologías como el colesterol, pueden combatir la respuesta inflamatoria del cuerpo al contagiarse de coronavirus.
"Las estatinas son fármacos para el colesterol. Son utilizados por una gran proporción de pacientes y tiene además un efecto antiinflamatorio e inmunomodulador. Por su parte, la Covid-19 provoca una respuesta inflamatoria del organismo. Nuestra hipótesis era validar si el tratamiento previo con estatinas podría tener efectos beneficiosos en pacientes con Covid-19. Además, muchas veces cuando ingresa un paciente que toma estatinas, se le quitan para que no tenga tanta medicación durante el ingreso porque no se sabe si tiene un beneficio", explica la doctora Crespo, que también es jefa del grupo CIBERCV (Centro de Investigación Biomédica en Red Cardiovascular) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III.
Se ha tratado de un estudio observacional en el que se han analizado muchas variables de más de 1.100 pacientes (tanto que tomaban estatinas como que no) hospitalizados por Covid entre el 1 de marzo y el 31 de octubre de 2020. "Tenemos una base de datos con los pacientes de nuestra institución y lo que hemos hecho ha sido evaluar el grado de afectación por la Covid, los días de estancia, marcadores bioquímicos de gravedad, complicaciones desarrolladas, si necesitaba oxígeno, respiración mecánica, si necesitó ir a la UCI... Además del desenlace final (principalmente la mortalidad).
Un trabajo meticuloso que requería principalmente personal y material fungible para estudios de investigación en el laboratorio, algo que pudieron conseguir gracias al apoyo de la Mutua. "Pudimos contratar a profesionales para que recogieran todos los datos clínicos y realizasen el trabajo de laboratorio, así como costear el procesado y reactivos necesarios para los estudios en las muestras biológicas".
Aunque no puede revelar los resultados porque el estudio está en fase de revisión para ser publicado en una revista y el artículo debe ser original, la doctora sí que adelanta que la hipótesis ha sido confirmada. "Lo que le puedo decir es que se apreció un beneficio en el tratamiento con estatinas", afirma satisfecha.
Respuesta inmunitaria a la vacunación
El proyecto de la doctora Alba Ruiz, médica especialista en Microbiología del Hospital La Fe de Valencia, tiene como objetivo averiguar cómo afectan las vacunas de la Covid-19 a las personas con sistemas inmunodeprimidos. "Lo que pretendíamos era determinar la actividad celular y humoral de las vacunas contra el SARS-CoV-2 y ver la tasa de infección en la población inmunodeprimida durante el primer año de la vacuna".
A esa población inmunodeprimida se le ha administrado las vacunas de Pfizer y Moderna y el equipo de la doctora Ruiz ha medido la actividad celular y humoral, lo para comprobar "si las vacunas son capaces de estimular los linfocitos y hacer su función (defender el sistema inmunitario)". Para este estudio reclutaron, contra reloj debido a la velocidad de la vacunación, a pacientes inmunodeprimidos y personas sanas que habían recibido la segunda dosis de la vacuna hace más de 30 días, el tiempo necesario para que desarrollen las defensas.
Como se ha podido comprobar, este estudio era más que necesario ya que muchos pacientes inmunodeprimidos han necesitado de una tercera dosis con más urgencia que la población sana. En este sentido, la doctora en Microbiología agradece la ayuda de la Mutua porque no solo le ha permitido la financiación de esta investigación, sino que también le abrió las puertas a ella y a su equipo para seguir concurriendo en otras convocatorias.
"Nos llamó la atención que fomentaban la participación de jóvenes investigadores que estuvieran en una etapa intermedia de la carrera investigadora. Teníamos muchas ganas de hacer el estudio y necesitábamos el apoyo económico. A mí me supone un impulso para seguir con otros proyectos porque a medida que vas obteniendo ayudas es como que cada avance lo ves como un triunfo. Es como una bola, hay que ir acumulando liderazgo y experiencia y así puedes seguir en la carrera investigadora".
Eficacia de la vacuna en trasplantados renales
En la misma línea de investigación que el de Alba Ruiz se encuentra el de la doctora Ana Isabel Sánchez, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos. En su caso, se ha centrado en conocer cómo de eficaces son las vacunas en trasplantados renales, que también tienen un sistema inmunodeprimido. "Cuando empezó la vacunación dudábamos mucho de que los trasplantados renales fueran a responder igual que el resto de la población ya que son pacientes con un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo y, por lo tanto, puede disminuir la respuesta sobre todos los linfocitos", explica.
A lo largo de este tiempo han hecho análisis de más de 200 pacientes trasplantados en un proceso que ha requerido tiempo y, sobre todo, financiación. "Sacamos analíticas prevacunación y luego de las diferentes dosis de vacunas. Hasta que conseguimos el dinero de la Mutua tuvimos que congelar las muestras y, una vez conseguido, estudiamos tanto la respuesta humoral, es decir, capacidad de producción de anticuerpos de la vacuna, como también de memoria celular".
Finalmente, probaron que la vacuna tenía menos eficacia en estos pacientes, algo de vital importancia ya que justamente son personas más vulnerables en caso de contraer el virus. "Al principio los resultados que obteníamos fueron muy malos. El grupo de control -la gente sana- que estudiamos, la respuesta después de la primera vacunación fue de un 97% a las dos o tres semanas, y a los tres meses de un 100%. Sin embargo, solo el 48% de los trasplantados desarrollaron anticuerpos contra la Covid con dos dosis de vacunación. Ahora con la tercera dosis tenemos un 76% de pacientes con respuesta, pero todavía no alcanzado los valores de la población sana", lamenta.
Por esa razón, la financiación de la Fundación Mutua Madrileña ha sido tan importante, porque poder hacer este estudio "ha supuesto tener una base para pedir a las autoridades sanitarias que utilizaran la tercera dosis. Probablemente ahora a los que no tienen anticuerpos se les autorice una cuarta dosis. Esto es muy importante", subraya la doctora. Además, junto con su equipo, quiere continuar estudiando la memoria celular en los pacientes trasplantados y "qué factores hacen que un enfermo produjera más anticuerpos y otro no produjera nada".
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