La ofensiva SUV se ha convertido en el mejor arma para la mayoría de los fabricantes de automóviles, que han visto en este tipo de vehículos un auténtico filón, aparentemente inacabable, con el que engordar sus cifras de ventas gracias a una clientela que sigue los adquiriendo con fuerza.
Volkswagen lleva muchos años ofreciendo vehículos SUV. Hace más de 15 vio la luz la primera generación del Touareg, un auténtico todoterreno de lujo, enfocado a la clientela más selecta, para posteriormente lanzar al mercado el Tiguan, un SUV más compacto, basado en el Golf, que ha resultado todo un éxito de ventas.
Sin embargo, la apariencia demasiado seria del Tiguan puede convertirse en un problema para aquellos clientes que busquen una imagen lo más juvenil y atrevida posible. Es por ello que Volkswagen acaba de lanzar el T-Roc, un modelo en el que la imagen se convierte en parte fundamental del conjunto.
Construido de nuevo sobre la plataforma modular MQB, comparte numerosos componentes con modelos como el VW Golf o el VW Passat. Con cinco puertas, su carrocería, pintada en tonalidades muy llamativas, disfruta de líneas de tensión y una decoración plagada de detalles como molduras y listones cromados.
El interior no desentona con la apariencia de la carrocería. Si bien la estructura básica del salpicadero es similar a la del Golf Sportsvan, la apariencia general tiende al colorido gracias a las molduras decorativas y a las tapicerías de llamativos motivos. No faltan las últimas innovaciones del grupo como la instrumentación 100% digital, denominada Digital Cockpit.
Mecánicamente, este SUV de 4.23 metros, cuyos principales rivales son el Audi Q2 y el MINI Countryman, estará propulsado por motores de tres y cuatro cilindros tanto diésel como gasolina, con una oferta de potencias que abarca desde los 115 hasta los 190 CV, disponiendo de cajas automáticas y manuales, así como sistemas de tracción delantera o integral inteligente.