Desde hace años, los sanitarios malagueños disponen de un sistema de teleconsultas para agilizar la derivación de sus pacientes a especialistas y, desde determinadas áreas, también llevan tiempo haciendo un seguimiento a sus usuarios a través de estas herramientas digitales. Ahora, la Junta de Andalucía quiere ir un paso más allá y, si todo va según lo planeado, en 2024, los ciudadanos contarán con un nuevo sistema de citas “más ágil y accesible” en Atención Primaria que primará las consultas telefónicas y las teleconsultas.
Los cambios serán sustantivos conforme al procedimiento que ahora es habitual. El más destacado será que los usuarios podrán elegir personalmente si son atendidos mediante consulta telefónica o teleconsulta por su facultativo o enfermera correspondiente o por otro distinto a este que el sistema le asigne en el caso de que pueda atenderle antes.
Esto irá unido, además, a la puesta en marcha del sistema de teleconsulta. La idea de la administración regional es convertir la consulta telefónica que a día de hoy está operativa en teleconsulta ante la creciente demanda de la misma y el consecuente aumento de la demora. Eso permitirá a los facultativos atender a sus pacientes a través del ordenador desde su despacho para asuntos que no precisen de una exploración presencial.
“Hay muchos andaluces que quieren ser atendidos por su médico de familia, pero también hay otros muchos que les da igual mientras se les atienda. En el Servicio Andaluz de Salud contamos con la Historia Clínica Digital, que puede ser consultada por cualquier profesional en cualquier punto de Andalucía. Es nuestra obligación facilitar y dar mayor accesibilidad a la Atención Primaria”, defendió hace unos días la consejera andaluza del ramo, Catalina García.
Para Carmen Gaona, secretaria del sector sociosanitario de la UGT en Málaga, la teleconsulta “es un apoyo más para los profesionales y los usuarios, pero no es la solución al grave problema que hay con las listas de espera”. “Conseguir una cita médica a día de hoy es complicadísimo. Hay veces que no tienen disponible nada en menos de 15 días, ni presencial ni telefónico”, asegura.
De forma similar se pronuncia Juan Pedro Ruiz, responsable de CSIF Sanidad Málaga. Para este sindicalista y profesional sanitario, “el único camino debe ser la cita presencial”. “Tenemos que tender hacia una atención sanitaria que vaya hacia la excelencia y para ello no podemos romper el vínculo paciente-profesional, porque tratamos con personas”, apunta.
En su opinión, el impulso a la teleconsulta viene de la mano de la idea de que es, sobre todo, para trámites administrativos, para renovar bajas o la medicación, “pero al final se usa para todo”. “E incluso hasta para estos trámites burocráticos es importante la relación con el paciente. Hay veces que un joven o un mayor llega simplemente para una receta y, en ese contacto, podemos ver que cojea, cómo lleva una herida… Necesitamos ese feedback, esa cercanía”, defiende, aunque eso haga imprescindible “sobredimensionar las plantillas”.
Desde el Sindicato de Enfermería (Satse), por su parte, reconocen que las teleconsultas pueden ser una herramienta útil para los profesionales de la Atención Primaria pero aseguran que “en ningún caso podrá sustituir” a la consulta presencial y alertan de que “puede abrir una brecha” con colectivos con dificultades en el manejo de las nuevas tecnologías, como los mayores.
Un sistema a pruebas
Las consultas telefónicas se extendieron durante la pandemia. Miles de pacientes fueron atendidos sin salir de sus domicilios, aligerando el colapso de los centros de salud y hospitales. Según el Consejo General de Enfermería, algunas de estas profesionales llegaron a atender entre 400 y 500 llamadas al día, más de una por minuto en una jornada de ocho horas sin descanso.
Pero el sistema lleva en funcionamiento desde mucho antes. Cataluña, por ejemplo, puso en marcha en 2015 la eConsulta, una herramienta de comunicación entre pacientes y sanitarios que complementa la atención presencial. En concreto, permite a los ciudadanos enviar consultas en cualquier momento y desde cualquier dispositivo a su médico o enfermera de Atención Primaria y recibir una respuesta en un plazo máximo de 48 horas en días laborables.
Diversas investigaciones han intentado hacer un balance desde entonces de este sistema, arrojando conclusiones muy positivas en términos económicos. Un estudio realizado en las comarcas de Bages, Moianès y Berguedà en base a cuatro especialidades que contaban con un sistema de telemedicina concluyó que entre 2011 y 2019 estos servicios ahorraron 780.397 euros, unos 15 euros por visita. Otra investigación centrada en las consultas telemáticas en el Hospital Universitari Vall d'Hebrón apuntó a un ahorro de 3,8 millones de euros y de 1.875 toneladas de CO₂ entre los años 2019 y 2020 gracias a esta herramienta, contando únicamente los kilómetros que evitaron los pacientes al no tener que desplazarse al hospital.
Entre especialistas
En los hospitales de Málaga, la teleconsulta está implantada en muchas especialidades desde hace décadas. Una de las primeras en incorporar esta opción fue Dermatología, a cuyos especialistas los profesionales de Atención Primaria pueden enviar, por ejemplo, una fotografía de un lunar sospechoso de patología tumoral y recibir una respuesta en unos días sin que el paciente tenga que trasladarse a la consulta hospitalaria.
A día de hoy, son más de 30 especialidades las que cuentan con esta herramienta que busca, sobre todo, acortar los tiempos de espera de los pacientes y evitarles desplazamientos. A finales del pasado año, el tiempo medio de respuesta desde que el médico de cabecera envía la teleconsulta al médico hospitalario hasta que este atiende la consulta y redacta el informe es de entre 20 y 70 horas.
Según los últimos datos disponibles relativos a 2022, los centros de salud malagueños realizaron a lo largo de todo el año 4.171.301 teleconsultas, cerca de la mitad de médicos de familia.
La teleconsulta es una de las tecnologías relacionadas con la telemedicina, un ámbito que se demuestra cada vez más consolidado y beneficioso en el sector. Las actuaciones incumben a los exámenes, el diagnóstico, la gestión de los pacientes, su tratamiento o el seguimiento a largo plazo de pacientes con enfermedades crónicas.
Un estudio impulsado por la región europea de la Organización Mundial de la Salud ha analizado recientemente el uso de la telemedicina en 53 países. David Novillo Ortiz, asesor regional de la OMS en salud digital y datos y también autor del informe, asegura que hallaron “mejores resultados clínicos, mejor seguimiento por parte de los profesionales de salud y un beneficio general, tanto para los pacientes como para los profesionales”.
En paralelo, los investigadores encontraron que hay un núcleo de pacientes “que muestran resistencia a utilizar herramientas de telemedicina, principalmente porque prefieren tener un contacto personal con sus profesionales”.