Vista aérea de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, en Málaga.

Vista aérea de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, en Málaga.

Málaga ciudad

Gran inversión para recuperar la antigua cárcel de Málaga como centro privado de FP: 20 millones sobre la mesa

La previsión municipal, que ya tiene un promotor interesado, pasa por destinar a formación la mayor parte del complejo.

Más información: El plan de Málaga para convertir su antigua cárcel en un gran centro de FP se acerca: ya hay una propuesta privada

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El proyecto privado que busca recuperar la antigua cárcel de Málaga como gran centro de Formación Profesional (FP) sigue tomando forma. Después de que el promotor presentase formalmente la iniciativa ante el Ayuntamiento el pasado mes de febrero, ya se conocen algunos detalles que ponen en valor la envergadura de la operación.

Uno de los detalles fundamentales, esencial para fijar las condiciones del pliego de condiciones que regirá la futura concesión demanial del inmueble público, es la inversión que se maneja para actuar sobre el histórico edificio. Y la misma, según fuentes consultadas, ronda los 20 millones de euros.

Un elevado montante económico que debe permitir actuar sobre la mayor parte de la vieja prisión, que cerró sus puertas en 1991. De acuerdo con el plan en el que viene trabajando la Gerencia de Urbanismo desde hace más de un año, la intención es que del orden del 80% del complejo sea reservado para el pretendido uso formativo y educativo.

Será esta delimitación la que será objeto de un procedimiento público mediante el que el Consistorio otorgará la concesión demanial. Con el objetivo de establecer las bases de este procedimiento, los técnicos municipales trabajan en conformar el pliego de condiciones definitivo. De acuerdo con las fuentes, aún no está finalizado este documento ni existe certeza sobre el momento en que podría abrirse el concurso de concesión.

La vieja cárcel cuenta con una superficie edificada cercana a los 10.000 metros cuadrados. La estrategia municipal pasa por completar la oferta del futuro centro de FP con otras concesiones para usos relacionados con la cultura y la innovación.

Son muchas las iniciativas a las que ha dado forma en las últimas décadas el equipo de gobierno en el intento de devolver la vida a este gran edificio, sin que ninguna de ellas haya fructificado. Antes del destino ahora pretendido, este inmueble motivó el interés de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) o la Basque Culinary Center.

Una de las principales razones del bloqueo que sigue pesando sobre la construcción es el enorme coste económico que supone su rehabilitación. Atendiendo a uno de los antiguos proyectos gestados desde la Casona del Parque, el bautizado como Distrito 6, la adecuación en su totalidad podría requerir una inversión de 24 millones.

La apuesta por la FP va en consonancia con la línea de acción del equipo de gobierno en los últimos mandatos. Hay que recordar que en estos años ha cedido varios terrenos a empresas privadas para que desarrollen instalaciones de este tipo. Es el caso de lo ocurrido con Cesur, que ya explota en el distrito de Teatinos un complejo de unos 8.700 metros cuadrados sobre una parcela municipal cedida por un periodo de 37 años.

Otros ejemplos son las concesiones de dos terrenos en Teatinos y la zona de El Pato para la construcción de sendos campus universitarios. Uno de ellos impulsado por la Universidad Europea de Madrid y el otro por la Alfonso X el Sabio.

Origen de la antigua cárcel

Fue el 13 de octubre de 1933 cuando la antigua prisión, reconocida en 2014 como Lugar de Memoria Histórica de Andalucía, por ser uno de los centros de la represión de la dictadura durante la Guerra Civil y la posguerra, abrió sus puertas.

Con su puesta en servicio vino a sustituir las instalaciones penitenciarias ubicadas en el Pasillo de la Cárcel (hoy avenida de la Rosaleda), dadas sus malas condiciones. Fue a finales de agosto de 1928 cuando el alcalde del momento, Fernando Guerrero Strachan, y el presidente de la Audiencia Provincial, Enrique de la Blanca y González, acordaron la cesión de una parcela municipal al Estado.

Días después fue colocada la primera piedra de la construcción. Con la Guerra Civil en marcha, el presidio acogió a miles de presos cercanos al alzamiento, hasta que en febrero de 1937 Málaga cae en manos del Bando Nacional. Según datos de la Asociación contra el Olvido y la Memoria Histórica, más de 30.000 personas pasaron por este presidio.