Hace unos días compartí una tertulia de nuestro podcast de Semana Santa: “Quo Vadis Semana Santa de Málaga” (Donde vas Semana Santa de Málaga) con diversos amigos muy conocedores de cómo terminó el anterior recorrido oficial de procesiones de Semana Santa y de cómo se instauró el nuevo. Es un tema apasionante que mueve cada año una enormidad de opiniones y pareceres.

Posteriormente, he sido partícipe en conversiones de lo hablado en dicha tertulia y quiero compartir con vosotros una que llamó especialmente la atención. La conversación dice así…

Hace poco coincidí con Paco y con su hijo, Francisco, en las dependencias de la Congregación de Mena de nuestra ciudad. Ambos de una familia muy arraigada en la cofradía. Paco, antiguo cofrade de toda la vida, estaba sentado en su sillón favorito mientras su hijo, Francisco, lo observaba en una tranquila noche Malagueña, todo ello unas semanas antes del inicio de la Semana Santa. El joven no podía contener su curiosidad, ni entender las explicaciones que le llegaban sobre los cambios que se habían producido.

-Papá, explícame ¿Por qué hemos cambiado el recorrido de nuestras procesiones?

Paco esbozó una leve sonrisa y asintió con la cabeza. Sabía que su hijo, también arraigado cofrade, necesitaba entenderlo.

La Semana Santa de Málaga es un reflejo de nuestra historia, de nuestras tradiciones, pero también de nuestra capacidad de adaptarnos a los tiempos. Durante décadas, el recorrido oficial nos sirvió bien Francisco pero con el paso de los años surgieron problemas que no podíamos ignorar. Desde principios de siglo y ante el crecimiento del número de procesiones se hizo evidente la necesidad de un cambio. En 1976 eran solo 27 cofradías, ahora son 41 lo que hace difícilmente viable mantener el antiguo recorrido en el mismo espacio de 870 metros, por eso se ha ampliado a 1200 metros, asintió su padre.

Francisco frunció el ceño, se acomodó también en el sillón junto a su padre y preguntó con interés:

-¿Qué tipo de problemas existían?

Para empezar, muchas cofradías sufrían retrasos y dificultades para seguir su horario, la falta de espacio en la Plaza de la Constitución y los problemas de saturación y escasa fluidez de paso, convertía este y otros espacios, como la Alameda, en un “cuello de botella”. Se acumulaban quejas sobre la distribución, ubicación y condiciones de las sillas y tribunas, convirtiéndolo todo en bastante insostenible. La Catedral, a pesar de ser uno de los principales puntos de referencia de la Semana Santa, no tenía papel en el antiguo recorrido, perdiendo el enfoque aglutinador que tiene que suponer un punto de este tipo. Se sumaron nuevas situaciones como la de la Cofradía de la Vera Cruz y su nueva ubicación en el Jueves Santo y además con un cambio de horario posterior de la madrugada, a las 9 de la noche. Durante el periodo de Eduardo Pastor como Presidente de la Agrupación de Cofradías, se llevaron a cabo iniciativas para estudiar cómo se podían conseguir estas mejoras con determinación, pero todo quedó en estudios y valoraciones. Aquello se convirtió en un proceso largo, ampliamente comentado. El siguiente presidente de la Agrupación, Pablo Atencia, inició desde octubre del año 2015 reuniones con los cofrades y hermanos mayores para debatir estas cuestiones y buscar soluciones. El resultado fue la presentación de seis proyectos de mejora. Se formó una comisión específica que estudió durante tres años todas las opciones, hasta que en 2018 se eligió el proyecto seleccionado y se aprobó definitivamente el nuevo recorrido, llevándose a cabo por primera vez a cabo en el año 2019.

El joven frunció el ceño, reflexionaba y argumentaba con voz malhumorada:

-¡Pero, también hemos perdido parte de nuestra esencia! ¡Ya no cruzamos ciertos puntos emblemáticos como antes!

Paco suspiró.

Es cierto. Algunas cosas han cambiado y hay nostalgias que nos pesan. Hemos perdido cruces muy malagueños, como el de Mena con la Esperanza o el de Estudiantes con Gitanos. La calle Larios hemos pasado de subirla a bajarla y es completamente diferente para todos, nazarenos y espectadores. En el caso de nuestra Cofradía de Mena, la entrada en la Alameda era una de nuestras grandes referencias y se ha perdido. También, han desaparecido otros puntos comunes para todas las cofradías como es la “doble curva” de Calle Granada. Las cosas han evolucionado. Se han recuperado otros puntos de interés como por ejemplo, la propia Catedral y todo su entorno, de una enorme belleza. En 20, 30 o 50 años, habrá nuevos cambios, espetó su padre. Todo esto ha sido un largo proceso liderado por el arquitecto José Manuel Ruiz Luque, que diseñó desde cero la planimetría completa del centro de nuestra ciudad para mejorar accesos, seguridad y fluidez. Antes en la Catedral, sólo podían entrar 2 cofradías. Ahora, son 29 las que pasan por su interior, algo que habría sido inviable sin la apertura de una segunda puerta. Así mismo hay otros elementos diferentes: la apropia tribuna que preside los desfiles. Ha pasado de tener 2000 localidades a 680, con una altura muy inferior a la anterior, siendo en la actualidad de tan solo tres metros. En el caso de las cofradías que se sitúan más allá del Rio Guadalmedina (Mena, Esperanza, Misericordia, Expiración o Zamarrilla) están perjudicadas con esta nueva distribución, no solo por la pérdida de lugares y momentos emblemáticos del recorrido, sino por la mayor distancia que ahora tienen que procesionar. En el caso de nuestra cofradía de Mena al concurrir más de 200 participantes de las fuerzas armadas, entre ellos de la Legión, se añaden otras dificultades especiales que van desde su horario hasta la pérdida de presencia propia por nuestras calles de Málaga. Mena, está haciendo una adaptación interna del recorrido importante con la vuelta a Calle Carretería y la supresión de todas las pequeñas calles de final del recorrido desde la Plaza de Camas/Garcia Herrera, hasta Santo Domingo. Es posible que no se puedan conseguir grandes mejoras hasta que, la actual pasarela de madera que cruza el rio Guadalmedina hacia la entrada de calle Especerías, no sea sustituida por un puente que facilite la llegada de todas estas cofradías al recorrido oficial.

Durante un instante, se hizo el silencio. Los tres, con la mirada puesta en el horizonte, nos quedamos pensado sobre todos los cambios que ha habido y en los futuros que vendrán.

-¿Qué te parece como está el tema hijo mío?- le preguntó Paco.

Esa foto que esas mirando es de hace décadas, cuando yo llevaba el trono de nuestra Virgen por Carretería, le susurró.

Francisco tenía la foto tomada con cuidado y sonrió. Su corazón latía con fuerza, sabiendo que pronto sería su turno. Turno de seguir manteniendo la tradición familiar, parar ellos es primordial la importancia del significado de cada paso que conseguimos dar juntos.