Las decisiones de Audi de abandonar el Mundial de Resistencia, Lada el Mundial de Turismos y Volkswagen e Mundial de Ralllies han marcado la actualidad del mundo de las carreras durante las dos últimas semanas. En el caso del WRC, la pérdida del que ha sido el dominador de las últimas tres temporadas marcará buena parte del futuro del campeonato, no sólo en lo competitivo, sino por el hecho de que la firma de Wolfsburgo se había convertido desde su entrada en 2013 en uno de los principales apoyos promocionales de la disciplina junto al promotor, Red Bull Media House.
No es la primera salida traumática de un fabricante. En la historia del Mundial de Rallies muchas han sido las idas y venidas de las marcas y a pesar de ello, el campeonato ha mantenido su importancia dentro del automovilismo como una de las categorías reinas junto a la Fórmula 1 y el Mundial de Resistencia. Hoy, repasamos algunas de las despedidas más destacadas de la historia del WRC.
Audi Sport:
Protagonista esta semana al ser la primera firma de las tres que ha anunciado su salida, en este caso del Mundial de Resistencia, la marca de los cuatro aros tiene un pasado ligado a los rallies, en parte gracias a la introducción de la tecnología Quattro, la cual se ha relacionado durante más de tres décadas con el nombre de Audi. Tras el fatídico 1986, Audi se vio obligada a hacer borrón y cuenta nueva, desechar todo lo aprendido con su S1 e incluso relegar a un oscuro almacén a aquellos primeros prototipos que iban a ser destinados a ayudar al desarrollo del nuevo Grupo S, algo parecido a lo que puede pasar con el Volkswagen Polo R WRC 2017.
La entrada del reglamento Gr.A hizo que Audi desarrollara un nuevo coche sobre la base del 200 Quattro. Sin embargo, no era competitivo en la mayoría de los rallies, logrando únicamente un espectacular doblete en el Safari con Mikkola y Röhrl (en ese orden), en la segunda de las tres citas que disputaron en aquella temporada 1987 que sería la de su despedida. Nunca más se les volvería a ver en los tramos.
Lancia:
Sin duda es una de las marcas más añoradas. Con Lancia los aficionados vieron pasar las distintas etapas de la disciplina, con aquel Stratos del Grupo 4 que dio paso al 037 y Delta S4 del Grupo B y finalmente al Delta Integrale, sin duda el modelo más exitoso de los italianos y por el que pasaron hombres como Juha Kankkunen, Miki Biasion, Didier Auriol o un menos afortunado paso de Carlos Sainz, que con la unidad de la Jolly Club sólo consiguió arrancar una segunda posición en el Acrópolis como mejor resultado en una temporada 1993 para el olvido y que supuso la despedida a una firma mítica que ya había desaparecido un año antes, con el fin de la colaboración con Martini Racing.
Entre las distintas versiones del Delta dentro del Grupo A, nos encontramos unas estadísticas impecables, con más de cuarenta triunfos entre los años 1987 y 1992. Su nombre quedará para siempre atado al del WRC a pesar de que la marca no pase por sus mejores momentos, alejados de la competición y con poca actividad dentro del catalogo de sus productos para la calle.
Ford Racing:
A pesar de que mucho sigan viendo en M-Sport reflejado al equipo Ford, lo cierto es que ya son cuatro las temporadas sin los de Detroit en el Campeonato del Mundo de Rallies. La relación de la marca del ovalo con la disciplina se remonta a la era de los Gr.4 en la que los Escort Mk.I y Mk.II compitieron en pruebas internacionales, pero no fue hasta 1986 que debutó el equipo oficial, con el Ford RS200, el cual tan sólo duró un año antes de ser trasladado a los circuitos de rallycross por la extinción del Grupo B. Después de él se pudieron ver las versiones del Sierra, primero tracción trasera y posteriormente 4x4 hasta la llegada del Escort.
Fue en 1997 cuando el equipo M-Sport tomaría el mando de Ford en el Mundial con la creación de la versión World Rally Car del Escort y a partir de ese momento siguieron casi dos décadas de colaboración con el Focus y el Fiesta que vieron su final en la temporada 2012, cuando los estadounidenses decidieron cerrar gran parte de sus programas deportivos para tratar de superar la crisis económica que les afectaba. En la actualidad, Ford sigue prestando colaboración técnica al equipo, aunque muchos nostálgicos esperan el anuncio de la vuelta de un equipo pro el que pasaron Carlos Sainz, Colin McRae, Markko Martin, Juha Kankkunen o Marcus Grönholm.
Mitsubishi-RalliArt:
Dominadores junto a Lancia de la etapa del Grupo A, el dúo formado por Mitsubishi y Tommi Mäkinen se encumbró con hasta cuatro títulos mundiales consecutivos. Al final de la década de los 80, la firma de los tres diamantes encontró su sitio, primero con el Galant VR4 y después con la adopción de su archiconocido Lancer Evo, el cual se adaptó perfectamente a la reglamentación Grupo A como también lo hizo el Subaru Impreza. Ambos coches de carreras para la calle, fueron la base perfecta para una etapa muy exitosa para la formación dirigida por Andrew Cowan y con un socio de la talla de RalliArt.
