A pesar de ser una categoría clásica, no ha sido hasta hace unos años que el rallycross ha cruzado las fronteras de los países nórdicos para llegar al resto de Europa e incluso al siempre inaccesible mercado norteamericano gracias a la creación del GRC. Su innovadora estrategia de promoción y retransmisión de eventos, permitieron que el crecimiento fuera prácticamente exponencial en los primeros años como Campeonato FIA con status de Mundial y ahora la llegada de pilotos de campeonatos como el WRC o la Fórmula 1 le han permitido ganar aún más en visibilidad.
A pesar del éxito evidente logrado y la posibilidad de que su particular reglamento técnico desbalancee la competición con la entrada de grandes fabricantes y sus ultraprofesionales departamentos deportivos (prácticamente se permite mejorar el coche antes de cada carrera), los responsables del World RX no han querido subyugar la evolución de los Supercar, uno de los grandes protagonistas de una disciplina que cumplirá 50 años de su creación este 2017.
Medio siglo de edad que no está reñido con la innovación y el no anclarse en el pasado. Volkswagen era la primera en indicar que estaba interesada en incluir vehículos eléctricos si la FIA le daba el visto bueno. Lo sucedido a raíz del Dieselgate parece haber eliminado el interés actual de la firma de Wolfsburgo en sus programas oficiales, sin embargo, mantienen que además del departamento carreras-cliente, se encuentran desarrollando coches de rallycross eléctricos, previsiblemente para competir bajo algún proyecto de fábrica en el World RX.
No habrá que esperar mucho más para ver la primera carrera de rallycross con coches eléctricos. A finales del próximo mes de octubre, en Estados Unidos, los fundadores de Speedleague (mismos responsables de la creación del Global RallyCross Championship) darán el pistoletazo de salida a lo que han bautizado como e/Racing: un campeonato de cinco pruebas que se disputarán entre otoño de 2017 y la primavera de 2018 y que asaltarán grandes ciudades estadounidenses como Los Ángeles, Nueva York y Las Vegas. Una primera temporada que contará con 12 vehículos como máximo, que se ampliarán a 18 para la segunda campaña.
Los coches, en principio serán proporcionados por el preparador austriaco STARD, en manos del ex-piloto del Mundial de Rallies, Manfred Stohl y serán las mismas especificaciones para todos los equipos clientes que las alquilen: 500 kW de potencia (670 CV) y un sistema de push-to-pass similar al que ya se puede encontrar en otras competiciones como las IndyCar Series. En principio, el tiempo de cambio de baterías será de 15 minutos, por lo que se adaptará a la perfección al formato de carreras cortas, separadas por descansos de menos de media hora, que caracterizan a la disciplina.
Por el momento, no se ha especificado si este nuevo campeonato hará de categoría telonera del Global RallyCross Championship en alguno de sus eventos, tal y como ya ocurre con los Lites, pero es una nueva demostración de que los eléctricos se han ido haciendo un hueco en la competición. Algo que no sólo está reservado a campeonatos de nuevo cuño como pueden ser la Electric GT con el Tesla Model S o la Fórmula E, sino con otros eventos clásicos como el Trofeo Andros (ya dispone de su propia categoría) o la introducción poco a poco de este tipo de propulsión en carreras clásicas como el Dakar o la Subida a Pikes Peak.