La ministra de Igualdad, Irene Montero, no ha querido poner ni un pero ni una excusa a lo ocurrido hace unos días en Sagunto. Ha entonado el mea culpa y ha reconocido, sin paliativos, que "hemos fallado y hemos llegado tarde" con Soledad Moreno, la mujer de 60 años asesinada en Valencia por su expareja el pasado 9 de mayo.
Sole había denunciado ocho días antes a su marido después de 30 años sufriendo malos tratos, golpes y vejaciones. El Juzgado sólo dispuso de una orden de alejamiento de 300 metros y la prohibición de que se pudiera comunicar con ella.
Sole volvió dos días antes de su asesinato a contactar con el Ayuntamiento para ver qué recursos podían poner en marcha para salir de ese túnel violento pero nada impidió que su expareja fuera hasta su casa y la degollara.
"Es evidente que nos ha fallado la capacidad de detección, al menos del riesgo que esa mujer tenía. Pidió ayuda en su municipio, denunció y aun así hemos llegado tarde y no hemos podido evitar. Por eso, es importante que podamos revisar los protocolos, las herramientas para ser capaces de prevenir el riesgo en el que están las mujeres y ser capaces de poner a su disposición todo lo que tenemos", ha asegurado la ministra de Igualdad durante la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a través de los fondos europeos.
Montero no ha explicado cómo se van a revisar los protocolos y en qué se van a cambiar, pero sí ha advertido que igual que otros casos llevaron a cambios profundos en la forma de tratar y proteger a las víctimas, el asesinato de Soledad tiene que servir para mejorar la atención.
"Este caso nos tiene que poner alerta como previamente han hecho otros casos, como el de Ángela González Carreño, porque el Estado y las administraciones públicas no podemos llegar tarde en la protección a las víctimas. Por tanto, nuestros protocolos, nuestras herramientas, el propio sistema de Viogen deben ser revisados y mejorados para garantizar que siempre, en todas las circunstancias y con todas las mujeres, llegamos a tiempo".
El sistema Viogen, que depende del Ministerio del Interior, que aglutina a todas las instituciones que luchan contra la violencia de género y analiza el peligro que sufren las víctimas de violencia de género. En este caso, estableció que el riesgo de Soledad Moreno era bajo y las medidas que se tomaron fueron mínimas: orden de alejamiento y prohibición de comunicación.
La ministra de Igualdad ha recalcado que hay que poner a disposición de las víctimas todos los recursos de habitabilidad, económicos, asistencia psicosocial... "para garantizar a las mujeres que tienen puertas diferentes y seguras de entrada a las instituciones y que podemos ayudarlas a salir de esas situaciones de violencia. Es nuestra obligación como Estado".
Soledad Moreno es la novena mujer asesinada en España en lo que va de año y la 1.087 desde que se tienen registro en 2003.