La fiebre SUV es un fenómeno que cada día se amplía a más fabricantes. En 2016 hemos conocido el nuevo SEAT Ateca o el todopoderoso Bentley Bentayga, el hasta el momento SUV más caro y potente del mercado. Hasta Alfa Romeo ha presentado el Stelvio, el primer SUV de su historia.
Rolls Royce no es ajena a ello, y lleva tiempo trabajando en el que también será el primer SUV de su historia, bautizado hasta el momento como Cullinan. Llegará en 2018 y luchará de tú a tú con el Bentley Bentayga, con los futuros Mercedes-Maybach SUV y, en menor medida, con las versiones más caras de los actuales Range Rover.
El Cullinan será algo así como el equivalente SUV del Rolls Phantom, un modelo que por su parte ya se ha despedido del público tras más de 10 años a la venta, dejando un hueco que próximamente llenará su sucesor, el Phantom II, que será continuista en el diseño pero no en la técnica, estrenando por ejemplo una nueva plataforma completamente construida en aluminio.
Esa misma plataforma será la que utilice también el Cullinan, compartiendo también con el nuevo Phantom la planta motriz, una versión actualizada del ya veterano 6.75 V12 de la marca, aunque es posible que con el paso del tiempo se añada también una versión completamente eléctrica.
El Cullinan ya ha comenzado sus pruebas en carretera abierta, donde se someterá a los test más duros con el fin de garantizar unas prestaciones tanto en términos de dinámica como en calidad de construcción a la altura de lo que se espera de un Rolls Royce, un vehículo que encarna la excelencia británica en automóviles.
Las pruebas de este nuevo modelo llevarán a una serie de prototipos a cualquier rincón del planeta, por recóndito que sea. Pasará una larga temporada en el Círculo Polar Ártico, pasando por desiertos y zonas especialmente cálidas, lugares idóneos para probar su nuevo sistema de tracción integral.