La Agrupación del Voluntariado de Protección Civil Málaga ha despertado este viernes de luto. Antonio Moreno, uno de sus voluntarios más veteranos, que perteneció a la primera promoción de la agrupación, ha fallecido a los 65 años a causa de un problema cardíaco. "El corazón no le aguantó más", cuenta Diego, uno de sus compañeros más apegados.
Antonio Moreno formó parte de Defensa Civil, a la que accedió en el año 1978. Cuando se crearon las agrupaciones de Protección Civil en los diferentes ayuntamientos, allá por el año 1992 no dudó en continuar su voluntariado dentro de la agrupación y formó parte de la primera promoción, en el año 1994. "Han sido 40 años trabajando dando servicio a la ciudad de Málaga", cuenta con orgullo Iván, otro de los voluntarios de esta agrupación.
Cabe recordar que los miembros de Protección Civil no reciben ninguna remuneración por sus horas de servicio a la ciudadanía. Utilizan, en muchas ocasiones, los descansos del trabajo para ayudar a los demás, ya sea velando por la seguridad en las calles, ayudando en desastres medioambientales, entre otros muchos más servicios.
40 años dan para contar muchas vivencias y, Moreno, no dudó en un segundo en contárselas a "los novatos" siempre que pudo, algo que los propios reconocen "como una fortuna. "Aunque no me conocía de nada, mostraba cercanía incluso en redes sociales. No había diferencia de trato por su parte entre novatos (los llamados 'charlis') y veteranos (conocidos como 'víctor')", relata Ángel, otro compañero.
Como voluntario vivió momentos difíciles para la ciudad de Málaga, como las inundaciones del año 1989, donde trabajó con el equipo de rescate en busca de desaparecidos. También estuvo en el operativo del accidente del avión de Spantax, que cruzó la carretera general y donde fallecieron cincuenta personas.
En la época más reciente estuvo presente también en Totalán ayudando en todo lo que le fue posible en el rescate de Julen. "Daba todo por los demás, lo mejor es que siempre llegaba con una sonrisa, gastando bromas, haciéndonos olvidar lo malo que tuviésemos encima", recuerda Vito, otra de sus compañeras.
Pese a que siempre tuvo una labor intervencionista y de rescate, la edad y sus problemas de corazón le hicieron convertirse en un voluntario solo centrado en la labor preventiva. Esta es la que realizan en conciertos, procesiones o partidos de fútbol o baloncesto. "En su vida laboral siempre fue vigilante de seguridad, por lo que no le costaba nada. Se jubiló hace muy poco", cuentan los voluntarios.
No hay compañero que no recuerde a Moreno feliz en La Rosaleda, sin ser él especialmente futbolero. "Él tenía su sitio asignado, la zona de preferencia baja donde se colocan las personas con movilidad reducida", explica Diego, añadiendo que habitualmente estas personas ya vienen acompañadas de alguien que les ayude. "A él eso le daba igual, siempre estaba allí pendiente de que no les faltara nada y dispuesto a ayudarles en lo que necesitaran", dice.
Por su parte, Vito, recuerda siempre una frase en cada uno de los partidos: "Nena, yo voy donde siempre, ¿no? Que me he traído la llave inglesa para colocarles bien el reposacabezas a los niños". "Lo hacía porque él era así, porque lo daba todo por los demás, aunque esa función no le correspondiese", añade con emoción.
Todos coinciden en que haber pasado un rato de servicio con el V-1060, ese era su número, fue todo "un honor" ya que aunque solo fuera algo breve, "siempre aprendías de él un poquito". Hasta los que no habían tenido trato con él lo respetaban y lo admiraban porque siempre estaba en boca de todos por su magnífica labor. Como apunta una de sus compañeras de la agrupación, otro ángel naranja cuidará a Málaga desde el cielo.
Este viernes a las 17.30 horas está previsto que se celebre una misa en su memoria en Parcemasa, donde sus compañeros le realizarán un bonito homenaje. Hasta el momento, estarán velándolo en la sala 5 del tanatorio. Descanse en paz.