Heredera de uno de los más importantes imperios joyeros, Anna Bulgari Calissoni vivió lejos de los focos mediáticos la mayor parte de su vida. Descendiente de la dinastía de Joyeros Bulgari, Anna murió el pasado mayo, a los 93 años.
Experta en gemas, Anna Bulgari había dedicado la mayor parte de su vida a la producción de aceite de oliva, actividad que llevaba a cabo en su finca, fundada junto a su marido en Aprilia en 1956. En 1983, después de un traumático suceso, su finca fue su refugio, donde se recluyó para alejarse de los medios y la prensa.
El 19 de noviembre de ese año Anna y su hijo Georgio, de 17 años, fueron secuestrados en su finca, por miembros del Movimiento Armado de Cerdeña, un grupo terrorista que abogaba por la independencia política de Cerdeña.
Durante una fiesta, dos hombres con rifles y pasamontañas les secuestraron, los encerraron en el maletero de un Fiat 132 y los mantuvieron cautivos durante 37 días. Más tarde, Anna habría de relatar como pasaron ese tiempo a la intemperie, encadenados y con los ojos vendados.
Los dos serían rescatados después de que la familia pagara el rescate. Las negociaciones, llevadas a cabo por la hija de Anna, Laura, quien ejercía entonces como abogada internacional, fueron duras y la suma exigida era muy alta: cuatro millones de liras, unos dos millones de euros.
La familia decidió asumir el rescate pero algo salió mal y el pago no se hizo dentro del plazo exigido por los delincuentes. Dos días después de que expirara el plazo, el 17 de diciembre, un macabro paquete llegó a la residencia de los Bulgari: en un sobre venía la oreja ensangrentada de Giorgio.
El relato del joven cuando fue liberado fue espeluznante. "Usaron un cuchillo normal. Me cortaron muy lentamente, pero, al final, ya no pudieron continuar. Para quitarme la oreja tuvieron que arrancarla", dijo. Después de ser liberado, Giorgio pasaría por el quirófano cinco veces para conseguir completar la reconstrucción de la oreja.
El temor a que las represalias subieran de tono aceleró las negociaciones y el 21 de diciembre la familia hacía efectivo el pago. Dos millones de euros repartidos en dos bolsas negras que se dejaron en Sarzana. Tres días después, el 24 de diciembre, víspera de Navidad, los dos fueron liberados a menos de un kilómetro de distancia de donde habían sido secuestrados.
Refugio en la naturaleza
"Perdí 10 años de mi vida, fue terrible", diría Anna poco tiempo después. La justicia condenó a ocho hombres por el secuestro a una suma de más de 140 años de cárcel, pero Anna jamás se repondría del trauma vivido y se refugió en su finca, lejos de los focos mediáticos, el resto de su vida.
Allí, con sus más de 10.000 olivos, se dedicó al negocio del aceite de oliva. La hacienda, de más de 60 hectáreas, es además unos de los puntos fuertes de la ciudad, puede ser visitada y sus jardines acogen varios eventos. "Recordaremos a Anna Bulgari no solo por sus momentos dolorosos, sino por su compromiso y el desarrollo de un negocio familiar, que representa la excelencia de la ciudad, tanto desde un punto de vista agrícola como económico y turístico", explicó el actual alcalde de Aprilia tras su muerte.
De raíces griegas, Anna tampoco olvidó sus orígenes a lo largo de su vida y eran recurrentes sus visitas a Paramythia, la ciudad en la costa oeste de Grecia donde sus ancestros habían empezado su imperio de joyería y a la que ella tenía especial cariño.
Filántropa dedicada, en marzo de 2019 Anna se reunió con una delegación del municipio de Paramythia para discutir la conversión de la antigua escuela primaria, donada a la ciudad por su abuelo, en un centro de arte y cultura con un salón dedicado a la obra de su familia.
La marca Bulgari fue fundada en Roma en 1884 por el platero griego Sotirios Voulgaris, y rápidamente se hizo famosa por su artesanía y sus magníficas creaciones de joyería. Cuando los hijos de Sotirios se unieron al negocio, Bulgari comenzó a centrarse en las joyas de alta gama que hicieron que la marca fuera tan famosa.
Celebridades como Sophia Loren, Audrey Hepburn y Elizabeth Taylor usaron diseños de Bulgari mientras la marca ganaba reconocimiento internacional y abría tiendas en París y Nueva York en la década de los setenta. La compañía fue vendida a la marca de lujo francesa Louis Vuitton (LVMH) en 2011.