Sin embargo, el temido efecto 2000 supuso el inicio del fin para Mitsubishi, siendo los últimos en adaptarse a la más permisiva y competitiva normativa WRC y con coches como el Peugeot 206, la filosofía llevada hasta ese momento no funcionaba y se tuvo que construir una versión World Rally Car que en ningún momento llegó a ser competitiva. Mäkinen abandonaba el barco a finales de 2001. Después de un año sabático para preparar el regreso, se sufrió una larga travesía por el desierto que tuvo como colofón la decisión de la FIA de no permitir los diferenciales electrónicos para la temporada 2006, sistema en el que los nipones y RalliArt habían puesto muchas esperanzas. Ha pasado una década y Mitsubishi sigue alejada de la competición, incluso de uno de sus feudos, el Dakar, e incluso ha puesto punto y final a la producción del mítico Lancer Evo.
Peugeot Sport:
La firma del león ha pasado por tres etapas claramente diferencias en su participación en el Mundial de Rallies. El equipo galo supo desarrollar rápidamente el 205 T16 Grupo B para neutralizar la ventaja tomada por Audi durante la primera mitad de la década de los ochenta, sin embargo, la decisión de la FISA de dar por terminada con esta reglamentación y adoptar los Grupo A cerró la primera era de Peugeot en el WRC. Regresaría casi 15 años después y con un coche más pequeño que el del resto, el 206, fue el primer gran dominador de los WRC 2.0 turbo, consiguiendo anotarse dos títulos Mundiales de pilotos y tres de marcas en las primeras temporadas del Siglo XXI.
La llegada de su compañero en el Grupo PSA, con el Citroën Xsara WRC, hizo que Peugeot tuviera que replantearse el futuro del proyecto y buscar algo distinto para que ambos programas pudieran coexistir a pesar de que sólo podía ganar uno. Así nació el 307 CC WRC, la variante de competición del roadster de la marca que estaba destinada a mejorar los resultados cosechados con el 206 gracias a la experiencia acumulada por Peugeot Sport. Sin embargo, problemas crónicos con la caja de cambios les limitaron y tras dos años y sólo tres victorias parciales, la marca decidió echar el cierre y buscar nuevos retos en el Mundial de Resistencia.
Subaru-Prodrive:
En 2018 se cumplirá una década sin el característico azul de Subaru en el campeonato donde la firma japonesa se dio a conocer por todo el planeta aprovechando sus victorias y títulos mundiales. Seguramente si le pregunta a cualquier aficionado cuál es la marca más representativa del WRC, gran parte de ellos responderían que el fabricante de los Impreza ha sido sin duda uno de los más emblemáticos. Sin embargo, debemos retroceder hasta 2003 para encontrarnos el último título Mundial conseguido, en este caso el de Petter Solberg, frente a un Sébastien Loeb que ya empezaba a dejar algunas muestras de su calidad.
En aquel momento, el noruego prometió seguir con los éxitos un año después, e incluso se atrevió a marcarse como objetivo el conseguir diez victorias en una temporada. Sin embargo, las distintas evoluciones del Impreza WRC no daban con la tecla y además de no igualar los tiempos de los Citroën Xsara también empezaban a acumular problemas de fiabilidad al llevar la mecánica al límite. En 2008 se decidió dar una vuelta de tuerca. Subaru estrenaba diseño hatchback para sus versiones tanto de calle como de competición y no terminaba de encontrar los resultados deseados. La crisis empezaba a castigar el país del sol naciente y esto llevó tanto a Suzuki como a la firma de las estrellas a dejar el campeonato al final de ese mismo año.
Toyota Motorsport GmbH:
La relación de la otra gran marca japonesa con el WRC siempre ha estado cargada de amor y odio. Los aficionados españoles recordarán con cariño y nostalgia los dos títulos conseguidos por Carlos Sainz a principios de la década de los noventa al volante del Celica Grupo A. Toyota luchaba contra el talento italiano y a finales de 1992, perdía al piloto madrileño al no poder coincidir el patrocinador del equipo, la petrolera Castrol, con el apoyo personal de Sainz, Repsol. El bicampeón se iba a la Jolly Club en el que sería una de sus peores temporadas en el Mundial, mientras que Juha Kankkunen y Didier Auriol se aprovechaban del buen rendimiento del Celica 4WD para llevarse los títulos de 1993 y 1994.
Llegaría 1995 y tras un inicio de temporada en el que no estuvieron en la pelea saltó el escándalo ante la utilización de un turbo ilegal. Toyota quedaba excluida del campeonato y no se le permitiría competir en el WRC hasta mediados de 1997. Tras esta primera salida abrupta, el equipo dirigido por Ove Andersson regresaba al Mundial, y con él, el regreso del hijo prodigo, Carlos Sainz que ganaba el Rally de Monte-Carlo en su primera prueba con el Corolla WRC. El final todos lo conocemos, el motor roto a 500 metros de la meta en Gales les dejaba a Sainz y Moya sin tercer título. Un año más tarde, terminada la temporada 1999, Toyota decidía dejar los rallies y afrontar un reto mayor, la Fórmula 1. Casi dos décadas después, Toyota regresa a los orígenes y en 2017 competirá de nuevo en el Mundial de Rallies.