Uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los ciudadanos a lo largo de su vida es sacarse el carnet de conducir. La prueba práctica de circulación en carretera es una de las más temidas durante el proceso de obtener el permiso de conducción. Sin embargo, antes de llegar a este momento, los aspirantes a conductores deben superar previamente un examen teórico para demostrar que tienen los conocimientos necesarios para ponerse al volante.
Entre los contenidos que se evalúan en los exámenes teóricos del carnet de conducir se encuentran los relacionados con las señales de tráfico. Las señales de tráfico distribuidas por las carreteras españolas tienen, tal y como indica la Ley de Seguridad Vial y el Reglamento General de Circulación, el objetivo de advertir, informar, ordenar y reglamentar el comportamiento de los conductores.
Conocer el significado de las señales de tráfico es de vital importancia. Sin embargo, lo cierto es que, con el paso de los años, la DGT ha ido incorporando algunas nuevas a las carreteras de nuestro país. Es el caso, por ejemplo, de una señal que lleva unos meses en las principales vías de nuestro país y que tiene un significado que pocos conocen. Se trata, nada más y nada menos, que de la señal P-35.
La señal P-35 que la DGT incorporó a las carreteras españolas hace unos meses está relacionada con los conocidos como carriles trenzados. Estos carriles, que normalmente se encuentran ubicados en autopistas o autovías, unifica la función de los carriles de aceleración y deceleración. Normalmente, aparecen por falta de espacio y tienen una longitud inferior a los 1.500 metros.
Los carriles trenzados obligan a que se produzcan cruces de trayectorias en distancias muy cortas, por lo que aumenta el riesgo de que se produzcan accidentes. Por ello, es de vital importancia conocer el significado de la señal P-35, que regula estos carriles y establece el modo en el que deben actuar los conductores que circulen por una carretera y se encuentren con ella.
Tal y como detalla la DGT, esta señal lo que indica, además de la existencia de un carril que facilita la aceleración y la deceleración, es que los conductores tienen la obligación de observar y ceder el paso a todos aquellos vehículos que estén circulando por el tronco principal. En estos casos, son los coches que se van a incorporar los que deben señalizar previamente a la ejecución de la maniobra.
Además, según explican desde la DGT, la maniobra que realicen los conductores debe ser progresiva e ir acompaña de la conocida como distancia de seguridad respecto a otros vehículos. En el caso del resto de conductores, deben facilitar la incorporación, o bien cambiando de carril o, por el contrario, reduciendo la velocidad.
Por ello, si un usuario va circulando por una vía y se encuentra con un carril trenzado, en el caso de que quiera incorporarse deberá señalizar la maniobra, ceder el paso a los vehículos que circulan por el carril principal y, posteriormente, adaptar la velocidad, mantener la distancia y realizar la incorporación.
Si el usuario va circula por una vía principal y se quiere incorporar al carril trenzado deben ceder el paso a los que ya circulan por el tronco principal, señalizar la maniobra con el intermitente derecho, adaptar la velocidad a la del resto de vehículos, mantener la distancia de seguridad y, posteriormente, ejecutar la maniobra.
En el caso contrario, los conductores que circulen por un carril trenzado y quieran incorporarse al carril principal deberán ceder el paso, señalizar la maniobra y mantener la distancia de seguridad, acelerar e incorporarse.
En estos casos, además, es fundamental que los vehículos que ya circulan por la autopista o la autovía permitan y faciliten la incorporación de los conductores que quieren acceder a este carril, en la medida que sea posible.
Según informa la DGT, en el año 2020 hubo 57 accidentes en los carriles trenzados, con un total de 87 víctimas. Entre todas ellas, un total de dos perdieron la vida, 5 acabaron heridos graves y 81 no necesitaron hospitalización.
"Las colisiones laterales y los alcances son los siniestros más frecuentes en este tipo de carriles. Se producen por el cruce de trayectorias de vehículos que circulan en el mismo sentido, realizando maniobras distintas: unos se incorporan a una vía principal (aceleran) y otros van a salir de la misma (y reducen su velocidad)", explica Sheila Ferrer, del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT.