La impronta que Mary Shelley dejó en la historia de la literatura todavía está latente en todas las adaptaciones que su Moderno Prometeo ha dejado en nuestra cultura reciente. Desde la impactante adaptación de James Whale, hasta el burlón Jovencito Frankenstein de Mel Brooks, el terror gótico y la ambientación oscura del relato alimentaron la imaginación de miles de escritores, cineastas y dramaturgos.
Más de doscientos años después de su publicación, Frankenstein sigue presente en el imaginario colectivo. Prueba de ello es el precio de más de un millón de dólares que ha alcanzado una primera edición de la obra en una subasta en Christie's. Un total de 1.170.000 dólares (997.957 euros). Una cifra cinco veces mayor que las primeras estimaciones que la colocaban entre los 200.000 y los 300.000 dólares, convirtiéndola en la obra literaria escrita por una mujer más cara de la historia.
La obra subastada pertenecía a la colección personal de Theodore B. Braum, un importante magnate farmacéutico y ávido coleccionista de libros. El valor total del lote asciende a los casi siete millones de dólares e incluía dos ediciones originales de Orgullo y Prejuicio y Sentido y Sensibilidad de Jane Austen que alcanzaron los 100.000 dólares cada una. La casa de subastas ha señalado la rareza de este tipo de volúmenes en tan buen estado de conservación. Añadiendo además el hecho de que no salía a la venta un ejemplar original de la obra de Shelley desde 1985, siendo ambos factores determinantes en la factura final de la subasta.
La obra original se publicó en 1818, dividida en tres volúmenes y concebida durante una velada en la Villa Diodati en Suiza junto con lord Byron y el marido de la escritora, Percy B Shelley, entre otros. En el verano de 1816, la erupción del volcán Tambora en Indonesia, sumió Europa en un clima desapacible, propiciando que los Shelley pasasen cada vez más tiempo en el interior de la casa.
Con el objetivo de matar las horas muertas, cada uno de los invitados escribió un relato bajo la premisa de que cada uno alumbrase "una historia de fantasmas" en una sola noche. Shelley creó a Víctor Frankenstein, un médico suizo obsesionado con la idea de "transmutar la carne muerta en viva". Un ejercicio de alquimia que pugnaba con la labor divina, plagada de dilemas morales y que el público leyó bajo el nombre de Frankenstein o el moderno Prometeo.
La obra sirvió para sentar las bases de la Literatura Gótica junto con el Drácula de Bram Stoker o El castillo de Otranto de Horace Walpole. Un género que nació y tomó forma en pleno Romanticismo, llenando estas obras de alusiones a demonios y seres faustianos que inspirarían a autores posteriores como Edgar Allan Poe o H P Lovecraft.