Durante el siglo pasado, en España se publicaron decenas de tebeos con protagonistas femeninas. Las historietas, protagonizadas por jóvenes que normalmente "lanzaban temas de obediencia o castidad", estaban dirigidas a un público muy concreto: adolescentes que se viesen reflejadas o deseasen las vidas de las protagonistas de Florita, Lilian Azafata del Aire o Claro de luna.
Pero esos tebeos, que llegaron a contar con tiradas de 100.000 ejemplares, fueron "despreciados por todo el mundo", según explica el director de la Asociación Cultural Tebeosfera, Manuel Barrero. Por eso, ahora publican un libro en el que reúnen a algunas de estas obras y analizan, con expertos en la materia, las series de cómic que marcaron a varias generaciones de mujeres españolas.
En la década de los 70, cuando Manuel Barrero era niño, "leía a escondidas" estos tebeos para niñas. Lo hacía sin que nadie lo viera, para que no le tacharan "de desviado", según explica a Efe en una entrevista con motivo de la publicación, este mes de diciembre, del tercer número de la colección, Memoria de la historieta.
Nostalgia infantil
"Los tebeos para niñas eran tan atractivos como los de los niños, pero versaban sobre un mundo asociado a las niñas, donde se lanzaban mensajes sobre obediencia o castidad, temas diametralmente opuestos a los que abordan las autoras actuales", explica este historiador del cómic.
Ese recuerdo, el del niño lector de tebeos, es el que le animó a impulsar esta colección de novela gráfica hecha por mujeres. Junto a otros expertos en la materia, como José María Conget, Mª Eugenia Gutiérrez, Isabelle Touton o Marika Vila, ha creado esta obra repleta de reproducciones de originales. Entre las series que han analizado están Azucena, el tebeo de mayor longevidad en España, Esther y su mundo, el inquieto personaje de Purita Campos que fue una hermana más en muchas casas de los 70, o Florita, que llegó a muchos países de Latinoamérica.
Este tercer tomo "es el libro más complicado que hemos hecho hasta ahora en Tebeosfera", asegura Barrero. "Empezamos en 2008 y no lo hemos sacado antes porque no teníamos toda la información. Hemos estado diez años buscando a coleccionistas para ver los tebeos y finalmente tuvimos la suerte, hace cinco años, de encontrar a tres mujeres coleccionistas con una gran colección de tebeos para niñas", explica.
El tebeo para chicas
Las referencias son muchas. Tras su análisis, estos expertos han sacado a la luz varias "certezas", como que no pocas editoriales dedicaban más de un tercio de sus esfuerzos a este tipo de cómic, o que gracias a la introducción de estas nuevas lectoras la industria cultural española experimentó un fuerte empujón comercial en los años cuarenta, que se mantuvo hasta los ochenta.
Pero también ponen de manifiesto que la calidad de estos productos, que tradicionalmente habían sido "desdeñados" por la crítica y los lectores que no consumían este género, los convirtió en muy exportables, más que los dirigidos a chicos. Eso permitió la difusión de obra española por toda Europa y por varios países suramericanos.
"Las niñas también leían a Capitán Trueno, además de los cómics hechos para ellas, y yo creo que al menos el 50% de los lectores de aquellos años (los 40 y 50) eran niñas. Fueron un motor de la industria, aunque nunca se los tomó en consideración, y el 75% de los editores grandes dedicaban sus esfuerzos a satisfacer al mundo femenino", matiza Barrera.
Autoras desconocidas
Aunque este género fue muy popular durante décadas, no todas las autoras fueron tan conocidas como sus personajes. A muchas, de hecho, se les perdió la pista, algo que trata de subsanar Barrero con este Historias para niñas. Es el caso de la catalana Lola Anglada: "Eran mujeres que se incorporaban a trabajar en el mundo del tebeo y después no siguieron", explica.
Autoras olvidadas pese a que, según cuenta Barrero, a mediados de los sesenta el 75% de las novedades editoriales de los quioscos españoles eran cómics para niñas. "No sabemos nada más de ellas, sabemos su nombre porque firmaban y por eso suponemos que eran catalanas, en su mayoría. Hay un ejército de autoras olvidadas que participó en esta figura emergente", añade.
Tebeos. Historietas para chicas cuenta también con unas sobrecubiertas ilustradas por la Premio Nacional del Cómic Cristina Durán y con un prólogo de Ana Merino. Además, recuerda Barrero, incluye el "más amplio y contrastado" catálogo de todos los tebeos para chicas publicados en el siglo XX.