La demanda de cubas de agua por parte de comunidades de vecinos se ha disparado en Málaga ante la prohibición del uso de agua potable para el llenado o relleno de piscinas a causa de la sequía, lo que ha llevado a las empresas del sector a vivir una situación inédita con listas de espera para satisfacer los pedidos.
Centenares de piscinas privadas han tenido que cerrar sus puertas este verano en municipios como Rincón de la Victoria, Iznate, Almáchar o Vélez-Málaga, todos ellos en la comarca de la Axarquía, o Cártama y Pizarra, en el Valle del Guadalhorce, en cumplimiento de las medidas adoptadas por los ayuntamientos para reducir el consumo de agua potable.
Y es que la Viñuela, el embalse del que bebe la Axarquía, se encuentra en una situación crítica, al 9 % de su capacidad, y no hay previsión de que en un futuro próximo, con los termómetros disparados y sin previsión de lluvias, vaya a mejorar.
Para hacer frente a esta situación de emergencia, muchas localidades, como Rincón de la Victoria, con más de 50.000 habitantes, han prohibido el uso de agua potable para el riego de jardines, huertos, parques y campos de golf, limpieza de calles, llenado o rellenado de piscinas privadas y lavado de coches fuera de los establecimientos autorizados.
Las piscinas de edificios residenciales que estaban vacías no han podido ser llenadas este verano y muchas de las que estaban llenas han tenido que echar el cierre al no poder utilizar agua potable para su rellenado, principalmente por la evaporación.
Técnicos municipales están visitando estos días las comunidades de vecinos para garantizar el cumplimiento de las restricciones y evitar que se siga usando agua de boca para usos no esenciales.
La solución que han encontrado las comunidades de propietarios para poder mantener abiertas sus piscinas es recurrir a la compra de cubas de agua, aunque ello no está siendo fácil este año, ya que la enorme demanda ha sobrepasado la capacidad operativa de las empresas del sector.
EMPRESAS SOBREPASADAS
Javier Arrán, responsable de Aquatrans2000, explica a EFE que la empresa está teniendo este año un alud de peticiones de cubas a raíz del decreto de sequía: "Es normal que rellenemos piscinas en verano, pero no a este nivel, nunca nos hemos encontrado con esta situación".
Esta compañía malagueña ha tenido que duplicar el número de conductores de camiones porque están ofreciendo el servicio las 24 horas, los siete días a la semana. "Tenemos mucho trabajo y hay que afrontarlo", señala Arrán, que intenta servir el agua en un plazo máximo de dos días. "No recuerdo nada similar, salvo una sequía que hubo en el año 94 muy grave", apunta este profesional.
Una situación similar vive la empresa Grupo Gutiérrez Pastor, que también ha notado "muchísimo" el aumento de la demanda de cubas de agua, especialmente para comunidades.
"La demanda se ha triplicado, estamos viviendo un auténtico 'boom' por el riego de jardines y el rellenado de piscinas", indica a EFE Beatriz Gutiérrez, responsable de la empresa, que abastece también a los agricultores de la Axarquía para el regado de las fincas, principalmente de mango y aguacate y afectadas por las restricciones para el riego.
Esta compañía asegura que tiene una lista de espera de hasta dos semanas porque en estos momentos le está dando prioridad a la demanda agrícola, pero asegura que "no olvidan las comunidades porque con temperaturas de 40 grados y la gente está sin poder bañarse ni refrescarse. Esto es insostenible".
El grupo cuenta con una flota formada por una decena de camiones y ha tenido que reforzar la plantilla para hacer frente al aumento de la demanda. "Nunca habíamos vivido una situación similar. Todos los veranos estamos que no paramos llevando cubas de agua, pero a este nivel nunca, ni por asomo", subraya la responsable de la empresa.
RESIGNACIÓN ENTRE LOS VECINOS
Los vecinos viven con resignación el cierre de sus piscinas comunitarias. Muchos no entienden que hasta hace unos días se pudieran bañar en ellas y ahora estén clausuradas y otros buscan a la desesperada una solución que les permita seguir utilizando sus recintos para el baño, especialmente en estos días cálidos y de vacaciones escolares.
En las redes sociales, el problema de las piscinas es de los que mayor interés suscitan, y en ellas los afectados comparten opiniones y muestran su enfado y posibles soluciones.
"En mi urbanización se ha decidido comprar agua no potable, tratarla en un depósito alquilado y luego rellenar con esa agua ya tratada", explica una vecina de Rincón de la Victoria, mientras otra ciudadana se queja de que en su comunidad se ha cerrado la piscina sin convocar siquiera una reunión para informar a los afectados "y decidir qué hacer".
Para algunos, la solución es sencilla, especialmente en los municipios costeros: cambiar la piscina por la playa. "No creo que sea tan imprescindible una piscina cuando tenéis la playa a cinco minutos andando. A no ser que viváis en Écija o en algún sitio parecido. Nos estamos volviendo un poco sibaritas", señalan algunos vecinos.