La ambiciosa y esperada marina deportiva de San Andrés, con medio millar de atraques a poco más de dos horas y media de Madrid, entra en su momento decisivo. Tras tener que sortear no pocos inconvenientes administrativos y burocráticos, incluyendo la elaboración de un estudio de detalle para ajustar la infraestructura al futuro Auditorio de la Música, los promotores de la operación, los mismos que impulsan la Torre del Puerto, acaban de activar ante la Gerencia de Urbanismo de Málaga la petición de licencia de obras.
Así lo ha podido confirmar EL ESPAÑOL de Málaga de fuentes cercanas a la Autoridad Portuaria, que han informado de la presentación formal ante el organismo municipal de la solicitud de licencia de obras, acompañada del proyecto básico y otros documentos.
Se trata del último paso previo al futuro arranque de los trabajos de construcción de unas instalaciones que supondrán una inversión próxima a los 44 millones de euros. Si bien se antoja complicado fijar un calendario de arranque de las actuaciones, en el supuesto de que haya celeridad por parte de la Administración municipal, este hito podría tener lugar en el primer trimestre de 2025. Desde ese momento, no menos de 24 años de ejecución material.
El valor estratégico de este proyecto es máximo. No solo por la repercusión que tendrá sobre las arcas del Puerto de la capital de la Costa del Sol, con unos ingresos acumulados a 50 años estimados en 75 millones, sólo en lo concerniente al canon de actividad.
La concesión sobre la parte de tierra y de agua afectada por la marina de San Andrés fue otorgada hace ahora unos 16 meses por el Consejo de Administración del Puerto a Marina Málaga San, una entidad integrada por Al Alfia, vinculada a la familia real de Catar, Igy Marinas y Ocean Capital Partners.
Entre los grandes atractivos de este puerto deportivo está que sus 506 amarres se encuentran a apenas metros de la estación de trenes. De ellos, 2 estarán destinadas a buques de 50 metros de eslora, 5 de 30 metros, 9 de 25 metros, 30 de 20 metros, 47 de 15 metros, 84 de 12 metros, 159 de 10 metros, y 170 de 8 metros.
A esto hay que añadir la apuesta de los promotores por convertir este puerto deportivo en un punto de referencia de "primeras firmas nacionales e internacionales". De hecho, en su memoria, Málaga San hablaba de la posibilidad de contar con marcas de lujo como Prada, Louis Vuitton o Gucci. Una oferta que se quiere ampliar con "firmas de prestigio gastronómico".
Dentro del complejo planteado se dibuja el llamado Complejo Náutico, con 1.820 metros cuadrados, que aspira a ser "hito referencial de la actividad social" de la ciudad. La idea es que sea punto de atracción para reuniones, comidas, celebraciones, estancias...
A ello hay que agregar una zona de ocio con el Embarcadero Turístico, desde donde se podrían realizar "paseos en barco con otras zonas portuarias o incluso con la terminal de cruceros". Una de las innovaciones principales pasa por recuperar la noria-mirador que fue desmontada hace varios años en la zona de Muelle Heredia.
La propuesta recoge una instalación desmontable a modo de mirador turístico o noria de 45 metros de altura que se levantaría en la plaza urbana contemplada en la unión de los muelles oeste y sur.
Para dar respuesta a las necesidades de los futuros clientes del puerto deportivo de San Andrés, el proyecto elaborado por José Seguí, incorpora 439 plazas de aparcamiento, 305 de ellas en superficie y 134 en un sótano previsto bajo los edificios comerciales.
A cambio de abonar del orden de 1,5 millones de canon de actividad anual, la empresa tendrá derecho a la explotación de 51.475 metros cuadrados de zona de tierra, donde habrá espacio para una escuela de vela, y 63.000 de lámina de agua.
.