Como cantaba el señor Burns, cada cual tiene su afición: en lo que corresponde a los deportes, al cine y la literatura, al vestir, el yantar… y, por supuesto, en las cosas del amor. ¡Que nadie nos diga que lo que nos gusta es una mierda! Bueno, a menos que lo que nos guste sea la coprofagia, en ese caso no tenemos otra que callarnos.
Hoy día la verdad es que, a excepción de algunos pocos neandertales, la mayor parte de las personas de bien no se meten donde nadie las llama ni juzgan a los demás, ni sus gustos ni sus prácticas de toda índole (y si lo hacen, lo hacen como todos: en la privacidad del hogar, por la noche, en la cama, a oscuras, junto a su pareja; es decir, en el lugar más inofensivo que existe).
Es por ello que nos atrevemos a escribir un artículo sobre un tema que, poco a poco, está perdiendo su tabú (y, por ello, para muchos, su encanto) como es la práctica del cruising. Porque por mucho que no se escriba o se hable sobre algo, no va a dejar de ser una realidad ni se va a dejar de realizar. Además, ni siquiera es un invento nuevo: sólo hay que ver la película ‘Liberté’ (2019) de Albert Serra para hacerse a la idea de que esto viene de antiguo.
En Málaga hay numerosísimas zonas de cruising, o de cancaneo (palabra más hermosa), que se pueden señalar en el mapa del guarreo de la provincia: áreas de descanso, bosques de extrarradio, parques, playas, los baños de estaciones de tren y autobús, aparcamientos abiertos de centros comerciales, de parques de atracciones, de parques acuáticos, recintos feriales, polígonos industriales, accesos subterráneos, callejones, edificios abandonados… y cualquier descampado que se precie.
Cualquier espacio que tenga algún recoveco para ocultarse es susceptible de convertirse en una zona de cruising donde dar rienda al amor libre con un completo, pero simpático, desconocido.
«Soy nuevo en el mundo: ¿qué es el cruising?»
Para el que haya salido hace poco de una cueva y no sepa qué es el cruising, diremos que consiste en, básicamente, tener sexo con extraños en lugares públicos. Este término es muy usado en ambientes de carricoche liberal y congrega a su alrededor a un gran número de aficionados donde caben todos los gustos: no por nada la cuenta de Twitter @cruisingmalaga reúne a cerca de 22.000 seguidores.
Porque aunque en sus orígenes el cruising era una práctica mayoritariamente de varones homosexuales, poco a poco está atrayendo a un gran público con otras tendencias, desde el heterosexual que quiere experimentar o que busca una relación esporádica con el sexo opuesto, pasando por el bisexual al que le da igual 8 que 80, gente que busca sexo en grupo, gente a la que le gusta el voyerismo (esto significa mirar, nada tiene que ver con el lesbianismo) y un largo etcétera. El cruising es una práctica para tener encuentros ocasiones y furtivos con desconocidos con los que mantener relaciones sexuales del tipo que sean y, por tanto, las combinaciones son casi infinitas.
En sus comienzos, en el albor de los tiempos, el colectivo gay realizaba el cruising para escapar de la persecución: hombres y mujeres, algunos con una doble vida donde simulaban ser heterosexuales, con necesidades emocionales que buscaban un rápido y efímero consuelo. Hoy en día sin embargo, más que una necesidad, el cruising es una práctica sexual concreta como otra cualquiera.
Los interiores de los baños romanos ya vieron en todo su esplendor la práctica del cruising cuya terminología no está muy clara de dónde surgió. Hay quien afirma que nace del nombre del local de ambiente estadounidense ‘Booze n’ Cruise’, mientras que otros, más eruditos, afirman que su etimología proviene de la palabra neerlandesa ‘kruisen’ cuyo significado es ‘cruz’ y que viene a hacer referencia a esa mirada que se cruzan dos personas y que desemboca, como un alud, en irrefrenable toqueteo.
Pero, ¿es delito?
En cuanto a si el cancaneo es ilegal o un delito, en sí misma la práctica sexual en la calle no lo es. Lo que nuestro Código Penal recoge en el artículo 185 como delito de exhibicionismo es llevar a cabo «actos de exhibición obscena» siempre y cuando se produzcan en presencia de menores de edad o ante personas con discapacidad necesitadas de especial protección. Si se incumple esta normativa, nos podemos enfrentar a penas de prisión que van de seis meses a un año.
En término generales, mantener relaciones sexuales en espacios públicos, siempre que se realicen ‘con precaución’, no es un delito en sí, y las prohibiciones, en todo caso, se sustentan en las normas de convivencia municipales de cada localidad con carácter administrativo, esto es, multas, y no con carácter penal.
Zonas de cruising en Málaga
Antes de seguir debemos recordar que cada lector haga de su capa un sayo y use esta información como mejor entienda y le plazca. Y es que no descubrimos nada nuevo si decimos que aplicaciones móviles como Grindr también han hecho que el cancaneo no sea tan necesario como antaño.
Pero como decimos, el cruising ya es una práctica sexual como otra cualquiera para mantener relaciones sexuales de manera anónima, sin ataduras y, por lo general, esporádicas, que suma un plus de ‘peligrosidad’ que para muchas personas supone un fuerte atractivo.
Es por ello que todavía podemos encontrar en la provincia de Málaga, según me ha contado un amigo, zonas para un «aquí te pillo, aquí te mato». También hemos investigado por la Red, pero, claro, a través de la navegación privada.
Y hemos localizado portales donde se reseñan largas listas de estos espacios como son las web Gays Cruising, Cruising Map, Olvida la cama (gran nombre) y Sexo Casual. En estás páginas los propios usuarios van añadiendo o matizando los diferentes espacios donde se practica el cruising.
