Las playas de la Costa del Sol, se quiera o no, están masificadas a más no poder. No pasa nada, es la realidad. Y eso ocurre porque el tiempo acompaña, el litoral de la provincia está repleto de una variada oferta y ofrece una calidad excepcional, como demuestran las 44 banderas azules que este año ondean sobre los arenales malagueños.
Toda una proeza para una costa que se prepara para vivir uno de los veranos más esperados que se recuerdan tras haber dejado atrás (por mucho que parezca que les pese a algunos) la maldita pandemia de Covid que tanto daño nos ha hecho.
Sin embargo, si eres de esos que prefieren lugares más tranquilos, menos fatigosos, más salvajes y con menos agua salada, lo tuyo, tal vez, sean las no-playas y las piscinas naturales que la provincia atesora en su interior. Espacios por descubrir que cada vez atraen a más personas, pero que escapan todavía del gran hacinamiento del que adolece la frontera entre el Mediterráneo y el territorio malagueño.
Ya sabemos, ya: habrá quien nos eche en cara que demos publicidad a estos rincones, alegando que se llenan de gente por culpa de los medios de comunicación y blablabla. Sin embargo, cualquiera con una conexión a Internet sabe de su existencia y más si tenemos en cuenta que algunos de ellos han recibido premios tan destacados como la propia bandera azul, una distinción que hasta hace apenas unos años se reservaba para las playas tradicionales de toda la vida, pero que ahora también recae en la playa de interior de Ardales.
La playa del embalse del Conde del Guadalhorce, en Ardales
Y con ella vamos a empezar este listado. Conocido más bien como el pantano de El Chorro, esta es la única playa de interior andaluza que posee una bandera azul distintiva de su calidad.
Un ejemplo de cómo un prodigio de la ingeniería se ha reconvertido en un lugar para el ocio y el esparcimiento. Y es que su creación surgió de la mente del ingeniero Rafael Benjumea, que se las ingenió (nunca mejor dicho) para dar lugar a una obra que respeta el entorno natural en el que se asienta. Una infraestructura con la que logró que el rey Alfonso XIII le concediera el título de Conde del Guadalhorce.
Situado en las inmediaciones de Campillos y Ardales, en un precioso entorno, el pantano de El Chorro sigue funcionando al tiempo que se ha convertido en una encantadora playa de interior con múltiples usos recreativos. Y es que no sólo nos bañamos en sus aguas, sino que también nos subiremos a cacharros como hidropedales, paddles surf o kayaks. Rodeado de pinares y grandes rocas, ésta es una zona perfecta para practicar la escalada o recorrer el entorno en bicicleta.
Además es un excelente punto de partida para descubrir algunos de los lugares más emblemáticos de Málaga, como el Desfiladero de los Gaitanes, donde se encuentra el celebérrimo Caminito del Rey.
El pantano de La Viñuela
El de El Chorro es el único embalse de Málaga con zonas aptas para el baño de forma oficial. ¿El único? Pues no, porque también tenemos el de La Viñuela. Este pantano está situado en el término municipal, pues eso, de La Viñuela, y se abastece del río Guaro o Vélez y de sus afluentes.
En plena Axarquía, es el embalse de mayor capacidad de la provincia y supone un lugar estupendo para pasar el día en familia practicando deportes náuticos o senderismo. En sus alrededores hay establecimientos en los que comer e incluso alojarnos, puesto que hay un hotel y un camping cercanos.
La poza de los Huevos de Mijas
Damos el salto, pero no literal, cuidado, a una de las piscinas naturales malagueñas más escondidas de la provincia: la poza de los Huevos. Enclavada en la sierra mijeña es perfecta para darnos un baño en plena naturaleza y en un entorno tranquilo. Esta poza la forma, a su paso por el lugar, el río Las Pasadas, en la parte baja de Barranco Blanco, por lo que en sus cercanías encontraremos aún otras charcas aptas para el baño, muchas de ellas formadas a los pies de atractivos saltos de agua.
Se cuenta que esta gran poza era usada en la antigüedad, debido a que sus aguas, que brotan de una surgencia, contienen una gran cantidad de manganeso, un mineral muy beneficioso para el asma y que ayuda a cicatrizar las heridas de la piel.
Baños de la Hedionda de Casares
Según relata la leyenda, en el año 61 antes de Cristo, Julio César visitó estos casareños baños de la Hedionda cuando tan sólo era un pretor raso que sufría un herpes causado por una alegre vida sexual. Y parece que el agua sulfurosa surtió efecto porque, como bien sabemos, las ETS no fueron la causa de su muerte.
De hecho, Julio mandó acondicionar los baños de la Hedionda después y gracias a ello decenas de visitantes se sumergen en ellas a diario ya que sirven a modo de spa o balneario natural a todos los vecinos.
La poza de los Patos de Nerja
Esta es una de las piscinas naturales de Málaga más famosas y se ubica en un escenario de gran belleza, en la que nos podemos dar un baño en plena naturaleza.
La poza de los Patos la forman las aguas del río Chillar, que forma en la zona unas impresionantes gargantas conocidas como Los Cahorros.
El escenario en el que se enclava es precioso, destacando especialmente su exuberante vegetación, así como la bonita cascada que forman las aguas de esta charca que son limpias y nítidas, ideales para el baño.