Antes de su toma de posesión, que será el 20 de enero, Donald Trump ya ha anunciado unos aranceles del 25% para todas las importaciones de México y Canadá, así como otro del 10% sobre los productos chinos. Este plan "proteccionista" podría afectar a los fabricantes de automóviles estadounidenses, especialmente a General Motors.
La compañía lidera el ranking de las marcas de coches que exportan su producción de México a Norteamérica, según ha adelantado Reuters. Además, las 10 principales firmas que tienen plantas mexicanas produjeron un total de 1,4 millones de vehículos durante los primeros seis meses de este año, de los cuales el 90% se envió al otro lado de la frontera, tal y como señala la asociación mexicana de comercio automotriz.
Otros fabricantes que también saldrían perjudicados son Ford y Stellantis, ya que, tras General Motors, son las compañías que mayor producción de vehículos tienen en México. Después del anuncio arancelario de Donald Trump, sus acciones cayeron de forma significativa.
Por su parte, se prevé que General Motors importe más de 750.000 vehículos desde Canadá o México este año, siendo la mayoría de ellos fabricados al sur de la frontera, según la firma de análisis empresarial GlobalData. De esa partida, destacan 370.000 unidades de la populares pick-up Chevrolet Silverado y GMC Sierra.
Un descenso de las ventas de sus vehículos fabricados en México podría afectar a sus ganancias en toda la región, lo que podría generar presión sobre las nóminas de ambas partes del mapa. Solo en América del Norte, el gigante estadounidense cuenta con unos 125.000 empleados.
Por otro lado, el incremento de los aranceles también repercutiría en las cadenas de suministro, que conectan de manera estrecha a Estados Unidos, México y Canadá. Estos dos últimos representan más del 50% de todas las piezas del automóvil que se exportan a Estados Unidos, con un valor de casi 100.000 millones de dólares.
Drogas e inmigración
Trump consideró la medida como un castigo por los problemas no relacionados de la inmigración y el tráfico de la droga fentanilo. Además, publicó en redes sociales que los aranceles permanecerían vigentes hasta que México y Canadá detuvieran lo que llamó una "invasión" de "extranjeros ilegales".
"Tanto México como Canadá tienen el derecho y el poder absolutos para resolver fácilmente este problema que lleva tanto tiempo latente. Exigimos que utilicen este poder, y hasta que lo hagan ¡es hora de que paguen un precio muy alto!", dijo el presidente de Estados Unidos.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, pidió un diálogo con Trump y advirtió que los aranceles propuestos carecen de "sentido", empeorarán la inflación y eliminarán empleos en ambos países. También planteó el espectro de las represalias, aunque dado su vasto flujo de exportaciones a Estados Unidos, la economía de México sigue siendo más vulnerable a las amenazas arancelarias.
Los impuestos a las importaciones de Trump también podrían, teóricamente, impedir que los fabricantes de automóviles chinos utilicen a México como una forma de evadir los elevados aranceles estadounidenses. Sin embargo, esas importaciones ya están bloqueadas por otras barreras comerciales de Estados Unidos, según adelantó Reuters.
Precios más altos
El aumento de los aranceles también afectaría de manera directa al consumidor. Si bien la compañía que importa bienes a Estados Unidos paga las tasas, ese extra se trasladará al comprador a través de precios más altos en el producto.
General Motors, por ejemplo, podría asumir esos costes adicionales en sus modelos altamente rentables. En cambio, otros fabricantes que venden vehículos más asequibles, como el Nissan Sentra, podrían encontrar dificultades para seguir construyendo coches beneficiosos, dijo Sam Fiorani, analista de la industria en AutoForecast Solutions.