Danna, la cantante y actriz con 60 millones de seguidores: “El mundo está en un momento muy dark, es necesario el egoísmo sano ”

Danna, antes Danna Paola (México, 1995), lleva puesto un collar de muchas vueltas con una cruz dorada y está sentada delante de un enorme cactus de goma en la sala de prensa de la discográfica Universal. Se inclina hacia un lado y coloca su cabello hacia el otro, de tal modo que el hombro derecho muestra un tatuaje de una luna sostenida por una mano. Sonríe ampliamente. Nos cuenta que mañana se marcha a Nueva York para protagonizar una campaña de cosméticos, la misma que antes hicieron Lady Gaga o Rihanna.

Es una de las mujeres más poderosas del mercado hispano según la revista Forbes, gracias a una carrera precoz, muchas colaboraciones y dos bombazos consecutivos: el papel protagonista de tres temporadas de Élite (Netflix, de 2018 a 2020, una de las series más vistas en la historia) y su éxito musical (ha lanzado seis álbumes, los últimos de los cuales han subido a los top ten globales, incluyendo temas con Steve Aoki, Alesso, Sofía Reyes o Aitana, entre otros, y suma 10.8 millones de oyentes mensuales en Spotify).

Multipremiada, jurado de realities musicales en México y Estados Unidos, reúne a más de 58.9 millones de seguidores en las redes (sólo en Instagram, más de 34) y sus noviazgos, decisiones estéticas y de salud, sus tatuajes, incluso su nombre (que ha acortado, sin apellido), son hilos de conversaciones sociales. Este mes actúa por duplicado en dos grandes citas en nuestro país: el 15 de mayo en la plaza de España en Sevilla y el 22 de mayo en las Noches del Botánico, justo el día anterior a su cumpleaños.

Se confiesa hiperactiva. “Cuando me estoy bañando o escribo en el avión, todo el tiempo estoy pensando, dándole vueltas a la cabeza. Mi mente no se detiene (sonríe). Hemos llegado a tener conversaciones mi novio y yo de ‘por un día, por favor, no hablemos de trabajo’… Es muy difícil porque somos dos personas creativas. Todo el tiempo aparecen ideas”, explica. “Soy una artista muy audiovisual, todo el tiempo estoy buscando referencias. Me gustan el arte y el cine, y para este disco he visto y vuelto a ver muchas películas de mi niñez. Me fascina la calidad visual. Al llevar tantos años en esto [el show business], tengo ganas de curiosear en todas las áreas”.

Childstar es el título de su nuevo disco, ¿con cuántos años comenzó a trabajar?

A los cuatro años. Lo primero que hice fue una telenovela, un cuento de navidad.

¡Cuatro años!

Sí [sonríe].

Y, en orden, ¿cómo sucedió lo siguiente?

Luego llegó música; después el teatro, los musicales y la televisión, ¡no paré en los primeros diez años de mi vida! Luego el cine, las series, el doblaje… y, bueno, todavía hay muchas cosas que me gustaría seguir probando.

¿A qué tareas nuevas se refiere? Sus fans dicen que nunca para...

He empezado a trabajar como directora y escritora. También como productora de mi disco. He sido productora musical, también vocal, mi voz en este disco es como un instrumento más. También he dirigido mis videoclips junto a otra productora. Me aburro bastante rápido, me gustan las cosas difíciles, es cuestión de adrenalina.

Fama global, redes y salud mental

Las plataformas como Netflix y HBO trajeron la posibilidad reciente de la fama global, ¿cómo vivió ese fenómeno?

Fue brutal. Viviendo en otro continente, a mis 23 años fue heavy porque estaba completamente sola en Madrid. Tuve que crear mi estilo de vida, amigos, salir y estar más abierta a nivel social, construir una familia por elección. Con gente del rodaje, de fuera, mexicanos que vivían ahí, todo me abrazó bastante cuando vino el boom con el lanzamiento de la serie Élite. Fue muy importante tener esa parte personal.

