La Heladería Santa Gema lleva 48 años endulzando los veranos de los vecinos de El Palo. Ubicada en la calle Escultor Marín Higueras, cuenta con más de sesenta sabores en sus vitrinas, todos ellos hechos artesanalmente en la fábrica que tienen en la localidad de Rincón de la Victoria.
Se trata de una empresa familiar que impulsaron Francisco Enamorado y su esposa Ana Fernández en el año 1976. Si él realizaba los helados, ella se encargaba de venderlos en una pequeña y modesta heladería.
Sus hijas crecieron y al percatarse ambos de que todas estaban interesadas en seguir con el negocio, decidieron ampliarlo. Así que en 1999 inauguraron la citada fábrica, que cuenta con una superficie de 780 metros cuadrados y donde a diario crean sus helados y otros que exportan a otros establecimientos de dentro y fuera de la provincia.
En la actualidad, se encuentran trabajando en la heladería la segunda y la tercera familiar de esta saga familiar. “La nieta de mi tío ya trabaja en la fábrica, al igual que mis hijos, es un orgullo”, cuenta Pedro Fernández, actual gerente de la heladería y sobrino de los propietarios originales, a EL ESPAÑOL de Málaga.
Si algo ha definido a la heladería Santa Gema desde sus inicios es la combinación en sus vitrinas de los sabores clásicos con algunos modernos. Les gusta reinventarse y cada año tratan de sacar, al menos, dos nuevos sabores que sorprendan a su público. Este año, las dos opciones nuevas saben mucho a Málaga: uno es de torta de Algarrobo y el otro se llama Alcazaba. “Este segundo es muy especial, ha nacido para dedicárselo a los malagueños”, declara Fernández.
El sabor Alcazaba es un helado hecho “de crema de leche de almendra con pistacho”. “Pensamos en la almendra, producto típico de la zona; en el pistacho, que está tan de moda y que siempre estuvo muy presente, como la almendra, en la gastronomía árabe… Y decidimos ponerle por eso el nombre de Alcazaba”, explica el gerente del local.
Así, también tienen el helado sabor a Málaga y el de loca. Todos llevan productos locales de la mejor calidad posible, según cuenta Fernández. “El de Málaga llevamos años haciéndolo. Recuerdo cuando iba con mi tío a la bodega Quitapenas para comprar el vino, tendría 18 años yo. Las pasas eran de El Borge. También hemos comprado leche en los Montes de Málaga… Siempre que se pueda, usamos productos de la tierra”, dice.
El de loca tiene grandes admiradores. Hay quien cruza toda la ciudad solo por tomarse una buena tarrina de este sabor tan local. “Tenemos una clientela de muchos años, hay quien nos viene ya con sus hijos e incluso con sus nietos. Nosotros nos hacemos mayores, pero el público también”, asegura.
En este sentido, Fernández pone en valor la gran labor de Paco García Pinazo en la fabricación de estos helados desde la fábrica. “La verdad es que ha hecho un trabajo importantísimo porque vendemos estos helados muchísimo”, declara.
Junto a la heladería Inma de Las Delicias, es la única heladería de Málaga que ha obtenido uno de los soles de Repsol, algo que les ha dejado sin palabras. Se sorprendieron mucho al recibir la notificación por carta porque en ningún momento se dieron cuenta de que habían recibido la visita de los miembros del jurado que otorgan esta distinción. Así, expresa que “no hay mayor secreto” para obtenerla que dar un servicio de cercanía y calidad a los clientes, que para ellos “ya son familia”. Para él, la calidad humana del personal es fundamental junto a tener un producto muy bueno que diferencie del resto.
También la innovación, tanto en sabores como en servicio. Pese a ser un negocio clásico, cuentan con perfiles en redes sociales, tienen una web actualizada y cuentan incluso con servicio a domicilio para todos aquellos clientes que tengan antojo de helado en casa y no quieran ir a por él. “Además, no dependemos de empresas secundarias, lo llevamos nosotros”, asevera.
“La gente pide, ¿eh? Aunque parezca que no, son muchos los que en verano con el calor no querían venir”, dice con una sonrisa Fernández. Entre los sabores más pedidos, el turrón, “de calidad suprema de Jijona”, “un clásico que nunca falla y que siempre vende”. Los de yogur, sobre todo el que lleva frutas del bosque, o el de Nocciola, también entran en el top 10 favoritos de esta heladería paleña.