"Cuando perdemos todos los servicios de Movistar no puedo comunicarme con mis colegas del periódico para asesorarlos. Tengo que coger el coche para buscar mejor señal o conexión". Karl Smallman es uno de los 400 habitantes de Jimera de Líbar, un pequeño municipio de la Serranía de Ronda, donde es habitual que se caiga la fibra óptica.
Smallman trabaja para un diario inglés y cuando EL ESPAÑOL de Málaga le contacta dice que es "afortunado por tener señal móvil. Normalmente, también falla", insiste. El periodista, a falta de la cobertura de fibra óptica, utiliza su teléfono como punto de acceso para poder trabajar. "No funciona la fibra ni el teléfono fijo".
Sin internet no puede trabajar, es su principal herramienta: "Sin esto no puedo funcionar como periodista para páginas web y en medios impresos en inglés. Causa mucho estrés". Su frustración se hace latente en la conversación: "Es imposible administrar un negocio si cuando te despiertas no sabes si tendrás conexión o no".
Lleva tres lustros en Jimera y es consciente de que la Administración pretende parar la despoblación: "Actualmente la Diputación está gastando mucho dinero en proyectos para incentivar el teletrabajo en pueblos pequeños -como Jimera de Líbar- pero no es viable si nuestra conexión a los servicios básicos es tan intermitente", apunta.
Ahora la guerra es contra Movistar -"no les importamos, somos unos cientos de personas", se lamenta-, pero no es la primera lucha. Smallman ya conoce otras batallas en las que David perdió contra Goliat: "Lo mismo pasó con los trenes o con los bancos. Todos nos están abandonando", se resigna.
¿Cómo llega un inglés a Jimera de Líbar en la primera década de los 2000? "Nos atrajo por la calidad de vida, la amabilidad de la gente y los servicios. Inicialmente teníamos buen Internet y excelentes servicios de trenes etc. Pero, desde hace varios años, las cosas se han deteriorado".
Tristemente, Smallman dice haber considerado abandonar Jimera por las malas condiciones en la prestación de servicios que sufre: "Si no puedo trabajar no tengo ingresos. Y esa será otra familia perdida de la Serranía y una figura más que se sumará a las estadísticas de despoblación". La España vacía por la falta de servicios.
El alcalde estalla
El alcalde de Jimera de Líbar, Francisco Javier Lobo, guardiacivil en excedencia, ha estallado tras un fin de semana incomunicados. El regidor ha acudido al altavoz de su partido, el PP, para que su grito se escuche. La última caída de la red ha durado todo el fin de semana, un problema que se repite "desde hace varios meses sin que haya respuesta por parte de la compañía", ha denunciado.
Exigen que Movistar repare la línea de forma urgente por los problemas que está ocasionando a los vecinos y negocios del pueblo. En Jimera hay decenas de casas rurales registradas que necesitan de una conexión a Internet estable para poder gestionar los alojamientos.
En conversación con este medio, Lobo asegura que uno de los mayores problemas es el de "la teleasistencia de los mayores. Si no tienen línea, el botón rojo de asistencia no sirve de nada. Hay mucha gente que ya no tiene teléfono fijo, por eso, cuando no hay Internet, estamos incomunicados", afirma.
Lobo afirma que ha intentado contactar con Movistar en diversas ocasiones en los últimos meses: "Queremos que nos expliquen qué es lo que pasa y cuál es la solución, y que ésta se ejecute lo antes posible".