El conflicto en el mar Rojo ha provocado que ciertos fabricantes de automóviles detengan su producción. Marcas como Tesla, Volvo (propiedad del grupo chino Geely) y Suzuki han anunciado que algunas de sus plantas europeas suspenderían su actividad, un hecho generado, en parte, por los ataques a los buques comerciales en la zona, según ha informado Reuters.

Esto repercute directamente en la cadena de suministro y, por ende, en la producción. Fábricas como la de Volvo en Bélgica, la cual se encarga del Volvo XC40 y Volvo C40, ha dejado de ensamblar vehículos durante tres días por la falta de las cajas de cambios.

Por su parte, Tesla dijo que cesaría la mayor parte de su producción en la planta de Berlín desde el 29 de enero hasta el 11 de febrero. La marca de Elon Musk no ha comunicado las razones de dicha suspensión, pero la firma depende de China para integrar baterías en el Tesla Model Y, un modelo que se comercializa en Europa.

Volvo XC40.

La compañía nipona, Suzuki, también hará una interrupción en su factoría de Hungría del 15 al 21 de enero, ubicación donde se producen el Suzuki Vitara y Suzuki S-Cross. En un comunicado enviado por correo electrónico a Reuters, la firma ha indicado que la suspensión se debe a retrasos en el envío de motores de fabricación japonesa.

Otros fabricantes como el Grupo Stellantis han tomado medidas para evitar interrupciones en la cadena de producción. De esta manera, el grupo ha optado temporalmente por el transporte aéreo y en casos limitados. Por otro lado, marcas como BMW, Volkswagen y Renault dijeron el pasado viernes que su actividad no se ha visto de momento afectada.

De hecho, Volkswagen dijo que está en estrecha coordinación con las compañías navieras y está monitoreando de cerca la situación para evaluar el impacto en la producción y, en la medida de lo posible, evitarlo.

No obstante, según Reuters, el vicepresidente de AutoForecast Solutions, Sam Fiorani, que rastrea las cadenas de suministro y la producción de automóviles, dijo que es probable que más fabricantes de automóviles se vean afectados por las interrupciones en el suministro.

Tesla Model Y.

Depender de tantos componentes clave de Asia, y específicamente de China, ha sido un punto débil potencial en la cadena de suministro de cualquier fabricante de automóviles, afirmó.

"Tesla depende en gran medida de China para los componentes de las baterías, que deben ser transportados a Europa a través del mar Rojo, lo que pone en constante riesgo la producción", señaló. "No se puede creer que estén solos; solo han sido los primeros en reflexionar sobre el tema".

Ruta alternativa

Las principales empresas de transporte de contenedores del mundo, como Maersk y Hapag-Lloyd, han cambiado los barcos con destino al Canal de Suez por la ruta más larga bordeando el Cabo de Buena Esperanza (África). Esto ha alterado los complejos calendarios de los buques, retrasado la carga y elevado considerablemente los costes de envío.

Ese desvío de los barcos por África supone un gasto extra en combustible de aproximadamente de un millón de dólares por cada viaje de ida y vuelta entre Asia y el norte de Europa. Los transportistas están recuperando eso y aplicando otros recargos.

Maersk pronostica que el cambio de ruta, que añade unos diez días al viaje desde Asia al norte de Europa, se mantendrá, de momento, en el corto-medio plazo. "Cuanto más dure esta crisis, más perturbaciones causará en el transporte marítimo de carga en todo el mundo y los costes seguirán aumentando", dijo Peter Sand, analista jefe de la plataforma Xeneta.

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