"La Befana viene de noche con los zapatos rotos y el vestido a la romana, ¡viva, viva la Befana!". Así celebra una canción infantil italiana la llegada de la Befana, que visita todos los hogares del país cada año en la noche del cinco al seis de enero. Una importante figura muy diferente a los tradicionales Reyes Magos cuya llegada desde Oriente celebramos en España con las cabalgatas, roscones y regalos.
La Befana es una bruja de nariz alargada y puntiaguda y escoba. En la tradición pagana, representa el final del año y por eso también se muestra como una mujer anciana, haciendo alusión al 'año viejo'. Lo curioso es que su origen también tiene relación con el cristianismo. Es más, su nombre deriva de la palabra 'epifanía', una fiesta que los cristianos celebran el seis de enero con la llegada de los Reyes Magos para adorar a Jesús.
Esta versión de la historia cuenta que los Reyes Magos no encontraban el camino a Belén para llevar el incienso, el oro y la mirra al niño Jesús. Entonces llamaron a la puerta de una anciana para pedirle ayuda. Pese a su insistencia para que les acompañara, la mujer se negó a salir de su casa porque estaba demasiado ocupada con las tareas del hogar, aunque prometió que se reuniría con ellos cuando tuviera tiempo.
Al día siguiente, la anciana se arrepintió de no haber acompañado a los Reyes Magos, preparó un cesto lleno de dulces y fue en su busca. No consiguió encontrarlos, pero comenzó a llamar a las puertas de las casas que encontraba por el camino para ofrecer dulces a todos los niños con la esperanza de ver al niño Jesús.
Desde entonces la llegada de la Befana en la madrugada del seis de enero se convirtió en una tradición en Italia, aunque se le sigue representando como una bruja debido a ese otro origen pagano. Asimilándose también a la historia de Papá Noel, la Befana baja cada año por la chimenea de las casas y deposita los regalos de los niños en sus calcetines. Por supuesto, aquellos que se hayan portado mal recibirán carbón.
Su historia tiene también otros antecedentes. Una hipótesis relaciona a esta 'bruja' con una fiesta romana que se celebraba al inicio del año en honor a Giano y Strenia donde se intercambiaban regalos. También se la identifica con algunas figuras de la mitología germánica, Holda y Berchta, como personificación de la naturaleza hibernal. Por eso resalta que esta tradición haya quedado únicamente en Italia frente a figuras más conocidas internacionalmente como Papa Noel o los propios Reyes Magos.