El 12 de diciembre tendrá lugar la segunda vuelta de las elecciones a rector de la Universidad de Málaga. El catedrático de Química Física, Teo López, salió victorioso el pasado 1 de diciembre; sin embargo, el 43% de los apoyos conseguidos no fue suficiente para alcanzar la mayoría absoluta, por lo que tendrá que enfrentarse a Ernesto Pimentel (catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos) el próximo martes, quien se hizo con un 32% del escrutinio.
La compaña, por tanto, continúa. Y lo hace además con movimientos de última hora. El más reseñable ha sido el que ha protagonizado Olga Guerrero, catedrática de Ingeniería Química, quien también concurrió en el proceso pero que quedó fuera tras lograr solo el 15% de respaldo.
Guerrero, a través de un comunicado, ha anunciado que su candidatura apoyará a Ernesto Pimentel: "Veo una persona con valores, que se ha mostrado dispuesto a implantar los cambios necesarios y que se ha comprometido en un decálogo en el cual se incluyen la mayoría de las propuestas que yo misma diseñé con tanta ilusión para gobernar la UMA y que presenté durante la primera vuelta", avanza en el texto.
De esta forma, expone que se trata de la persona que "más converge" con su programa: "Aunque no haya conseguido suficientes apoyos para llevarlo a cabo, confío en que se pueda poner en marcha. Por ello, tras este periodo de reflexión y análisis, quiero comunicar que el próximo martes día 12 apoyaré a Ernesto Pimentel, y es lo que recomiendo a todos los miembros de la comunidad universitaria", apunta.
Tensión y presiones
Guerrero denuncia que el clima ha sido "muy tenso" desde los últimos días de la campaña: "Si antes de presentarme estaba convencida de que era necesario un cambio, tras lo vivido en el proceso electoral, lo creo con mayor firmeza", explica, antes de criticar que ha habido un intento de "desacreditar" su candidatura y condicionar su decisión de cara a una segunda vuelta.
"He recibido ataques y falsas acusaciones tanto personales como profesionales y se ha acosado y criticado a mi familia -lo cual resulta intolerable en el caso de mi hija, estudiante-. Me preocupa además que se haya tratado de silenciar cualquier tipo de debate y diálogo entre la comunidad universitaria en esta segunda vuelta, absolutamente condicionada por el puente festivo de diciembre", expone.
"Me consta que se ha llegado a echar a alumnos de nuestros centros por hablar con otros alumnos sobre la Universidad que deseamos", denuncia, según su versión.
"La Universidad de Málaga tiene que ser mejor que eso. Debe ser mejor que eso. Porque se trata de edificios públicos y de derechos fundamentales. Por mucho que nos encontremos fuera de la campaña, no se pueden recortar derechos constitucionales como la libertad de expresión o el derecho de reunión", abunda.