Este martes la gigafactoría de Tesla en Berlín ha tenido que parar su producción y mandar a sus trabajadores a casa durante, al menos, varios días debido a un sabotaje en una torre de electricidad cercana a la planta.

Se trató de un ataque que provocó un incendió en una torre eléctrica y que no llegó a extenderse a las instalaciones de Tesla ya que fue extinguido por los bomberos. Sin embargo, y a pesar de que el incendio estuvo controlado, desde Tesla tuvieron que detener la producción de la planta.

Junto a los bomberos que apagaron el incendio también se personaron artificieros de la policía. Entre otras razones, porque había una tienda de campaña en los alrededores señalando que había artefactos explosivos enterrados allí. Por ello no solo se detuvo la fabricación, sino que se evacuó al personal de sus instalaciones.

Web donde se ha publicado el comunicado con la autoría del suceso.

"Habrá varios días de interrupción, no contamos con que se arregle en el curso de esta semana. Sí podrá ser a principios de la semana que viene", señalaba el director de la gigafactoría de Tesla en Alemania, André Thierig en una rueda de prensa.

Un sabotaje que este directivo de la planta ha señalado que tendrá un coste al fabricante estadounidense de automóviles eléctricos de cientos de millones de euros. La paralización de la producción causará daños "en el ámbito de los nueve dígitos", dijo Thierig.

Un sabotaje que no solo ha parado la planta, sino que también ha desembocado una bajada de las acciones de Tesla, que llegaron a perder casi el 5% de su valor en la jornada del martes.

¿Quién está detrás del ataque a Tesla?

En cuanto a la responsabilidad del ataque, desde la web de activistas Contrapolis se ha publicado una carta firmada por la organización de extrema izquierda llamada ‘Volcano Group’ en la que reivindican el acto.

Una esta dura misiva en la que este grupo pide "la destrucción total de la gigafactoría y con ella la eliminación de tecnofascistas como Elon Musk, todo ello en un paso más hacia la liberación contra el patriarcado".

"Tesla es un símbolo del 'capitalismo verde' y un ataque totalitario tecnológico contra la sociedad. El mito del crecimiento verde es tan solo un sucio truco ideológico para cerrar filas contra la crítica a nivel de política interior", acusa esta organización en el escrito. "Juntos pondremos a Tesla de rodillas. Apaguemos Tesla", concluye el comunicado.

Desde hace ya varios días, activistas están acampados en el bosque cercano a la fábrica de Tesla para evitar que amplíen la planta. @Teslastoppen

Por su parte, Elon Musk ha respondido a estos saboteadores como "los ‘ecoterroristas’ más tontos de la Tierra". También este dirigente ha señalado que "son títeres de aquellos que no tienen buenos objetivos ambientales". "Detener la producción de vehículos eléctricos, en lugar de vehículos de combustibles fósiles, es una tontería extrema", ha concluido Musk.

Unos ataques, por otra parte, que han recibido la condena del Gobierno alemán: "Condeno enérgicamente el presunto incendio provocado en Brandeburgo, que ha dejado sin electricidad a miles de hogares y ha paralizado temporalmente la fábrica de Tesla. Un ataque de este tipo contra nuestra infraestructura eléctrica es un delito grave que no puede justificarse con nada", dijo la ministra alemana del Interior, Nancy Faeser.

Planta de Tesla en los alrededores de Berlín.

Ataques previos en 2021

A falta de la confirmación oficial, lo cierto es que este ataque reivindicado por el grupo de extrema izquierda denominado "Vulkangruppe" (Grupo Volcán) no es el primero.

Ya en 2021 el grupo reivindicó la autoría de un incendio que se había declarado cerca de la que todavía no se había construido futura planta del fabricante de coches eléctricos.

Asimismo, cabe recordar que, desde el 29 de febrero, varias decenas de activistas acampan cerca de la gigafactoría en tiendas de campaña y casas en los árboles para impedir que se tale el bosque para ampliar la planta de Tesla.

Planta de Tesla en Alemania.

En este sentido, la gigafactoría está envuelta en la polémica desde su construcción debido a su supuesto impacto para el agua del subsuelo en la región, y en las últimas semanas surgieron además alegaciones sobre las aguas residuales de la planta, que según un informe filtrado a la prensa superan los límites permitidos para sustancias tóxicas.

Además, los planes para expandir la fábrica, que da trabajo a unos 12.000 empleados, han chocado con el rechazo frontal de parte de los residentes de la zona y de grupos ecologistas.

De ahí que todavía se mantengan las protestas en los alrededores de la planta. Una serie de ataques contra las instalaciones que han hecho que surjan las dudas sobre si estos sabotajes tendrán consecuencias para la proyectada ampliación de la gigafactoría.

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