Supongo que comenzó a crecer en redes a una velocidad pasmosa…

No quiero sonar como que estoy acostumbrada a la fama como tal, porque aunque siempre ha sido algo cotidiano en mi vida, nunca me imaginé que llegara un punto en el que estrenara en 190 países simultáneamente. Una locura. Estaba en París ese finde con mi familia y era ¡Lucrecia, Lucrecia! por todos lados. Increíble: de la noche a la mañana te das cuenta de cómo te puede cambiar la vida. Di mucho a ese personaje y ella me lo devolvió. Saberlo dejar a tiempo también fue importante.

¿Cómo llevó la presión, los haters, las polémicas, cómo los lleva actualmente, ha aprendido a sobrevolarlo?

Siempre va a haber gente que hable mal o bien de ti. He entendido que lo que haya fuera de mí no queda bajo mi control, eso es responsabilidad afectiva, lo he trabajado mucho en terapia, mucha salud mental. Hay personas con las que no vas a coincidir ni conectar, está bien. Las redes sociales son un mundo que nos aleja de la realidad, que no es real. Como dice Bad Bunny en una canción, ‘los haters no salen, nunca los ves en la calle, los haters viven en twitter’. La gente tiene mucha necesidad de expresar su odio interiorizado, su inconformidad y cosas que no están en mi control: si se elige una persona para tirarle hate, yo no lo puedo controlar. Siempre intentaré dar la versión más honesta de mí y llevarla de la mejor manera. Sigo aprendiendo, no creas. Los artistas somos igual de seres humanos que todos.

¿No responde al enfado con enfado?

El mundo está muy jodido como para seguir tirando mierda. Lo mejor que puedo hacer es hablar desde el amor y el entendimiento, mis experiencias… se trata de crecer y aprender y tomarlo de quien viene. Estar segura de quien eres. Mi fandom es una familia que me quiere y me sostiene.

¿Y qué opina de la acusación típica a su generación, de que tiene poca ilusión, de que sólo scrolea sin límites?

A mí me ha pasado. El síndrome del impostor es uno de los males más grandes que existen. En todos los trabajos, pero sobre todo cuando es vocacional y tienes muchas ideas. El mundo no está acostumbrado a la gente segura, todo el tiempo tenemos que seguir la manera de ser de los demás para parecer empáticos. Pero la empatía viene de entender como está el mundo y de darme cuenta también de que si no lo hago por mí, ¡nadie más lo va a hacer! Siempre culpamos a los demás por cosas que no nos suceden, pero no van a suceder si no las haces por ti. Esto es un trabajo de todos los días, levantarte y tomar decisiones…

¿Tiene pocos malos días?

Hablar de esto es autoterapéutico. Yo también tengo días de mierda. Luego me subo a un escenario y digo que sí vale la pena. Nada es perfecto. La perspectiva de la vida la da desde donde tú la mires. Si hoy no te sientes bien, tienes que tomarte el mal día. Porque eso también es sano. Pero si el día de hoy tienes iniciativa, no es generacional es donde estamos en el mundo a nivel energético. El mundo está en un momento dark: hay mucho odio, genocidios, todo lo que está sucediendo desmotiva y eso es muy triste y es como una frustración interna. Pero creo que si hay una luz y un amanecer, está en el egoísmo sano, yo puedo hacerlo, nadie se ha muerto por intentar, lo más lindo de esto es hacer cosas.

¿Diría entonces que ya no tiene miedo?

Las cosas que más me emociona hacer son las que me dan miedo. El miedo no se va hasta que lo asustas, eso lo aprendí mucho el año pasado. La ansiedad nos detiene por miedo al futuro, pero el 90% de lo que nos da ansiedad no sucede. Ahí hay una posibilidad muy grande. Es fundamental rodearte de la gente correcta, seguir tu instinto, si algo no te cuadra, cortar de raíz. Si algo no te da buena energía, hay que ser más conscientes del campo energético, luego las decisiones te llevan a donde quieras, con disciplina.

La música como sanación

¿Hasta qué punto diría que ha sido importante la música en su carrera?

La música a mí me ha sanado mucho, no sólo la mía, sino la de muchos artistas, discos, grupos que me han acompañado en diferentes épocas. No sé qué haría sin la música. Sin ella me moriría. Sé que para mi público, para mis fans, hay canciones que les cambió la vida, y eso para mí es un regalo. Yo he tenido la oportunidad de conocer a mis ídolos, saber que hay alguien ahí afuera que también me lo dice, eso es como agarrarse el corazón.

¿Cómo describe su último álbum, su forma de entender la música?

Después de parir el álbum, al cabo de un mes y medio me tocó un shock grande, después de dos años de gestarlo y trabajarlo y no parar ni un día. Es el álbum que siempre quise hacer. Cuando sale ya no es tuyo, es del mundo. Creo que es el proyecto más ambicioso de mi vida y el más liberador. Es un grito de libertad artístico y personal. Es mi versión más honesta y cruda. Empiezo a abrirme a contar una historia que yo misma sigo procesando.

¿A qué se refiere?

Aún sigo procesando que trabajo desde los cuatro años. El disco no habla de una sola cosa. Siendo una child star, eso provocó que todos los años de mi vida llevaran a crear este proyecto y esta pieza. Hablo de la soledad y la oscuridad. De los videojuegos. De que la vida no es perfecta, pero la fiesta, la buena música, la electrónica, el pop, el desamor, contiene mi ADN, mi casa, mi vida familiar, mi experiencia propia y cómo crecí en esta industria, los pros y contras. Este álbum fue la salvación para no rendirme en mi vida, en la industria, porque ha sido muy desgastante hasta el día de hoy. Un disco que me sanó.

¿De dónde nacen sus inspiraciones musicales? Me refiero al verdadero inicio…

Soy fanática de las historias de magia, Harry Potter fue importante para mí. Mucho del aislamiento que tuve en la adolescencia me refugié en los videojuegos y en las películas de Harry Potter. Así aprendí inglés también. Me obsesioné con ellas, y con esta parte de fantasía. Luego me atraía mucho lo romántico de The Notebook, Titanic o A walk to remember…

También lo tecnológico y lo metaversiano…

Mi relación con la tecnología ha sido de primer interés. Me gusta la edición de video, descubrir las miles de maneras en que podemos usar esto como una herramienta [señala el móvil]. Los sonidos de los videojuegos están en mi álbum, en algunas de las canciones. Las películas de John Carpenter, Hans Zimmer… Me gusta la idea de que todos vivimos en una película y somos los protagonistas de nuestra historia. Aparte siendo actriz…

Una vez que usted misma ha accedido al Olimpo, ¿con quién se está relacionando más?

Con Katy Perry, que fue parte de mi adolescencia, al conocerla por primera vez me quedé pasmada, lloré todo el concierto, no sabía qué decirle. Solo repetía ‘te amo’. Fue importante para mí también conocer más a Raye, su disco del año pasado me ayudó mucho en un proceso personal. Es una persona maravillosa y una de sus canciones, Escapism, se volvió mi salvación en un momento de mi vida…. también Body Dysmorphia o Ice Cream Man. Dentro de la industria tener la posibilidad de conocer más a estas personas es algo increíble. Billy Elish es una de las artistas que me acompañan en mi oscuridad y en mi luminosidad. Y Ariana Grande obviamente.

¿Cómo serán sus conciertos en España?

Primera vez que estoy en Madrid en el Botánico con un show mío. He estado en festivales y otras actuaciones, pero España tiene conmigo una conexión importantísima. Es una celebración especial, además, porque cumplo años al día siguiente. Antes voy a Sevilla, a la plaza de España, con el Icónica Festival que me emociona un montón. El escenario es mi lugar más seguro, donde todo se soluciona y donde me siento más poderosa. Mi mejor versión.