La Dirección General de Tráfico es el organismo que se encarga de regular todo lo referente a la circulación por vías y carreteras de todo tipo de vehículos, pero también de las personas que hacen uso de ellas como los peatones. Por ello, cada vez que hay un cambio, este es el organismo encargado de informar sobre ello a todos los posibles usuarios para el correcto funcionamiento del sistema.
Hace solo unas semanas, el ministro Marlaska y el director de la DGT, Pere Navarro, pidieron a los conductores que cesaran en una conducta que estaba provocando graves trastornos en todas las carreteras. Un mensaje que también fue difundido a través de las redes sociales de la Dirección General de Tráfico.
El gesto en cuestión que repiten casi todos los conductores es avisar a otros usuarios de la vía de la presencia de los diferentes controles que llevan a cabo los agentes de tráfico de la Guardia Civil. Es muy habitual que a través de diferentes aplicaciones o de servicios de mensajería, unos conductores alerten a otros de dónde se están realizando pruebas de velocidad, de alcoholemia o de cualquier tipo.
¿Qué gestos denuncian la DGT y la Guardia Civil?
Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería se instalaron en la sociedad hace ya muchos años. Algunos de sus usos son muy positivos. Sin embargo, otros no lo son tanto. Y eso es lo que denuncian ahora la Dirección General de Tráfico y la Guardia Civil. Y es que muchos conductores utilizan estos espacios para realizar acciones que están prohibidas.
Hay una conducta que popularmente se ha extendido en las carreteras durante muchos años. Es dar las largas, o hacer ráfagas entre largas y cortas, para avisar de alguna cuestión. Puede tratarse de un peligro que haya en la vía, pero también avisar de que hay algo que pueda suponer un problema para los conductores como un control.
Sin embargo, ahora, algunos usuarios de la vía se han modernizado y han pasado a usar todo tipo de aplicaciones y redes sociales para avisarse de dónde nos harán una prueba de alcoholemia, de dónde se situará un radar o incluso de qué documentación nos pueden pedir las autoridades.
Estas conductas se han disparado, algo que denuncian las autoridades, ya que disminuyen de manera considerable la eficacia de estos controles que tienen el objetivo de aumentar la seguridad en las carreteras. Esto ha provocado que la DGT y la Guardia Civil hayan tenido que rediseñar la forma de hacer los controles.
Ahora, cada vez se apuesta más por controles ambulantes, que cada cierto tiempo van cambiando su ubicación para esquivar estos avisos de los conductores. Esto supone un extra de trabajo para los agentes sin ser una solución totalmente eficaz.
La situación preocupa a las autoridades hasta el punto de que se estudian medidas sancionadoras para las personas que crean y administran estos canales de comunicación donde se avisan unos conductores a otros, incluidos los propios usuarios.
¿Qué es el modelo francés?
La situación ha avanzado tanto que las autoridades ya se plantean aplicar un modelo parecido al francés. En el país vecino, los teleoperadores telefónicos bloquean los mensajes relacionados con la ubicación de los controles. Más difícil será interceptar otro tipo de señales como las tradicionales ráfagas.
Cuando un conductor pasa o ve un control, avisa a los demás usuarios de la vía alternando las luces cortas y largas. Así, este puede darse la vuelta o tomar otro camino alternativo para evitar el control. Hace unos días, este tipo de avisos estuvieron a punto de impedir la detención de un peligroso asesino que terminó chocando contra los coches de las autoridades que realizaban un control.
La multa básica por avisar con los faros a otros vehículos va de 100 a 200 euros, a lo que habría que sumar la apertura de un procedimiento penal castigado con entre 600 y 30.000 euros en caso de influir sobre un control policial y desbaratar sus resultados.