Una de las zonas para el cancaneo más famosas de la provincia son los jardines de Puerta Oscura. Con un nombre semejante estaban destinados a aparecer en una obra de Tolkien o en una película de Almodóvar.
En los jardines de Puerta Oscura y la Coracha se pueden contemplar jacarandas, pinos y cipreses, entre otras especies botánicas y hortícolas. Diseñados por el arquitecto Fernando Guerrero-Strachan en el año 1937, están situados en pleno centro de la ciudad, detrás de la Casona del Parque, en la ladera sur del monte Gibralfaro donde se encuentran la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro (en cuyo parking, según los entendidos, también hay mucho movimiento y ambientillo).
En los jardines de Puerta Oscura, en sus aproximadamente 14.000 metros cuadrados, el visitante puede disfrutar de un espacio abierto a la naturaleza distribuido en una sucesión de terrazas, paseos y glorietas, con numerosos recodos donde esconderse y dar rienda suelta al amor fugaz.
Puerta Oscura se ha complementado tradicionalmente con los jardines de Pedro Luis Alonso y el Parque de Málaga donde antes, por su frondosidad, era más sencilla la práctica del cruising (la leyenda cuenta que, durante el adecentamiento del Paseo del Parque, los jardineros encontraron a un niño salvaje criado por los patos de las fuentes).
Otros parques conocidos donde se puede acudir en Málaga son el de Castañón de Mena o el de Pistas Rojas.
Un picadero bien famoso es la playa de Artola, en Marbella, más conocida como Cabopino (Cabopito, Cabopene, Rabopito…) de la que en EL ESPAÑOL de Málaga ya escribimos por ser una cala nudista. Las dunas de Cabopino son, tanto de día como de noche, un lugar muy frecuentado por personas que buscan sexo casual o asistir a sexo casual con el beneplácito de los practicantes. Tanto la comunidad LGTBI+ como la heterosexual encuentran en este espacio natural solaz a raudales.
De hecho, las playas de la Costa del Sol son un lugar fantástico para el cruising que en temporada alta se convierten en auténticos hervideros de energía sexual. Así, calas como la de El Cantal en Rincón de la Victoria y las nudistas de Guadalmar, de Benalnatura, de arroyo Vaquero en Estepona… tienen su público especial. Aunque debemos matizar que el respeto en esto del cruising ha de ser la norma: no todo el que esté en uno de estos arenales busca rollo. ¡Ojo con eso!
Los aparcamientos de la Universidad de Málaga también son conocidos por dar acogida a cancaneantes hambrientos (sobre todo en la Facultad de Económicas donde hay un jardín muy cuidado), de modo que la UMA se transforma en el lugar que siempre ha sido: un espacio de saber para el crecimiento personal y la experimentación.
Como decimos, cualquier espacio, el que sea, puede erigirse como una zona de cruising de moda. Este es el caso del puente que da continuad a la avenida Manuel Castillo sobre la autovía de Málaga y que durante años ha sido un lugar de encuentro para los amantes esporádicos. La cosa funcionaba así: los aficionados llegaban con sus coches y se calibraban los unos a los otros desde el interior de la seguridad de sus vehículos. Oferta y demanda en el mercado de la carne. Si el flechazo se producía: magia.
Estos son algunos de los espacios tradicionales de Málaga: cada ciudad, cada pueblo, incluso cada barrio, tiene su conocido lugar donde pasar un rato agradable y que es un secreto a voces sabido por todos. Sólo tenemos que acordarnos de cómo consiguió la antequerana cueva de la Picardía su sugerente nombre…
Además, el cruising cambia de lugares según las épocas ya que, como todo, también está sujeto a modas y a vicisitudes: en los alrededores de Torremolinos, donde tradicionalmente hay un gran ambiente, el cancaneo marca su ley.
Precauciones, consejos y ‘tips’ en el cruising
Además del mencionado cuidado que debemos tener de no exhibirnos delante de quien no debemos, hemos de considerar varias cosas a la hora del cancaneo.
La primera, y la más importante, es de cajón: practicar sexo seguro. Como la pandemia de Covid ha demostrado, la salud es fundamental, sobre todo si queremos llevar una vida larga y feliz. El cruising se suele llevar a cabo con gente que no conocemos de nada y teniendo en cuenta que es gente que hemos conocido cancaneando… dos más dos: es una práctica de cierto riesgo. ¡Ponte condón, leñe!
También gasta cuidaito con tu persona y tus pertenencias, que el frenesí sexual no te impida estar pendiente de lo que te rodea, ¿vale? Así evitarás robos y otras desgracias. No hacer el tonto es la mejor manera de pasar un buen rato.
Como consejo específico para la Costa del Sol: aprende idiomas. La provincia es, cada año, el destino de vacaciones de millones de personas y también uno de los destinos predilectos para el turismo gay internacional desde hace décadas. Ya sabes, si eres alguien con un don de lenguas pues, eso, vas a triunfar más y mejor.
Tampoco seas más guarro de lo necesario y deja el espacio limpio, sin restos orgánicos, ni basura ni productos profilácticos usados. De todos depende que el cruising no sea una práctica sexual que repela al personal.
En cualquier caso, todos estos consejos se resumen en dos: ser precavidos y responsables y, por supuesto, tratar a todo el mundo como nos gustaría que nos tratasen a nosotros. Porque el sexo en una zona de cruising está (casi) asegurado si te lo montas bien y sigues estos consejos necesarios para... petarlo.