El Gobierno de Alemania ha aprobado este miércoles un paquete de incentivos a la compra del coche eléctrico, entre los que se contempla una reducción de impuestos por un importe medio anual que, según los cálculos del Ejecutivo de Olaf Scholz, será de hasta 465 millones de euros entre 2024 y 2028.
Según el proyecto aprobado por el gabinete germano, las empresas podrán deducirse hasta el 40% del valor de los vehículos eléctricos y de cero emisiones recién adquiridos de la declaración de impuestos durante el año de compra, cifra que se irá reduciendo progresivamente hasta alcanzar 6% al final del ciclo proyectado para antes de final de década.
Esta es una de las medidas anunciadas por el Gobierno alemán dentro de un paquete más amplio con el que afianzar el crecimiento económico del país. De hecho, el ministro de economía, Robert Habeck, ha anunciado también este miércoles que se van a introducir las medidas necesarias para "apoyar a la industria alemana y hacer más atractivo el mercado de la movilidad eléctrica".
El año pasado el Gobierno de coalición de Scholz tuvo que suprimir algunos de los incentivos a la compra de coches eléctricos tras una sentencia del Tribunal Constitucional alemán, que puso patas arriba su planificación presupuestaria y obligó a un importante ajuste fiscal.
En este contexto, Berlín espera acelerar la implementación del vehículo eléctrico en el país cuyas ventas se han desplomado más de un 69% en el último mes, hasta las 1.615 unidades, según muestran los datos difundidos por la Oficina Federal de Vehículos Motorizados (KBA, por sus siglas en alemán).
En general, el mercado del automóvil alemán, el mayor de Europa, ha registrado una caída de las matriculaciones del 27,8%, hasta las 197.322 unidades en agosto en comparación con las cifras de hace un año. Entre enero y agosto de 2023, los coches eléctricos representaron apenas el 18,6% de todas las nuevas matriculaciones.
En lo que va de año, en Alemania se vendieron casi 590.000 coches nuevos menos que en el mismo periodo de 2019, es decir, antes de la pandemia.
Falta demanda
Entretanto, el mayor grupo automovilístico de Alemania, Volkswagen, ha admitido este miércoles, en una reunión con el comité de empresa y trabajadores, que les "faltan" ventas equivalentes a la producción de dos de sus fábricas, es decir, de unos 500.000 vehículos.
"El mercado (para esa producción) ya no existe", ha asegurado el director financiero del grupo, Arno Antlitz, en la sede de Wolfsburgo durante la cita con los empleados, según recogen medios germanos consultados por Europa Press, que puntualizan que la compañía está decidida a actuar de manera "consecuente".
Por el momento, el ministro de trabajo de Alemania, Hubertus Heil, ha expresado su intención de mantener operativas todas las sedes de producción del grupo Volkswagen en Alemania al calor de los planes de reducción de costes que tiene previsto acometer la automovilística ante la caída de las ventas.
Berlín admite que esta no es solo una crisis laboral, sino que la estabilidad de Volkswagen es "vital" para asegurar las cadenas de suministro automovilísticas europeas en un momento de fuerte competencia con la irrupción de las marcas chinas en los mercados comunitarios y las guerras comerciales abiertas con Pekín, a la espera de lo que pueda suceder con respecto de Estados Unidos ante el resultado de las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre.