La política marroquí tiene nombre de mujer. Por primera vez en la historia de la región de Marruecos, tres figuras femeninas lideran las alcaldías. Un gran cambio que se ha producido tras la celebración de la triple cita electoral y que confirman que Asmae Ghlalou, del partido de Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), Nabila Rmili, partido liberal Agrupación Nacional de Independientes (RNI)y Fátima Zahra al-Mansouri, del Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM) son las tres alcaldesas que han cambiado el rumbo del panorama político de la región.
Rabat, Casablanca y Marrakech se convierten en ejemplo para el resto de territorios de Marruecos en un intento por romper con las barreras de género y favorecer el acceso de más mujeres y profesionales a puestos de liderazgo. Aunque Marruecos se encuentra a la vanguardia de los países árabes que cuentan con mujeres en cargos políticos, las mujeres marroquíes continúan demandando un aumento de las cuotas femeninas. La razón es que la cuota media femenina se encuentra en un 19.9% mientras que a nivel mundial se sitúan en un 25.6%, por encima del Parlamento marroquí.
En un intento por modernizar Marruecos, el gobierno ha establecido objetivos para alcanzar una mayor igualdad de género, aprobando desde 2002 políticas para conseguir establecer cuotas en los órganos representativos. En la actualidad han ascendido a un 22.7% en la Cámara de Representantes y un tercio en las regionales y locales desde la aprobación de la Constitución del 2011. La nueva ley obliga a los partidos políticos a que un tercio de sus miembros sean mujeres, algo esencial para una mayor equidad.
Asmaa Ghlalou
La economista y periodista marroquí Asmaa Ghlalou, del partido de Reagrupación Nacional de Independientes (RNI) promete marcar un nuevo rumbo para Rabat. Estar a la cabeza de una de las regiones con más potencia económica y considerada la capital no es tarea fácil. Pero eso es precisamente lo que más atrae a esta líder femenina a la hora de aceptar los retos que se le presentan.
"Es un día histórico el votar a una mujer como alcaldesa de Rabat, la Ciudad de las Luces. Seré alcaldesa para todos, mayoría y oposición; todos unidos al servicio de la ciudad y sus habitantes", afirmó la nueva alcaldesa en un breve discurso tras su victoria.
Ghlalou ha recibido a lo largo de su trayectoria un gran reconocimiento, no solo por su completa formación en el mundo de la economía, sino también por su alto conocimiento en el periodismo, lo que le ha facilitado y ayudado mucho a la hora de comunicarse y lanzar sus mensajes. Ahora, es una de las mujeres líderes en Rabat, un puesto que asume con positivismo y fortaleza, dos valores que siempre le han acompañado desde sus inicios.
Rabat, que cuenta con una población de más de 1,7 millones de habitantes, tiene el foco puesto en los últimos años en grandes proyectos impulsados por el rey Mohamed VI y que están destinados a modernizar las infraestructuras de la metrópoli, conservar su patrimonio cultural (con la apertura de varios museos y la construcción del Gran Teatro de Rabat), así como multiplicar los espacios verdes. Unos objetivos que Asmaa Ghlalou deberá hacer realidad.
Nabila Rmili
Por otra parte, nos encontramos con la ciudad de Casablanca, considerada como la capital económica de Marruecos, que será gobernada en los próximos cinco años y por primera vez en su historia, por una mujer: Nabila Rmili.
A sus 47 años, Rmili, que hasta ahora era delegada del Ministerio de Sanidad en Casablanca, y que pertenece al partido liberal Agrupación Nacional de Independientes (RNI), ha sido la gran vencedora en las elecciones generales y municipales del pasado 8 de septiembre en Marruecos y a cuyo presidente, Aziz Akhannouch, le encargó formar gobierno el rey Mohamed VI.
Nabila Rmili, nació en Casablanca en 1974, es miembro del Partido RNI (Rally Nacional de Independientes) y Presidente de la organización de profesionales de la salud del mismo partido.
La historia de superación de Rmili comienza desde sus estudios, donde ya destacaba sobre el resto por su independencia y talento innato. Desde el 2017 pasó a ocupar el cargo de directora regional del Ministerio de Salud de Casablanca-Settat, pero es durante la pandemia cuando su presencia en los medios se incrementa, al convertirse en una de las caras visibles de la gestión del Covid-19, en una de las regiones más afectadas por la epidemia.
Una responsabilidad y situaciones difíciles que supo controlar a la perfección y con las que demostraba su valentía y fortaleza. Un reconocimiento que podría haber facilitado su apoyo este septiembre al ser elegida como la primera mujer alcaldesa de Casablanca, encabezando la lista femenina del distrito de Sbata. Un total de 105 concejales de la ciudad votaron a favor de Rmili, mientras que otros 18 apoyaron a su rival, Abdelsamad Hiker, del partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), que preside el gobierno saliente, además de siete abstenciones.
Este encuentro también estuvo marcado por la elección de 10 vicepresidentas, entre ellas cinco mujeres y la secretaria del Consejo, todos pertenecientes al RNI, al partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y al partido Istiqlal (PI).
Fátima Zahra al-Mansouri
Y en tercer lugar, nos encontramos con la abogada marroquí Fátima Zahra al-Mansouri, del Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM), vuelve a erigirse como alcaldesa de Marrakech. De esta forma, Mansouri ha arrebatado el puesto a Mohamed Labri Belcaid, miembro del Partido de Justicia y Democracia (PJD) y alcalde de la ciudad desde 2015. Un puesto que ella mismo ocupó hace ahora 10 años y al que regresa con más fuerza que nunca, y una mirada renovada.
Fatima Zahra Mansouri nació en 1976 en una familia de dignatarios del Rhamna (región de Benguerir-Kelaa des Sraghna). Su historia familiar la precede: es la nieta de Ahmed Mansouri, que ayudó a Caid Ayadi, un aliado de Francia y Pasha Thami El Glaoui contra los marroquíes que se resistían a la colonización. Además, es hija de Abderrahman Mansouri, quien fue pasha (vicegobernador) de Marrakech durante ocho años y embajador de Marruecos en los Emiratos Árabes Unidos.
Estudió derecho en Francia, influenciada por su padre desde una edad temprana, y comenzó la carrera como abogada. En 2009, Fatima Zahra Mansouri fue seleccionada por el ayuntamiento electo, en una elección más que controvertida, como alcaldesa de Marrakech.
Aunque su trayectoria profesional no es el único aspecto en el que destaca por su visión feminista, Fatima es madre divorciada de dos hijos, un factor que la sitúa como un referente de empoderamiento y un espejo para aquellas madres que quieran seguir liderando puestos en Marruecos sin necesitar la presencia de un hombre a su lado.
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