El taró regresa a Málaga. Y lo ha hecho instalándose de manera especialmente densa en la zona oeste del litoral de la capital de la Costa del Sol. En Guadalmar, como demuestran algunas imágenes, se ha creado una especie de muro blanco a través del cual resulta casi imposible ver. En otros puntos de la ciudad está presente pero con menor impacto.
Este episodio meteorológico, que de cuando en cuando toma protagonismo en la costa de Málaga, se produce apenas horas después de que este lunes el terral derritiera la ciudad, llevando el termómetro a un récord en la capital en un mes de abril.
En concreto, según las mediciones oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología, la estación ubicada en centro meteorológico midió los 33,6 grados, un dato que sitúa la jornada como la más calurosa de un mes de abril desde 1943 cuando se comenzaron a estudiar los datos.
El anterior registro máximo para este mes no queda muy lejano. De hecho, se anotó el Domingo de Resurrección de 2022, el 17 de abril, con 33,1 grados en el aeropuerto. El récord anterior databa del 25 de abril de 2002, con solo una décima menos, 33 grados.
El medidor del centro meteorológico de la capital ha superado estas cifras a las 16.00, con 33,3 grados, aunque una hora más tarde, a las 17.00, aumentaba hasta los 33,6, encadenando dos máximos consecutivos en 60 minutos. En la estación ubicada en el aeropuerto también se ha alcanzado la anterior máxima a las 17.00 con 33,3 grados. En Estepona, los termómetros han llegado hasta los 34,2 a esa misma hora.
No se descarta que el terral regrese a mediados de semana, miércoles, jueves o viernes, y traiga de nuevo temperaturas altas, aunque en menor medida que este lunes debido a la coexistencia con una masa fría proveniente del norte.
El taró suele producirse debido al escaso movimiento del aire, que no facilita que las nubes se disipen. También es llamado niebla de advección. Es un fenómeno meteorológico que ocurre debido a la diferencia de temperatura entre el aire y el mar. La niebla es la reacción química que resulta del movimiento (advección) del aire cálido y húmedo sobre el mar a menor temperatura. De esta forma, el aire que entra en contacto con el mar se enfría hasta alcanzar la temperatura de saturación.