El caso de la heladería Inma, un establecimiento de barrio situado en Las Delicias en Málaga capital, es digno de estudio en cualquier escuela de negocio. Fundada en 1972 no es solo una de las heladerías más conocidas de la ciudad sino que, sin desarrollar una gran estrategia de marketing, tiene siempre cola en la puerta y cada 12 de octubre es el desmadre, ya que pone los helados a mitad de precio como cierre de temporada.
Este jueves, 12 de octubre, está volviendo a ocurrir. Antes de que abriera el local a las 11 de la mañana ya había muchas personas esperando en la puerta y el volumen de clientes ha ido in crescendo hasta el punto de que, por ejemplo, unos minutos antes del mediodía ya había 200 personas con un número en la mano esperando.
A la Inma llega gente tanto de la capital como de otros puntos de la provincia, que aprovechan la oferta para llenar sus congeladores y comer helado de este singular establecimiento al ritmo que su salud le permita.
Los propietarios de la heladería ya han conseguido que el cierre de la Inma el 12 de octubre sea una tradición, permitiendo así dar salida a su stock. De hecho, tienen que limitar la venta para intentar, en la medida de lo posible, que ningún cliente se quede sin helado, pero eso nunca ocurre. Echan la persiana cuando ya no queda nada y al ritmo habitual eso pasa a media tarde.
Un cartel en la puerta indica las reglas a seguir para que nadie se enfade. Se pueden comprar como máximo dos litros del mismo sabor -el de kinder es uno de los más demandados- y, en total, un máximo de 8 litros por persona. De todas formas, la agonía es libre y hay familias en las que pide ese máximo cada uno de sus miembros, de forma que se van cargados de helado a sus casas ante la mirada irritante de los que están esperando en la cola temerosos de quedarse sin su sabor favorito.
El 2x1 como cierre de temporada se ha extendido a muchas otras heladerías de la ciudad, muchas de ellas incluso el mismo 12 de octubre. Que una persona espere 200 números para comprar helado de la Inma se puede deber a diversos factores, especialmente el de seguir una tradición, al margen del sabor de los helados o del precio. Como decía el torero Rafael El Gallo, "hay gente pa tó", y en la heladería Inma han conseguido dar con la tecla para tener fans incondicionales.