Desde que se presentase el primer borrador el pasado tres de febrero, la Ley Trans ha suscitado una gran polémica dentro de algunos grupos feministas, que la critican por "vulnerar los derechos de las mujeres". Hasta tal punto divide este proyecto de ley presentado por Irene Montero al feminismo, que la semana pasada el PSOE se abstuvo ante la proposición de una ley idéntica impulsada por ERC y otras formaciones políticas.
El voto socialista impidió su tramitación en el Congreso y puso de manifiesto la disparidad de opiniones entre los dos segmentos del Gobierno. Como respuesta a su negativa, Podemos pretende llevar de nuevo la ley al Congreso antes del 28 de junio, fecha en la que se conmemoran los disturbios de Stonewall (1969). Una nueva abstención del PSOE podría derivar en un veto a los socialistas el próximo Día del Orgullo.
Por su parte, diferentes colectivos feministas llevan meses protestando contra este proyecto de ley. Uno de ellos es la Alianza Contra el Borrado de Mujeres, que ha publicado un extenso análisis de la Ley Trans, en el que concluye que "vulnera los derechos de las mujeres", se emplea "términos misóginos" y es contraria a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Las claves de discrepancia son las siguientes:
1. Autodeterminación de género
El punto que sin duda más ampollas levanta es la autodeterminación de género, que defiende el cambio registral del sexo "sin diagnóstico de disforia de género, sin hormonación o tratamiento, sin apoyo psicológico y certificación médica".
"¿Ese derecho de autodeterminación solo concierne al sexo o también pueden autodeterminarse la edad, la discapacidad, la nacionalidad, la etnia/raza y el nivel de renta?", se preguntan desde la Alianza Contra el Borrado de Mujeres.
Para la Alianza, la autodeterminación no solo "priva a las personas transexuales de su derecho a una atención sanitaria de calidad", sino que también supone un ataque contra los derechos de las mujeres.
"Presenta un impacto negativo sobre las estadísticas que permiten efectuar políticas públicas basadas en el sexo, sobre la integridad física de las mujeres presas, sobre los espacios separados por motivos de seguridad para las mujeres, sobre el derecho de las mujeres a la paridad y al deporte equitativo, sobre el derecho a la atención de la salud diferencial, sobre la investigación sanitaria que contempla las diferencias fisiológicas entre mujeres y hombres, etc.", aducen.
2. Violencia de género
El proyecto de ley supone un "negacionismo de la violencia de género" para la Alianza Contra el Borrado de Mujeres. Expone que la "libre determinación del sexo posibilita estas situaciones: 1. Un hombre que cometa un delito de violencia de género con posterioridad a un cambio de sexo registral, será juzgado como mujer. 2. Un hombre puede modificar registralmente su sexo como mujer incluso si ha sido condenado por violencia de género. 3. Un hombre puede cambiar de sexo mientras cumple condena por violencia de género, trasladándose entonces a un módulo penitenciario para mujeres".
Además, el borrador de la Ley Trans incluye el concepto de “violencia intragénero” que alude a la violencia que tiene lugar dentro de una pareja de gays o lesbianas. La organización feminista opina que este tipo de agresiones en las parejas homosexuales existe, pero rechazan llamarla violencia intragénero porque "su causa no depende del desequilibrio de poder que impone el género, dado que las dos personas son del mismo sexo".
3. Despatologización vs. Desestigmatización
En relación a la autodeterminación de género, la Alianza Contra el Borrado de Mujeres considera que se confunde "despatologización" de la disforia de género con la "desestigmatización". Apuestan por desestigmatizar y "erradicar los prejuicios contra las patologías de salud mental" pero "sin negar sus problemáticas", ya que "su negación implica una negligencia social consistente en no dar respuesta a las necesidades de quienes muestran malestar clínico significativo".
4. Terminología misógina
Expresiones como “cónyuge gestante”, “progenitor no gestante”, “personas trans con capacidad gestante” o "el extraño concepto 'cónyuge supérstite' para definir a las viudas", constituyen, para este grupo feminista, "una terminología de borrado de las mujeres y de los procesos biológicos exclusivos de las mujeres".
5. Desigualdad en el deporte
Por último, también afirman que esta ley es "un atentado contra el deporte femenino", pues "la norma contiene medidas que establecen que cada persona participará en
la categoría deportiva correspondiente a su sexo registral, ignorando la ventaja que tienen los varones sobre las mujeres en la mayoría de deportes".
"Estas ventajas son la causa por la que existen categorías deportivas separadas que permiten a cada persona competir en condiciones de juego limpio. Las ventajas deportivas de los varones no desaparecen ni siquiera tras años de hormonación. Así, aunque la hormonación a la que se someten los hombres que realizan la transición los sitúa en situación de desventaja en relación con los varones no hormonados, no logra ubicarlos dentro del promedio de las mujeres", justifican.