El modelo de familia está cambiando y la decisión de ser madre sola por elección y encabezar un núcleo familiar monoparental se ha convertido en un fenómeno emergente en la sociedad española actual. En los últimos cinco años estas mujeres se han convertido en las principales usuarias del banco de semen y son las destinatarias del 50 por ciento del mismo. El 35 por ciento lo copan las parejas heterosexuales y el 15 de lesbianas.
Primero está la formación, el disfrute con los amigos, encontrar un buen trabajo, una pareja y creer que se está preparada para ser madre aunque esto último es difícil saberlo. Pero la naturaleza no entiende de eso y la edad biológica va a otro ritmo. El perfil suele coincidir: mujer de entre 35 y 45 años, con formación académica, con empleo cualificado y con unos ingresos que oscilan entre los 1.500 y 2.500 euros.
No obstante, en los últimos años también acuden a estos recursos mujeres más jóvenes (entre 32 y 35 años), con menos ingresos (cuentan con el apoyo de su familia) y tienen claro que no quieren esperar a su príncipe azul para ser madres. Son pocas pero las hay. Otro grupo, también minoritario, son aquellas que se separan y quieren tener un segundo.
Lo lleva por bandera
Ana María Romero, abogada cordobesa --lleva muchos asuntos de familia-- de 46 años, lo lleva por bandera. Tras una relación de siete años que finalizó cuando tenía 39, a los seis meses empezó con el tratamiento en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE) de Málaga.
"Fueron 14 meses de tratamiento, cuatro inseminaciones, fecundación in vitro, tres transferencias embrionarias..." hasta que enero de 2015 nació su pequeña y tiene clara una cosa: "Mi hija no es menos feliz por no tener padre".
No le mostraron catálogos ni nada a la hora de elegir al donante como creen algunos. La clínica se encargó de buscarle uno en el banco que tuviera rasgos parecidos a ella y, por supuesto, que estuviera sano y lo consiguieron: "Mi hija es un clon mío, es una pintura. Vamos, que mi donante tenía que estar buenísimo", asegura Ana María en conversación con magasIN.
Es una sensación extraña, asegura Ana María, estar profundamente agradecida a un hombre que no conoce de nada pero que se lo ha dado todo. No obstante, tampoco tiene ningún interés en conocerle y está en contra del fin del anonimato de los donantes. "Traería más cosas malas que buenas", remarca con un gran acento cordobés.
Respecto a su hija asegura que lo lleva muy bien en todos los sentidos. En el colegio, que es religioso, no ha tenido ningún problema. Al contrario, en un grupo de 20 alumnos, hay otra mamá soltera de mellizos, y la niña no tiene dudas cuando le preguntan en decir que ella no tiene papá.
Ana María por su trabajo como abogada ve que muchos niños son "monedas de cambio" en un matrimonio que se separa. "Yo lo haría mil veces pero hay que tener arrojo y dinero". Sobre el coste del tratamiento prefiere reservárselo. "No me gusta cuantificarlo, esto no se compra".
Una de las primeras
Recuerda que ella se lo contó con mucha naturalidad leyéndole el cuento 'Cloe quiere ser mamá', que promueve la web Masola.org en la que se ofrece información sobre este asunto. Su promotora es Rosa Maestro, que en 2002 tomó la decisión de ser madre soltera. Una de las primeras en España.
"Cuando yo empecé a interesarme por este asunto no había información", asegura esta periodista de profesión, que en aquel entonces contaba con 38 años y un importante historial de relaciones fallidas. Es curioso porque a ella la impulsó su abuela, muy adelantada a su tiempo: "Hija tú vete a un sitio de esos y traételo puesto”.
Reconoce que previamente fue a un psicólogo para prepararse también mentalmente y un año después nació su hija Alba tras acudir a un banco de semen. En 2010 Rosa se volvió a convertir en madre sola por elección pero a través de una adopción internacional. Nabila llegó a España en 2010 con dos años de edad.
En estos 18 años todo ha avanzado muchísimo, tanto la información al respecto como las técnicas de reproducción, así como su aceptación en la sociedad. "Socialmente está bien aceptado, otra cosa es política y económicamente". Desde su web Rosa lucha por una Ley de Familias Monoparentales.
Rosa sí habla de números. Depende de la clínica y del tiempo de tratamiento que necesite la mujer, pero el precio medio de una inseminación con donante en una clínica normal podría rondar entre los 1.200 y 1.500 euros por tratamiento. "Lo normal es que se necesiten tres o cuatro intentos". Si se pasa a la fecundación in vitro el precio sube.
La visión experta
El doctor Claudio Álvarez Pinochet, director médico y ginecólogo especialista en medicina reproductiva en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE) de Málaga, asegura que la fertilidad empieza a disminuir desde los 20 años. En la sociedad actual es muy raro que una mujer piense en quedarse embarazada en un corto plazo de tiempo pero el reloj biológico va avanzando.
"A los 37 años la fertilidad cae de una manera rápida, a los 40 de forma abrupta y a los 45 lo normal es tener un problema de fertilidad grave", señala el doctor, y se tendrá que recurrir a una donación de óvulos. "Hace 20 años la mujer se resignaba, hoy día no, de ahí el cambio en los modelos de familia".
Aunque la hija de Ana María lo llamé 'el doctor Maravillas' --él le realizó el tratamiento--, asegura que cuando se sobrepasa mucho la edad "no se pueden hacer milagros". De ahí que muchas mujeres también recurran a la congelación de óvulos cuando se tiene una edad más fértil.
Tras más de 15 años ejerciendo su profesión entre Chile y España, el doctor Álvarez cuenta a EL ESPAÑOL que las parejas heterosexuales siguen siendo la mayoría de los que recurren a las técnicas de reproducción asistida y que éstas han cambiado muchísimo.
España es el país de Europa con el mayor número de partos gemelares y en mujeres con una cierta edad, sin embargo los ginecólogos recomiendan que sólo se transfiera un embrión cada vez. El objetivo de todos los centros debería "ser traer un niño sano a casa", asegura el doctor, quien se muestra a favor de la gestación subrogada pero "legal y altruista".
Cospedal
Son muchas mujeres las que ha recurrido a este tipo de técnicas. En 2006, aún como mujer soltera y antes de casarse con su marido, Ignacio López del Hierro, la exministra de Defensa María Dolores de Cospedal traía al mundo a su único hijo, Ricardo de Cospedal, a través de fecundación in vitro, algo que ella misma admitió en declaraciones para la revista Yo Dona.
"Lo hice consciente y responsablemente, tras esperar cuatro años una adopción de un niño o una niña búlgara que nunca pudo ser y después de someterme a una fecundación in vitro. Quería ser madre y no tenía pareja. No me planteé en ningún momento que fuera algo sancionable por la Iglesia". Cospedal siempre ha sido una mujer decidida, incluso cuando fue elegida 'Guapa' en la Feria de su Albacete natal.
Además de Cospedal son cada vez más las madres solas por elección las que recurren a este tipo de tratamiento. El banco de semen les está dando muchas oportunidades y hoy día ellas crían solas a sus hijos y lo llevan por bandera.